Capitulo 7|

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La perfección es una pulida
colección de errores.


~Mario Benedetti.

7 de septiembre,2015.

Amelie

El enamorarse era algo tan arriesgado, tan complicado que en aveces opaca lo maravilloso que puede llegar a ser.

Enamorarme nunca ha sido algo que esté en mis planes, nunca lo he visto cómo algo importante.

Suena muy cliché pero enamorarse es darle la capacidad a alguien de hacerte daño y no estoy dispuesta a sufrir por ello.

Es darle tu confianza a una persona,es abrirte a ella de una manera intima -y no me refiero al sexo-es exponer tu alma a una persona, es dejarlo entrar a tu vida, dejarlo volverse parte de tu vida.

Ver llorar a Luz, ver a Luz sin su brillo es algo que no quiero para mí, escuchar todo lo que perdió Luz fue... doloroso.

Mis pesadillas y las de ellas no se pueden comparar. Si, yo aprendí a vivir y encontré mis motivos para vivir, ella aún lo está intentando pero no lo está logrando, de haber sido yo quién estuviera en su lugar me hubiera rendido sin luchar y de haber sido ella la que hubiera estado en el mío también lo habría hecho.

Todos tenemos un límite, algo de lo que nunca podríamos levantarnos y el de nosotros era pasar por lo mismo que la otra.

Entrar en el edificio se sintió bien para mí, pero pude ver como Luz se tenso.

El fin de semana le pregunté si quería renunciar, si quería alejarse para sanar, le prometí que de ser así la ayudaría pero se negó, anoche dure horas tratando de convencerla, sin embargo, no sirvió de nada.

Nuestro piso estaba silencioso,era entendible aún era temprano,al revisar las oficinas notamos que solo Mikael había llegado, estaba acostado en el sofá con un brazo sobre sus ojos,tenía una camisa negra que estaba arremangada hasta los codos un poco desaliñada y un pantalón del mismo color sin americana ni corbatas a la vista.

Alcé mis cejas al notar que estaba profundamente dormido, pensé en despertarlo.

Observé su escritorio, estaba igual de desaliñado que él, supuse que había llegado mucho más temprano o estuvo aquí toda la noche.

Deje mis cosas en su lugar y retire mi abrigo, hoy llevaba un pantalón celeste tiro alto,con una camisa blanca con los primeros dos botones desabrochados y unos stilettos del mismo color.

El viernes tenía una reunión con el director de finanzas, la cancele sin previo aviso y debo reprogramarla para despues del desayuno.

Decidí ir yo misma por mí desayuno y aprovechar y ayudar a Luz.

Baje hasta la cafetería en el primer piso y ya dentro estaba ella.

Me acerqué hasta su lugar -¿Pasa algo?-preguntó.

-Nada, solo quiero elegir que comeré hoy-Ella asintió se acercó y me susurró.

-No hace falta que me vigiles.

-Si, si hace falta-me dio una sonrisa que intentaba hacer parecer real pero fallando en el intento.

Pedimos las comidas y quedé sorprendido con la buena memoria de Luz.

Todo fue puesto en un carrito que normalmente se utiliza para transportar el café en los días de largas jornadas de trabajo.

Entre ambas lo llevamos aunque insistí para que me dejase ayudarla.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora