Capitulo 20|

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“Porque las palabras no edifican lo que las acciones sí ”

~Edisson Cajilima Márquez

Amelie

Una caricia en mi cabello me hace removerme, creo que dormí en un mala posición porque mi espalda me está matando.

No quiero ir a trabajar ni levantarme pero debo llevar a los niños al colegio o van a llegar tarde.

—Mami—alcé la cabeza golpe y mire a los lados desorientada.

Esta no es mi casa, mucho menos mi cama—Ma.

Y todo llegó a mi de una sola vez, la cita, la llamada de Raiza, la llegada al hospital, la ida al apartamento, yo presentando a Darek y Daren, Mikael trayéndome otra vez al hospital y llevando a Noely al apartamento.

—¿Si?—dije, mire Adhara estaba tranquila, su piel ya no estaba tan pálida como ayer, se veía cansada pero su respiración era calmada

—La puerta.

—¿Qué?—pregunté sin entender.

—Estan tocando la puerta—asenti, me levanté, mi espalda tronó y solté un quejido llevándome la mano hacia la zona que sonó, recogí mi cabello en una cola desordenada.

No era de mis mejores días, llevaba un jean roto celeste y un suéter con capucha negro con una zapatillas que usaba para ir al gimnasio —pero como casi nunca iba estaban casi intactas.

Pude decirle que pasará pero no, fui a abrir la puerta aún con mi cara de sueño —Buenos días—saludo Mikael con una sonrisa, se le notaba de lejos que no había dormido mucho.

Llevaba jeans negros,una camiseta azul de mangas largas, un abrigo negro largo, zapatillas deportivas y un gorro de lana.

—Buenos dias—le hice seña para que pasara—Adhara, te presento a Mikael es mi compañero de trabajo.

—Hola, Mika—y ya lo bautizó.

Tenía una manía con buscarle abreviaciones a los nombres, tenía la tía Ash,la tía Vic,el tio Seb, la tía Mimi—que era Naomi—la tía Lily—que era Noely.

Y la lista seguía.

—Hola, principessa, ¿Como te sientes?—le pregunto acercándose y dejando una mochila que no había notado en la silla donde yo había amanecido, mire el reloj que estaba en la pared y note que era temprano, faltaba poco para las siete.

—Mejor, ya quiero irme a casa.

—Mañana podemos irnos—le informé.

—¿Mañana?, Falta mucho para mañana—se quejo, haciendo reír a Mikael.

—Tienes a tu mami haciéndote compañía así que cuando menos lo notes faltará muy poco.

—Pero me voy a aburrir.

—Hagamos un trato, yo busco unos juegos y tu me hablas sobre tí.

—¡Siii!—le respondió con alegría.

Le hice señas a Mikael para hacerle saber que iría al baño, el asintió en reconocimiento.

Entre en el baño y me cepille los dientes, hice pis y me pase un par de toallitas húmedas por los brazos y torso, debere ir a casa a ducharme por la tarde.

Admito que ver lo fácil que fluye la conversación de Mikael y Adhara hizo que mi corazón se acelerara, era como si ya se conocieran.

Esperaba que con Daren y Darek también sucediera de la misma manera, sin embargo, conozco a mis hijos y Darek va a ser un hueso duro de roer.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora