8. Shae

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Jueves 11 de febrero (Madrugada)

Nico me toma de la mano y comienza a caminar. Tomó la decisión de que no voy a volver con Devin y que me mudaré con él y Aiden. Al principio, no sabía qué pensar. ¿Es él mi única oportunidad de salir de ese departamento de mierda y de esa vida horrenda que tengo con Devin y su compañero?

No es que quiera aprovecharme de Nicolás. Desde que lo conocí me sentí atraída por él. Hace dos años aparecí en el bar mientras él y Jasper limpiaban la vereda y los ventanales. No tenía nada que ofrecer, sólo mi alma y mis excelente predisposición para trabajar y poder tener un poco de independencia económica. Le pregunté si tenía algún trabajo disponible, que podía aprender cualquier trabajo que él necesitara que haga. Me miró con un brillo especial en los ojos y juro que hubiera dicho que sí a cualquier cosa que me propusiera. pero Devin estaba en mi vida. Así que una vez que llegué a casa, y aunque la felicidad por haber conseguido ser la nueva moza de The Latin Corner, vi a mi novio y me forcé a olvidarme de Nico y de sus ojos brillantes.

Nico tiene razón. No amo a Devin, hace tiempo que no lo hago. Creo que me quedé junto a él por costumbre... Y porque mis padres me habían dejado bien claro que el suyo ya no era mi hogar cuando llegué a casa y encontré todas mis cosas metidas en una maleta. «No vuelvas nunca más. Ya no eres nuestra hija».

Esas palabras todavía queman. Devin supo aliviar el incendio un tiempo. Pero solo un tiempo. Luego, todo, pero todo comenzó a caer en picada.

Y acá estoy. No puedo volver a casa de mis padres y no puedo dejar la casa de Devin sin quedarme en la calle, o usurpar algún departamento. Una lágrima recorre mi mejilla con lentitud. Sé que Nico me mira de reojo mientras caminamos, así que me pongo de puntillas y le doy un beso en la mejilla al tiempo que me la limpio con el dorso de mi mano.

—Gracias... de verdad, por todo esto—. Se pone delante de mí, coloca su mano en mi mejilla y me acaricia con el pulgar. Cierro los ojos y me inclino hacia su tacto.

—Lo que sea por ti, Shae.

Abro los ojos y veo sus ojos recorriendo todo mi rostro. Se detiene en mis ojos y su azul intenso pareciera querer adentrar en mi alma. Su mirada dice más que sus palabras.

Ojalá lo hubiera conocido antes... antes de que empezara toda esta mierda. Mi vida sería tan diferente ahora. Podría haberme enamorado por completo de él.

—¿En qué estás pensando? —Pregunta con dulzura. Sus labios se curvan en una hermosa sonrisa mientras toma mi barbilla entre sus dedos

—En ti... y en lo mucho que me hubiera gustado entrar en tu bar un año antes. —Respiro profundo—. Esto no estaría pasando ahora. Todo sería diferente. —Las lágrimas empiezan a caer y él las limpia con ternura. Hacía tiempo que mi piel no se sentía tan bien al tacto de otro.

—¿Por qué?

—No lo sé. Quizá no habría cometido todos los errores que cometí. Devin no estaría en mi vida, quizás aún tendría una familia. Quizás no estaría tan... arruinada.

—De los errores se aprende, Shae.

—Ya... sí. Pero los míos fueron una especie de... —revuelvo las palabras en mi mente antes de largarlas—. fue más duro que solo una lección aprendida.

Me abraza y acomodo mi cara en el hueco de su cuello. Su cuerpo está totalmente pegado al mío mientras nuestros brazos se envuelven en el otro. Siento que mi corazón late tan rápido que podría salirse de mi.

—No serías la maravillosa mujer que eres ahora. —Me reincorporo y lo miro, No aparto mis ojos de los suyos, Mi respiración se siente un poco más agitada de lo normal. —Quizás si Devin no aparecía en tu vida no te hubieses ni aparecido por el bar y yo nunca hubiese conocido a la maravillosa mujer que me vuelve loco cada vez que llega con una encantadora sonrisa en la cara. —Me sonrojo y miro hacia abajo, al suelo. Él me levanta la cabeza por la barbilla. Me obliga a mirarlo. —La mujer con la que sueño cada puta noche.

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