𝐸𝓅𝒾𝓁𝑜𝑔𝑜

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El amanecer rompió con un velo de niebla, tiñendo todo con una bruma similar a los vislumbres que de vez en cuando tenía del futuro

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El amanecer rompió con un velo de niebla, tiñendo todo con una bruma similar a los vislumbres que de vez en cuando tenía del futuro.

Jungkook me había enviado a la casa con Gongyoo mientras él y varios guardias buscaban en las ruinas del Castillo Poenari.

Él quería asegurarse de que ninguna de las personas de Szilagyi que hubieran sobrevivido a la explosión pudieran escapar, quería los huesos de su enemigo, ya sea como prueba de que estaba muerto, o como un trofeo, o ambas cosas.

Después de una breve reunión con Jennie y mi papá, para asegurarles que estaba bien después de mi cautiverio, me declaré agotado y me fui a mi habitación. Estaba cansado, pero no pude dormir por muchas razones. Una de ellas era por lo que sucedido en el establo. No me molesta haber asesinado a Rend y los otros guardias. En las circunstancias adecuadas, la mayoría de la gente era capaz de tomar una vida, y esto había sido una situación de matar o morir. Pero lo que yo no había previsto era cómo lo había disfrutado.

Sobrevivir a enemigos mortales representaba gran parte de mi euforia, pero no toda ella. Podría usar la excusa de que la crueldad de Vlad era contagiosa, pero en el fondo, yo sabía que esta sangre fría era toda mía. Vlad había notado la oscuridad en mí incluso antes de que nuestra relación se iniciara. Yo había pensado que se refería a todo lo que había visto de mis habilidades. Ahora me daba cuenta de que quería decir lo que se escondía dentro de mí, y probablemente había estado allí desde antes del accidente.

Con lo perturbarte de este conocimiento, lo que realmente me mantuvo despierta no tenía nada que ver con mi racha de inesperada fuerza.

El sol quemó la mayor parte de la niebla de la mañana en el momento en que escuché los pasos de Jungkook por el pasillo. Él entró en mi habitación, tiró la capa manchada de tierra en el suelo, y estaba en proceso de quitarse las botas, cuando se detuvo.

Me senté en frente de la chimenea color caoba, mi mano derecha dentro de las llamas de color naranja y azul. Saltaban entre mis dedos y se enroscaban alrededor de mi muñeca, pero ninguna de ellas me tocaba directamente la piel. En su lugar, saltaban sobre mí como si llevara un guante invisible, y al mismo tiempo su calor era agradable, no me quemaban con su proximidad.

- Así que mi poder sigue en ti, - comentó Jungkook retomando su tarea.

Retiré mi mano, mirando su estado inmaculado con una mezcla de asombro y consternación.

- ¿Encontraste los huesos de Szilagyi?

- No. - Se quitó las botas y se acercó, arrodillándose a mi lado. -

No te preocupes. Si se las arregló para sobrevivir, tardará un día más o menos para cavar su salida. Mis hombres han rodeado el área, y ahora, mi belleza, te puedes vincular a él y ver si está muerto, o ver qué agujero está cavando para intentar arrastrarse fuera de allí.

Me miró fijamente durante un buen rato. La suciedad y el hollín le daban un aspecto más feroz, el oscurecimiento que la barba sexy a lo largo de la mandíbula hacía sus pómulos más prominentes. Sus labios entreabiertos, dejando ver el resplandor de los dientes blancos que podían provocar y aterrorizar con la misma habilidad. La luz del fuego añadía un toque de oro a sus ojos de color cobre, y los anillos de esmeralda que le rodeaban crecieron a medida que sus cejas se unieron en un ceño fruncido.

- ¿Qué te pasa? Hueles angustiado.

Miré el fuego. Si no fuera porque el poder de Jungkook aun estaba en mí, habría muerto en las llamas ayer por la noche, pero mi supervivencia había llegado con un precio que ninguno de nosotros había anticipado.

- Ya he intentado buscar Szilagyi, - le dije, mirando hacia atrás a Vlad. - No hay nada más a que vincularse.

Comenzó a sonreír. - Entonces, él realmente está muerto.

Yo saboree su expresión, ya que podría ser la última vez que me miraba de esta manera. Entonces me obligué a continuar.

- No lo sé. No es sólo la esencia de Szilagyi a la que no puedo vincularme más. Es la de todos.

Acaricié la madera tallada alrededor de la chimenea para dar énfasis.

- Ya no estoy recogiendo impresiones de nada de lo que toco. Tu poder ha hecho más que hacerme a prueba de fuego, Jungkook. También cubrió mis habilidades como una especie de guante sobrenatural. Muy lentamente, se levantó, su expresión cambiando de satisfacción de hermetismo absoluto. Ninguno de los dos pronunció las palabras que parecían gritos en el silencio. ¿Esto era temporal? Puede ser que sea una cura para las habilidades psicométricas que mucho tiempo había querido quitarme de encima, pero también eran la razón principal de que Jungkook se había fijado en mí en primer lugar. Si su pérdida era permanente, eso significaba que había ganado algo de la normalidad que yo anhelaba, pero puede ser que me costara el hombre de quien estaba enamorándome. Y su enemigo aún podría estar por ahí. La explosión debería haber matado a Szilagyi, pero ya había engañado a la muerte antes y un pesimismo profundo en mis huesos me advirtió que no habíamos visto lo último de él.

- No te preocupes, - dijo Jungkook, repitiendo sus palabras anteriores con menos convicción en esta ocasión. - Voy a duplicar los guardias en Poenari. Cualquiera de mis hombres podría encontrar a Szilagyi vivo, o una vez que recuperes tus poderes, se puede comprobar que está realmente muerto.

Yo no rebatí su creencia de que mis poderes podrían recuperarse. En este momento, los dos estábamos simplemente adivinando.

- ¿Estás leyendo mis pensamientos? - Le pregunté con sequedad.

Él me dedicó una sonrisa tensa. - Siempre. Luego se puso las botas de nuevo, dejando su abrigo donde se encontraba. - Voy a notificar a mis hombres para duplicar la vigilancia, y ahora tengo la intención de dar un barrido más a la zona antes de descansar.

Él me besó, y cuando nos separamos, algo que no podía nombrar parpadeó en su rostro mientras me acariciaba la mano derecha. Pero lo único que dijo fue: - Duerme un poco, Jimin.

Regresare pronto.

Cuando se fue, me di cuenta de que se había tomado el tiempo para tranquilizarme sobre Szilagyi, pero no había dicho ni una palabra acerca de mis pensamientos sobre que me estaba enamorando de él. ¿Estaba evitando ese tema porque era incapaz de amar? Algo que ya dudaba, ¿O por qué mi pérdida de poderes en verdad lo había hecho reevaluar nuestra relación?

Muy pronto, pondría las dos posibilidades a prueba. Yo no quería perder a Jungkook, pero no empezaría a huir de mis problemas de nuevo. Los enfrentaría a pesar de su coste potencial, con o sin capacidades adicionales.

- Prepárate, Jungkook, - susurré en la habitación vacía. - Esto está lejos de terminar.

































































 - Esto está lejos de terminar

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𝔾𝕖𝕙𝕖𝕟𝕒 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora