Lunes, 7:30 am.
El fin de semana la pasé de maravilla, la parrillada en casa de la abuela estuvo excelente. Fue lindo volver al campo y pasar tiempo con ella, sin mencionar lo bien que se siente el aroma a aire fresco y la hermosa vista del viñedo donde solía correr cuando era niña. Siempre me he considerado más una chica del campo, ahí crecí.
Ahora me encuentro caminando por el pasillo con Dylan a mi lado, creo que su estómago ya se mejoró.
—¡Dios, Kayli! Recuérdame nunca en mi vida volver a comer mariscos.—comenta él con un tono de agobio.
Río levemente.
—¿Eso fue lo que te puso mal?—frunzo el ceño—No sabía que fueras intolerante a los mariscos.
—Tampoco yo. Al parecer tenemos una relación de amor-odio, yo los amo, pero ellos me odian.
Su comentario me hace carcajear, hasta que él interrumpe la alegría del momento con una pregunta.
—Por cierto, ¿has hablado con Ethan?
Y lo tenía que mencionar...
Dejo salir un suspiro de hastio ante su pregunta.
—No y no es como que quiera hacerlo.
—¿Sucedió algo malo?
—No, nada. Sólo siento que no le agrado y eso es raro, ¡a todos le agrado!
Dylan hace una mueca con su boca.
—Eso sonó un poco egocéntrico de tu parte, ¿sabes? No todo tiene que ver contigo, quizás tiene sus razones para ser tan distante.—me exhorta, con su mano sobre mi hombro, yo sólo chasqueo mi lengua.
—Como sea.—digo cruzándome de brazos.
Fijo mi mirada al frente y ahí está él, a metros de nosotros, recostado con su espalda contra la pared, al lado de la puerta de nuestro salón. Dylan me da un ligero codazo en el brazo, indicándome que cambie mi gesto.
Respiro profundo y trato de alegrar mi semblante.
Ese chico sí que se roba las miradas...
Digo para mí misma al ver cómo todo el que pasa por el pasillo se queda observándolo, principalmente las chicas.
—¡Hey, Ethan!—grita Dylan acercándose a él, caminando como en pasarela.
Ethan voltea ligeramente y de inmediato aparta la vista, guardando su celular en el bolsillo.
—¿Me extrañaste?—pregunta mi amigo en tono coqueto.
—¿Tengo cara de haberte extrañado?—responde Ethan con su típica frialdad y algo de arrogancia.
Dylan reacciona un poco apenado, se rasca la cabeza con vergüenza sin decir nada.
—Hola, muerto en vida.—saludo yo, imitando su tono, esto parece haber llamado su atención, ya que me mira unos segundos.
Abre su boca como si fuera a decir algo, pero de inmediato la vuelve a cerrar y entra al salón. Sonrío victoriosa ante su reacción.
—Eso fue grosero, Kayli.
—Ese era el punto, bestie.—contesto con voz juguetona y entro al salón.
...
En el receso, Dylan y yo fuimos a comer una pequeña merienda con un grupo de amigas. Luego de eso, decidimos volver al salón.
Abro la puerta para cruzar y...
¡¿Qué carajos?!
—¡¿Ángelo, qué estás haciendo?!—grito a todo pulmón, al ver que tiene a Ethan contra uno de los escritorios, con toda la intención de molerlo a golpes. Aunque por lo que veo, eso ya sucedió, sangre corre por la nariz de Ethan, al igual que de su boca.
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Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN]
Misterio / SuspensoJamás creí que estaría tan cerca del peligro, tan cerca de la muerte. Todas las personas guardamos algún secreto en nuestro interior, pero hay quienes esconden secretos de los que a veces ni ellos mismos son conscientes, pero que pueden llevarte a e...