𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝐼𝐼

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Gongyoo miraba fijamente en silencio mientras yo saltaba en el trampolín con más fuerza de la necesaria

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Gongyoo miraba fijamente en silencio mientras yo saltaba en el trampolín con más fuerza de la necesaria. Con su metro y medio de alto, el apenas era tan alto como el borde del trampolín, pero sus patillas, arrugas, y su figura de músculos rellenos mostraban que él no era un niño. Miré lejos de él y enfoqué mi atención dentro, apenas notando el paisaje levantándose y cayendo con cada salto. Cuando estaba lo suficientemente alto. Apreté mis rodillas hacia mi pecho en una clásica posición, entonces rápidamente me torcí en una pica antes de que mis pies golpearan la superficie flexible lanzándome hacia arriba de nuevo.

¡No está suficientemente firme la voltereta! Yo casi podía escuchar a mi viejo entrenador gritar. ¡Eso es un punto menos, Jimin! Nunca harás que el equipo anote con puntuaciones tan bajas. Empujé esos recuerdos a un lado y me concentré en mi próximo movimiento... una bola de barani. Esta maniobra era incluso más descuidada que la anterior, mis pies hicieron un embarazoso deslizamiento hacia atrás antes de caer. Otro punto menos, pensé automáticamente, pero impulsándome hacia el último set de saltos y giros. Ningún juez que se respete a sí mismo daría las más altas puntuaciones por eso, pero se verían impresionados así que los espectadores del carnaval los amarán.

Esta vez, en lugar de aterrizar en el trampolín, cambié de dirección al último segundo y mis dos pies aterrizaron bajo los hombros de gong. La velocidad más mi peso debieron haberlo puesto de rodillas y roto muchos huesos, pero gongyoo se mantuvo erguido y firme. Él tomó mis tobillos, manteniéndome con un control que era lo suficientemente firme para permitirme estirar en mi tamaño completo, cinco o seis brazos se extendieron triunfantes sobre mi cabeza.

— Y la multitud se vuelve salvaje, — dijo gongyoo irónicamente cuando

hice una reverencia. Salté hacia abajo una vez que él soltó mis tobillos. — No hay tanta multitud en estos días. La gente tiene muchas otras cosas que hacer, que ir a ver carnavales viajeros.

Él gruñó — Si Stan sigue su camino, tú usarás tu recién encontrado estatus de celebridad para ayudar con eso. — Hice una mueca ante la mención de la alegría de nuestro jefe sobre lo que pasó con Jackie hace dos semanas. Al menos nadie se había congregado cerca hoy. Solo podía ser mi suerte que la hermana de Jackie haya sido una reportera que explotó las noticias de mi "premonición" a través de cada medio disponible para ella. Phil alegó que no era culpable y que no había suficiente evidencia para probar que el intentaba matar a su esposa, pero que yo supiera que Jackie planeaba dejarlo combinado con mi impecable descripción de lo que había en su camioneta, fue suficiente para despertar la curiosidad estas últimas semanas. Si no fuera por mi infortunada tendencia de electrocutar a todos los que tocaba, tal vez podría tener un buen ingreso leyendo las palmas de las manos, pero las cosas estaban así, no podía esperar para que mis quince minutos de fama terminaran. —Necesito que la gente olvide lo que puedo hacer, tú sabes por qué. Gongyoo me miró casi tristemente, — Si niño, lo sé. — Entonces me dio una palmadita en el hombro, sin encogerse por la corriente que le disparó al contacto. Él ya estaba acostumbrado, y además, Gongyoo no era humano así que no le afectaba a él de la misma manera.

𝔾𝕖𝕙𝕖𝕟𝕒 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora