Capitulo 16|

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“Y sin conocer el porque, empece a darle mis sonrisas ”

~Andrea

Amelie

Alcé la cabeza de golpe y fue lo peor que pude haber hecho, alguien estaba taladrando justo al lado de mi cabeza,no, alguien estaba taladrando justo dentro de mi cabeza.

Cerré mis ojos con fuerza ante la iluminación de mi habitación debí olvidar cerrar las cortinas.

Haciendo un esfuerzo que se sentía sobre humano levanté mi cabeza de la cama.

Y digo mi cabeza porque se sentía jodidamente pesada, camina a rastras hasta el baño y por poco me da un infarto al ver mi reflejo.

Parecía una puta amanecida.

Corrección, las putas por lo menos mantienen el glamour, las más finas obviamente.

Mi cabello estaba enmarañado,tenía sombra bajo mis ojos, la sábana marcada en mi mejilla, ojeras y un vestido mal acomodado por haber dormido con el.

Dios, me veía del asco.

Cerré mis ojos cuando ese pensamiento llegó.

Mi mente empezo a llevarme a lugares de ella que trataba de evitar pero que aveces solo una cosa me llevaban a ella.

Me metí en la ducha con todo y vestido, lave mi cabello, me quite el maquillaje y el vestido, luego de un buen rato fue que salí.

Aún me estaban martilleando la cabeza, así que fui a la cocina a preparar algo de café y beberme un par de pastillas para la resaca que tenía encima, habían pasado años desde que tuve una de este nivel.

Aunque yo creo que se debe a los tragos mortales que me dio Ashley, si, creo que fue eso.

Estaba por servir el café cuando el timbre sonó.

Debía ser George con los niños abrí la puerta esperando que fueran ellos pero no,era Mikael —Hola.

—Hola, Un poco temprano para una visita ¿No lo crees?—le dije.

—Faltan diez minutos para la una, así que no lo creo—respondio mientras miraba hacia arriba.

Estaba sorprendida por la hora, tuve que haber buscado a los niños hace tres horas.

El siguio observando hacia arriba y yo también lo hice.

Mire el techo buscando en que estaba concentrada su mirada pero no había nada —¿Que miras?

—Cualquier cosa menos a tí —¿Que?.

Demonios.

—¿Qué?—Estaba por preguntarle qué estaba mal y lo recordé.

Estaba en toalla,sin decir nada di media vuelta y corrí a mi habitación para buscar algo que ponerme, me puse unos leggings negros y una sencilla camiseta blanca con un top deportivo debajo.

Regrese a la sala pero me detuve al ver a Mikael mirando el lugar con curiosidad.

—Lindo tapizado—Era blanco no tenía nada de especial.

Empecé a buscar con la mirada mi teléfono hasta que el metió su mano en su bolsillo y lo saco.

—Lo dejaste en mi auto, te traje un caramel macchiato y Comida italiana,supuse que tendrías resaca y no querrías cocinar.

—¿Pasta otra vez?—pregunte, me gustaba la pasta pero prefería el arroz.

Traté de que mi tono fuera sutil en la pregunta pero por su sonrisa falle.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora