𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒳𝒳

294 55 3
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



El dolor debió haberme hecho perder el conocimiento, porque cuando abrí los ojos parecía como si estuviera bajo una manta, pero eso era imposible. Todavía estaba en algún lugar en el club en llamas ¿cierto? Me quité la manta e inmediatamente el humo me hizo toser muy fuerte, sentí que mi garganta se despellejaba. Si, todavía estaba en el club, y no había sido cubierta por una manta sino por un abrigo.

Había varios a mí alrededor, algunos estaban todavía en ganchos, y otros habían caído con mi impacto. Cabello Plateado me había puesto en el guardarropa.

Traté de arrastrarme lejos - y gritar. Los pedazos de la pared se habían derrumbado en mis piernas rotas, aprisionándolas. El agujero que había hecho era demasiado pequeño para ver si Eunwoo estaba ahí todavía. Y las paredes que me rodeaban se estaban calentando mientras trataba de continuar respirando a pesar del humo.

En medio de la tos y el dolor agudo, tuve un momento de claridad. No podía salir por mí misma, así que a menos que alguien viniera a buscarme, estaba muerta. Si tenía suerte el humo me mataría primero. Si no, bueno... el dolor de mis piernas sería poco comparado con morir quemado.

- ¡Eunwoo! - grité, esperando que hubiera logrado derrotar a Cabello Plateado y a los otros vampiros. - ¡Eunwoo, aquí estoy!

Nada, pero la música seguía sonando y los ominosos sonidos de ruptura probablemente indicaban que el club estaba empezando a desmoronarse. Tosí más sintiéndome mareado. ¿Qué había hecho el bombero cuya experiencia cercana a la muerte lo había hecho revivir para salvarse a sí mismo? Para empezar, se había ocultado.

Agarré cada abrigo que pude y los apilé encima de mí. El calor era insoportable, pero eran una barrera contra las llamas. Entonces tomé uno de los más delgados y lo envolví alrededor de mi boca, tratando de usarlo como filtro contra el humo.

- ¡Eunwoo! - grité de nuevo. - Eunwoo ¿dónde estás?

No hubo respuesta. El pánico se levantó, pero lo alejé. Si había aprendido una cosa era que entrar en pánico nunca ayudaba. Ok, tal vez Eunwoo no podía escucharme por la música y la estructura en llamas, o porque estaba muerto. Tendría que probar otra cosa.

Me agaché tanto como pude, manteniendo los abrigos sobre mí y tratando de pensar sin hacerle caso al mareo y el dolor punzante en todo mi cuerpo. Si tuviera algo de Jungkook entonces podría ligarme a él y pedirle ayuda. Incluso si no estuviera lo suficientemente cerca para venir por sí mismo, podría enviar a alguien. Pero no podía, y no lo había visto hoy.

Tal vez la desesperación me dio la loca idea, tal vez fue la creciente falta de oxígeno en el cerebro, pero metí mi mano derecha en la chaqueta y comencé a frotar mis labios. ¡Por favor, oh, por favor, que Jungkook hubiera sentido algo cuando los tocó ayer! Si ese casi beso no había significado nada para él, entonces yo era Hombre muerto. Pero si él había sentido una emoción lo suficientemente fuerte, entonces yo sería capaz de encontrar un atisbo de su esencia y seguirlo...

𝔾𝕖𝕙𝕖𝕟𝕒 ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora