Capitulo 2|

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Hay reencuentros que te hacen replantearte tu vida.


~Desconocido.

Amelie

La noche había caído desde hace un par de horas, mientras más caía mis nervios se intensificaban.

Me despedí de los niños pocos minutos después de presentarle a la chica que los iba a cuidar,le repetí las indicaciones creo que por tercera vez y si fueron más a ella no le molestó solo sonrió y volvió a escuchar todo atentamente como si fuera la primera vez.

Salí del apartamento, camine el pasillo y estaba por llamar al ascensor cuando se abrió.

Mikel estaba luciendo un traje azul marino sin corbata,camisa blanca y cabello perfectamente peinado no quedaba nada del chico con suéter de los padrinos mágicos que desayunó con nosotros.

Solté un silbido y el levantó su cabeza, estaba tan entretenido en su teléfono que no se percató que el elevador se había detenido.

—Ay por Dios,esto no es justo.

—¿Qué?.

—Que al lado de ti parezco un simple mortal y no el chico inalcanzable que soy—no pude evitar reírme,no soy una persona que lo haga mucho, pero con sus ocurrencias pareciera que no pudiera dejar de hacerlo—Estas Hermosa, le doy un diez de diez a ese vestido.

Llevaba un vestido verde esmeralda de mangas caídas con un abertura en la pierna izquierda,con escote cruzado que dejaba a la vista mi clavícula y el comienzo de mis pechos —debo admitir que con el embarazo estos crecieron de una manera considerablemente buena—el escote estaba decorado con piedreria plateada,el vestido era ajustado hasta la mitad de mi cadera lo que ocasionaba que se subiera un poco.

Dato no muy positivo que me dejó el embarazo: Mis caderas ,antes tenía un cuerpo con curvas generosas, sin embargo un embarazo de trillizos no era algo fácil de llevar y entre las hormonas y mis antojos, subí de peso y mucho.

Algo muy normal en el embarazo,no me disgustaba pero no me sentía del todo comoda,así que apenas el doctor me dio luz verde empecé a ir al gimnasio por lo menos tres día de la semana.

No volví a mi peso anterior pero empecé a sentirme mejor conmigo misma con ayuda de mi entrenador y psicóloga.

Volviendo al tema mis caderas eran anchas y mis piernas un poco gruesas así que en ocasiones el vestido se me subía,los pantalones se me rompen por el roce de mis piernas al caminar y varias veces me quedaban sueltos en la cintura.

En ocasiones, no favorecía, aunque debo admitir que esos atributos a algunas chicas nos volvía inalcanzable.

Me había tomado el tiempo de hacerme un maquillaje muy bien elaborado pero sin llegar a hacerlo lucir sobrecargado,mis labios pintados en un color mate y mis mejillas con un poco de rubor,mi cabello estaba suelto y ondulado hasta la mitad de mi espalda.

Llevaba unos tacones plateados—para combinarlos con la piedreria —muy altos,unos lindos aretes en forma de gota,una fina y sencilla cadena con tres estrellas y un bolso pequeño donde llevaba mi celular,mi tarjeta y mi identificación.

—Voy a una gala de beneficencia.

—¿Familia influyente?—Asentí—¿Entonces porque nunca te vi?.

—teniendo en cuenta que tú tendrías como once años la última vez que fui a un evento es entendible y ni siquiera sabía que pertenecías a alguna familia,empresa, asociación o corporación.

—Soy hijo de un magnate petrolero—magnate petrolero,magnate petrolero.

¿Los Schneider?—esa familia era socio de una industria petrolera.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora