Capitulo 36|

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Este capítulo está contado por varios personajes, estos narrarán solo por breves momentos, estén alertas sobre quién narra cada cosa.

Yo lo escribí con pa' donde se fue de Mon Laferte de fondo

5 de Abril,2016.

Mikael.

No era tonto, tenía sospechas pero quería esperar a que ella me lo dijera.

Soy paciente, aveces demasiado para la suerte de mi familia, pero eso es un tema para otro día.

Ella era lo que me tenía preocupado, fui a Italia el fin de semana y regrese solo hace un par de horas.

Violet había estado más distraída desde la semana pasada, se quedaba pensando y se sobresaltaba demasiado cada vez que las puertas se abrían o cerraban para luego soltar un suspiro tembloroso.

Soy paciente pero verla así me tiene jodidamente preocupado.

Ver a Sebastián y Aidan dando vueltas por nuestra oficina cada hora no me relajaba ni un poco, incluso Zeck que estaba trabajando pisos abajo había subido un par de veces.

Y solo eran la 1.

Aidan.

Ella iba ahorcarme pero no me importaba.

Envíe a los niños con Vicmaly por el resto de la semana, ella aceptó a cambiar guardias con sus compañeros para poder cuidarlos.

Violet necesitaba este tiempo.

Era como su desintoxicación, caía, lloraba, sufría y luego se levantaba y seguía.

Todos los años lo hace.

Violet.

Un día como hoy hace 8 años estaba con mi familia riendo y festejando.

Menos de 48 horas después fui secuestrada y violada múltiples veces.

Tres días.

Y cada uno fue peor que el anterior.

«—Vive por mí. »

Solté un suspiro tembloroso y me recosté en la silla, otra vez esa voz resonó.

La pantalla estaba borrosa.

Era un desastre,yo era un desastre.

Ocho años y seguía llorando. Ocho años y seguía doliendo, ocho años y sin poder soltar todo ese sufrimiento.

—Maldita sea—me levanté con brusquedad, Mikael alzo la mirada y la fijo en mí.

Llevaba toda la mañana intentando descifrar que pasaba pero no estaba lo suficiente estable para responder.

Tomé mi abrigo, mis llaves y teléfono —Viol...—salí dejando su frase a la mitad.

Las paredes del pasillo no hicieron nada para calmar el aumento de los latidos de mi corazón.

—Amel...—la voz de Luz también se desvaneció cuando baje por las escaleras en vez del ascensor.

Baje todo lo que pude—no fue mucho —y me deje caer en los escalones.

Presione mi espalda contra la pared y saque mi teléfono.

Entre en mis contactos, solo pasaron dos tonos cuando contestó—Creo...creo que había alguien mas allí.

6 de abril,2016.

Era de madrugada, no quería dormir, no quería soñar, ni recordar.

Así que subí a la azotea.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora