“¿Amigos?, No. Es el hermano que elegí y el que la vida me dió ”
~Desconocido.
Mikael18 de octubre,2015.
Mi fin de semana en Italia al fin estaba por terminar, sin embargo, no podía irme, no sin hablar antes con alguien.
—¿Tres hijos?.
—Si, una niña y dos hombrecitos.
—Me tienes que estar jodiendo, Mikael.
Ignore su comentario y seguí contándole todo o por lo menos la mayor—Adhara es un ángel, Daren también lo es,sin embargo,es un poco más reservado que ella, Darek...ese es el más difícil, ni siquiera me dirigió la palabra, mucho menos el saludo, los varones son idénticos, si no fuera por su personalidad fuera difícil diferenciarlos.
—¿No pudiste buscar a alguien sin tanto lío?, Los niños complican todo—le lance una mala mirada que lo hizo alzar las manos en señal de rendición.
—Yo ni siquiera estaba buscando a alguien, Daniel—Le recordé—Y no te metas con los niños.
—Dame un minuto, necesito procesar toda la información o haré cortocircuito—rodé mis ojos y mire el lugar.
No era primera vez que veníamos,era un pequeño bar que quedaba cerca de su apartamento, era rústico, la barra era de madera y los colores variaban entren el vino y el azul, el lugar tenía bombillas de luz cálida colgadas del techo con una fina cadena negra, la pared que estaba del otro lado de la barra estaba llena de estanterías donde cientos de botellas de licores estaban acomodadas excepto en el centro, en el centro un televisor de 55' pulgadas que reproducía el menú de bebidas y aperitivos. Daniel era un buen amigo y yo debía ser el único ser en la tierra que lo aguantaba.
Nos conocemos desde siempre, solíamos ser vecinos, luego compañeros del jardín de niños, primaria, secundaria y en la universidad, en una ocasión hasta compañeros de piso.
Éramos como el dúo inseparables, si uno metia la pata, entonces el otro ya había metido el cuerpo completo.
Literalmente.
Si uno terminaba en el hospital por una pelea, el otro terminaba preso por dicha pelea.
Casi siempre era yo el que terminaba en el hospital —hice una pequeña mueca al recordar eso.
Daniel era un poco más bajo que yo, era delgado pero de forma atlética y con algo de musculatura, de piel bronceada de tanto irse de viaje, cabello negro, rapado a los lados y lo suficiente largo arriba como para hacerse una pequeña coleta, nariz respingona, labios finos, sin barba con barbilla un poco puntiaguda, cejas gruesas depiladas—si,si es alguien que cuida su imagen— pestañas abundantes con ojos de color miel.
Era la amistad más leal y sincera que tenía y por eso aguantaba su culo inquieto.
—Okeeeeey, ya enderece el sistema, ¿Que piensas hacer con todo lo demás?—me preguntó.
—Quiero acabar con eso, tengo años queriendo hacerlo, nunca he hecho presión porque no tenía motivos pero ahora...
—Ahora ella es tu motivo.
—Lo es, quiero ir a más, aunque estemos a paso lento, no sé si me entiendes.
—Llevo treinta y dos años soltero, obviamente no te entiendo.
—No se ni porque te pido consejos a ti, más sentimientos tiene mi cerveza.
—Las cervezas no tienen sentimientos, Mikael.
ESTÁS LEYENDO
𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬
Random𝐀𝐦𝐞𝐥𝐢𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐬 𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐳 𝐬𝐨𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐨𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬. 𝐍𝐮́𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐮𝐧𝐨, 𝐜𝐮𝐢𝐝𝐚𝐫 𝐚 𝐀𝐝𝐡𝐚𝐫𝐚, 𝐃𝐚𝐫𝐞𝐧 𝐲 𝐃𝐚𝐫𝐞𝐤. 𝐍𝐮́𝐦𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐨𝐬, 𝐚𝐦𝐚𝐫 𝐚 𝐀𝐝𝐡...