𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝐼𝒱

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Pervertido, Psico y Nervioso estaban alrededor de la habitación, pero Chacal estaba en el pequeño escritorio. Por la persistente expresión en su rostro él no tenía intención de moverse. Solté un suspiro.

— ¿Piensas que me voy a escapar de la habitación si me dejas sola? Vamos, los otros escucharían y me detendrían. Y tampoco puedo llamar al 911 y decir, "¡Ayuda! un montón de vampiros me secuestraron" De cualquier modo si ellos no creyeran que es un chiflado llamando, tú podrías solo hipnotizarlos. O comértelos. De cualquier manera, no voy a ningún lado y tú sabes eso.

— Estas planeando algo, — el afirmó.

Tomo todas mis fuerzas no retroceder, pero me obligue a mí mismo a estar absolutamente tranquilo. No entres en pánico, no entres en pánico.

— No sé qué— dijo — pero puedo oler que estas tramando algo.

Aclaré mi garganta. — Lo que hueles es a alguien que ha estado partiéndose de frio desde que fue secuestrada por vampiros. Si quieres más información sobre tu chico del fuego a pesar de lo desagradables que son estas vestiduras, entonces déjame. ¿Cómo se supone que me concentre cuando un montón de criaturas continúan observando mi cuello y lamiendo sus labios?

Él estaba repentinamente frente a mí, su mano agarrando mi mentón.

— ¿Qué estas intentando hacer realmente? — pregunto forzándome a mirar hacia sus ahora luminosos ojos. Su efecto fue inmediato. Me sentí adormilada, indiferente y habladora, cuando una parte de mi se encendió en alarma.

— No puedo conectar con él, contigo mirando— refunfuñé — no puedo profundizar lo suficiente en su mente para trabajar.

Sus ojos brillaban hasta que lastimaba el solo mirarlos. — ¿Eso es todo? Las palabras "él también me ve," se cernían en mis labios, a punto de salir y sellar mi destino. Pero, aunque me sentía como si hubiera fumado un kilo de hierba, encontré la fuerza para decir algo más.

— Estoy muy asustado contigo aquí.

Eso era verdad, pero por razones no dichas. Chacal me liberó, su mirada fija aun iluminada.

— Tú no llamarás a nadie o intentarás dejar esta habitación. Sus palabras resonaron a través de mi mente. Yo asentí sin pensar. El me empujó y caí de espaldas en la cama, para mi alivio Chacal cabeceo hacia la puerta.

— Tienes una hora, Frankie. Encuéntralo de nuevo, y aún más importante encuentra donde estará en el futuro. — El abrió la puerta, y se detuvo. Antes de mi siguiente parpadeo, Chacal arrancó el cable de teléfono.

— Eso es para asegurarme, — murmuró y finalmente se fue.

Esperé unos pocos segundos y entonces solté el aliento que había estado conteniendo. Sagrada mierda, ¡eso estuvo cerca! No tenía idea de cómo manejé no decir todo cuando Chacal accionó sus luces sobre mí, pero pensaría en mi suerte más tarde. Dicen que mejor conocido, que malo por conocer. Tal vez eso era verdad, pero considerando los planes que Chacal y los otros tenían para mí, yo iba a tomar la opción B. esto me daba mejores probabilidades que tratar de pelear contra cuatro vampiros con un pequeño cuchillo, — el que Chacal se llevó con él, me di cuenta.

𝔾𝕖𝕙𝕖𝕟𝕒 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora