28. Danna (Sky)

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En cuanto llegamos al departamento y dejo mi bolso en el sofá, Aiden me abraza por la espalda, me aparta el pelo y empieza a besarme el cuello desnudo. El calor de sus labios me excita al instante, encendiendo un fuego en mi interior que no tarda en arder.

—Siempre hueles tan bien...

Me lo llevaría a la cama ahora mismo, pero tengo hambre. Así que le sonrío y me escapo de su agarre.

—¿Quieres comer algo?

—A ti —dice con una mueca picara en el rostro. Me doy la vuelta y le sonrío.

—Estoy hablando de comida.

—¿Vas a cocinar tú? —me dice, acercándose a mi y volviendo a posar sus manos en mi cintura—. ¿Voy llamando a los bomberos?

—¡Ey! Soy una gran cocinera.

—Bueno... «tengo» que ver eso.

Me sonríe y me da un dulce beso en los labios. Luego se sienta y poniendo la barbilla sobre sus manos se queda mirándome. Le sonrío y empiezo a preparar todo. Voy a preparar mi famosa pasta Carbonara.

—Creo que podríamos aprovechar este tiempo —le digo y me muerdo el labio. Aiden me mira desconcertado

—Sexo y cocina no son una gran idea.... —me dice y me da una sonrisa ladeada—. Puedes quemarte o hacerte daño en....lugares incómodos.

—¿Ah sí? ¿Cómo es que tú sabes eso?

—Una vez me quemé el... culo —no puedo evitar reírme ante su confesión—. Tú preguntaste —dice y sonríe con satisfacción.

—Bueno, quizás entonces podríamos jugar al juego de las preguntas. Ninguno de los dos perdió, así que tenemos dos cada uno.

—Tienes razón. ¿Quién va primero? —pregunta Aiden, entusiasmado.

—¿Uno y uno? —Ofrezco

—De acuerdo. Voy primero —sonríe con picardía—. ¿cuál es tu número?

—¿En serio? ¿Esa va a ser tu primera pregunta? —frunzo el entrecejo y lo miro.

—Sip.

—Bueno, con los que llegué a la intimidad de la cama... cinco —respondo un poco tímida.

—¿En serio? —Levanta una ceja

—¿Crees que es demasiado? —de repente me siento muy consciente de lo que Aiden pueda llegar a pensar al respecto.

—No, en absoluto. A decir verdad, pensé que sería... más alto. Eres preciosa, inteligente, sexy. Cualquier hombre estaría contigo.

—Tuve mi primer novio durante —pienso, moviendo mis labios mientras lo hago—, algo de cinco años, creo que desde los diecisiete hasta los veintitres. Luego dps aventuras que no duraron más de 6 meses. Después de eso vino Alejandro... del que prefiero no hablar. Y finalmente, el último Idiota hasta el año pasado.

—Interesante... —Me sonríe con suficiencia—, No me contaste ahí así que, tu número es el seis.

Sonrío.

—El número cambia cuando se va el actual —le sonrío—, sigue siendo cinco mientras en mi cama estés tu. —me giro para cargar la olla de agua y ponerla a hervir— ¿Y qué hay de ti?

—¿Mi número? —asiento—. ¿De verdad quieres saberlo? —respondo solo con un monosílabo positivo—. Siete.

—No me mientas —Giro la cara para mirarlo, quitando mi atención de los fideos nadando en el agua.

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora