𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒳𝐼𝐼

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Una hora más tarde, Gongyoo abrió la puerta de mi dormitorio, sin llamar. Se había cambiado las ropas desgarradas, con sangre y había tomado una ducha, por el aspecto húmedo de su pelo. Yo estaba con las piernas cruzadas en la cama, intentando, sin éxito, fingir que había entendido mal la imagen que había vislumbrado. Sí, genial. Porque, rayos, cabía la posibilidad de que Vlad hubiera estado entre mis piernas buscando... un juego de llaves que había perdido.

— ¿Frankie? — Dijo Gongyoo y con brusquedad. — No quiero molestarte, pero no tengo tiempo para hablar.

— ¿Por qué? ¿Qué está pasando? — Le pregunté levantándome de un salto.

Gongyoo cerró la puerta detrás de él, rascándose una de sus las patillas negras, largas y tupidas. — Me voy a una misión de exploración.

Yo no le pregunté, ¿para qué? una misión de exploración — Jungkook podría incluso no estar en lo correcto, — murmuré. — Tal vez nadie le dijo a Chacal y los demás que me secuestraran. Tal vez lo pensaron todo por sí mismos.

— No, — contestó Gongyoo, con clara severidad en cada sílaba. — Ese vampiro del hotel, Amon, pasó el viaje en la parrilla del avión con el pelirrojo que te llevó, — y fue creativo. Pero no era nada comparado con lo que Jungkook hizo una vez hemos llegado aquí. Comparado con eso, la llevé fácil. En fin, ellos no actuaron solos, fueron enviados tras de ti, pero no sabían por quién. Todo lo que tenían era un número de teléfono y un gran depósito en su cuenta con la promesa de más si les dabas los bienes de Jungkook.

Suspiré. No pensé que llegaríamos a esto tan rápido, pero lo esperaba. — Lo siento mucho, Gongyoo. — Le hice un gesto en el pecho, con ganas de llorar por lo que le había pasado. — El no debería haberte hecho daño.

Gongyoo resopló. — Estoy feliz de estar vivo. Probablemente pensaba que yo esperaba atrás de Gibsonton, hasta que tuvieras menos vampiros protegiéndote. Cuando me di cuenta de que era Jungkook quien me atacó, pensé que estaba acabado. La única razón por la que estoy de pie, es que le hiciste prometer no matarme. Había oído que él cumplía su palabra.

Nunca pensé que lo conocería personalmente.

Me las arreglé para darle una sonrisa inerte. — Puesto que estaré pasando tiempo con él en busca de este misterioso maestro de marionetas, ¿hay algo más que debería saber acerca de Jungkook?

— Sí. — La expresión de Gongyoo se endureció. — Lo que viste en esa última visión... no dejes que ocurra.

Cerré los ojos, sintiendo que mis mejillas se calentaban de nuevo.

También Gongyoo se había dado cuenta de lo que yo había vislumbrado. No era una sorpresa; era un vampiro, y yo había sido cualquier cosa menos suave en mi reacción.

— Gongyoo...— comencé.

— No me importaría si se tratara de otra persona, — me interrumpió. — Esto no es acerca de tu falta de experiencia con los hombres.

𝔾𝕖𝕙𝕖𝕟𝕒 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora