capítulo 31

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Elena

Nos habían traído las maletas puesto que habíamos salido sin ropa.

Yo estuve un rato en la alberca asoleandome, tratando de broncear mi piel un poco más. Al rato comimos juntos en la playa y fue muy agradable, hablar de cosas de las que jamás me había comentado, por ejemplo que su madre le gusta el rock y su padre era amante de las baladas románticas y cursis y que él era más del heavy metal, era de esperarse su temperamento es rudo y es entendible.

Estuve en mi habitación el resto del día, Tyler no subió a verme en ningún momento y pensé que estaría trabajando, de pronto miré que el cielo se había llenado de nubes grisáceas y una fuerte lluvia calló.

-- ¡Grandioso! Con lo que me gustan las tormentas -- me metí en la cama y comencé a leer en Wattpad.

Sin embargo después de unos minutos los relámpagos y la fuerte tormenta me sacaron de mis cavilaciones y brinque de la cama asustada bajando a buscar al de ojos azules.

-- ¿Tyler? -- lo llamé.

Lo miré que estaba en el sofá con su laptop escribiendo con la lámpara de la sala encendida, corrí hasta él.

-- Tyler -- me senté al lado de él sosteniendo el cojín en mi pecho.

-- ¿qué sucede? Estoy terminando de mandar algunas cosas de trabajo -- inquirio y yo lo miré seria.

-- ¿No me digas que tienes miedo de la lluvia Collins? --

¿Me dijo por mi apellido ahora? ¿Quién entiende a este hombre?, es un bipolar.

-¡Por supuesto que no! Es sólo que ... -- hice un puchero y éste dejó su ordenador al lado y me montó sobre él --

-- Sólo ¿que, qué? ¿Quieres estar con tu amo y esposo? -- puso una sonrisa perversa y yo solo lo miré perdiendome en sus ojos de pronto sentí sus labios chocar con los míos.

El beso fue lento y dulce, no como las otra veces agresivo y urgido no esta vez fue diferente, lo hizo despacio me tomó de la cintura y subió acariciando mi cuerpo poco a poco por debajo de mi ropa de cama, desabrocho mi sostén y nos separamos por falta de aire.

-- E-Espera Tyler -- le espete separándome de su boca.

-- ¿Qué? -- dijo.

-- ¿porqué de repente estás actuando tan bien conmigo, no me has tratado mal, no me has dicho "mocosa" o llamado por mi nombre a secas, es decir ¿a qué se debe el cambio? -- le inqueri mirándolo.

Ahora estaba más serio.

-- ¿De qué hablas? No entiendo, solo sigamos en lo que estábamos -- me dijo volviendome a besar.

-- pero ... -- miré su dureza sobre su pantalón de chándal.

-- aah traviesa mi niña eh, mira lo que le provocaste a tu amo - miré hacia otro lado con picardía y entonces me quito la blusa y el brasier volando por ahí.

Me besó apasionado, de una forma sensual y erótica ¿qué le estaba pasando? No era el hombre con el que había vivido desde hace 9 meses, éste chico me estaba confundiendo mucho.

Se despojó de su playera y dejó salir su erección, me volcó sobre el sofá y se quitó el pantalón por fin y yo me deshice de mi tanga rosa pastel.
Tyler comenzó a dejar besos por todo mi cuerpo de principio a fin, esta vez como había dicho fue bastante cuidadoso, tomó mis pechos y se los llevó a la boca, los besaba, los chupaba, los mordía pero con cierta delicadeza como si tuviera miedo de lastimarme.
Mientras yo hacia lo mismo, besaba y mordía su cuello pero esta vez era yo la que le estaba dejando marcas a él.
Tyler me tomó del rostro e hizo que lo mirara.

-- No dejes de mirarme ¿sí Elena? -- Dijo agitado.

-- Sí -- espete confusa.

De pronto siento como su dureza entra en mi y ambos gemimos. De nuevo junto nuestros labios en un beso suave y comenzó a moverse rápidamente.

-- ¡oh, Dios mío! -- gemi arañando su ancha espalda.

El comenzó a acelerar sus embestidas mientras que con sus manos masajeaba mis pechos, luego besó mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja.

-- Aah! Eres completamente mía -- gimio en mi oído mientras apretaba mi trasero.

Sinceramente yo no sabía como tomar eso que dijo, tal ves lo dijo por el éxtasis del momento, se dejó llevar o es que en verdad es posesivo.

Pero yo no estaba pensando tampoco con la cabeza, el placer inundó la sala y yo solo quería tenerlo dentro de mi.

-- ¡oh joder, más rápido! -- gemi mientras mordía su hombro.

-- ¡Pídemelo de nuevo! -- espetó mientras aumentaba el ritmo.

-- ¡MÁS RÁPIDO AMO! -- Gemi.

No sé porque le dije eso lo único que yo quiera en ese instante era complacer mis bajos instintos carnales.

Tyler se aferró a mi abrazándome con el aumento de sus embestidas solo que ahora eran más duras y precisas causandome un placer inexplicable.

-- ¡Oh, mierda, mierda! -- segui gimiendo.

-- ¡Aahh! La puta madre, esto es delirante -- habló entre cortado.

Así estuvimos un buen rato, el movia sus caderas sensualmente dentro de mi, elevo su tronco para mirarme yo tome mis pechos en mis manos y las sostenía acaraciendolas. -- Eres perfecta -- me susurró apenas audible.

El va y ven era preciso y rudo así continuamos hasta que ambos nos corrimos al mismo tiempo.

-- Eso fue genial -- dijo agitado.

-- Si, eres bueno -- respondí y él sonrió con un toque de lascivia.

{•••}

Estábamos por regresar a la casa, la luna de miel no duró más que 2 días, Tyler no podía descuidar tanto sus negocios. Fueron bastante raros estos días, Tyler era otra persona en todo su esplendor y me gustaba éste chico tranquilo, dulce y pervertido que había conocido en las Bahamas.

Subimos al auto las maletas y luego nosotros. Todo el camino estuvimos en silencio yo estaba que me dormía, giré mi rostro para ver a Tyler, era un hombre intimidante, lindo, de carácter fuerte, elegante y que poseía unos ojos hermosos, no entendía como era que a veces podía ser tan cruel.

-- ¿te gusta lo que ves? -- espeto riendo y mirándome.

Me quedé embobada mirándolo ¡que estúpida!

-- ya quisieras Volvok -- inquiero.

Su celular sonó y atendió la llamada.

-- Polanski, dime -- habló sin quitar la vista del camino.

Estuvieron intercambiando unas palabras hasta que Tyler empezó a enfadarse.

-- ¡Acaba con ese hijo de puta Polanski es una orden! -- gritó como si nada.

-- ¡Lo que oíste, que acabes con él! ¡Estoy volviendo de mi luna de miel y ya me vienes con problemas! Matalo de una perra vez para que aprenda -- espetó dándole un golpe al volante y colgó para llevarse una mano con el puño cerrado a la boca.

-- ¿Vas a mandar matar a una persona? -- lo miré asustada.

-- No te metas Elena, es mi trabajo, quédate callada mejor, tu opinión sale sobrando -- respondió enfurecido.

-- No has cambiado nada, sigues siendo una mierda de persona -- hablé en tono hostil.

-- Cierra la boca y cuando lleguemos procura verte feliz, recuerda que llegamos de la luna de miel -- me sentenció.

-- ¿cómo pasaste de ser hace 2 días un hombre bueno, dulce, divertido y tierno . Y ahora que estamos volviendo sacas tu verdadero yo y me tratas como si fuera nada --

Algo dentro de mi tenía la esperanza de que hubiera cambiado aunque sea un poquito pero ahora lo dudo.
Giré la vista hacia la ventana ya estábamos por llegar al aeropuerto y eran otras 6 horas que tenía que soportar a este amargado.
En el avión pude sentir la mirada penetrante de Volvok pero no me importó yo segui ingnorandolo hasta que llegamos a casa, o mejor dicho presión de oro.

YO SOY TU AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora