19. Shae

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Nico me besa los labios al verme con todos los paquetes que me habían comprado las chicas, sonríe y los toma para llevarlos al coche. Le agradezco a las chicas la tarde fuera y el bonito gesto de comprarme ropa. La venganza de Devin me había dejado básicamente con lo que llevaba puesto, y unas pocas cosas que pude rescatar que no estaban tan dañadas o sólo necesitaban un pequeño arreglo.

Me alegré de que no estuviera en el departamento cuando llegamos. Sabía que estaría trabajando. Al mismo tiempo, no entiendo por qué rompió las ventanas y los muebles, incluso el televisor. Tal vez estaba drogado, pero el idiota es el que va a seguir viviendo allí, así que sólo se hizo daño a sí mismo.

Lo que realmente agradezco a Dios es que Ethan no estuviera en el piso. Eso podría haber sido algo difícil... y sólo quiero cerrar esa puerta y empezar una nueva historia.

Saco mi teléfono de la bolsa y el cargador que había dejado en casa de Devin. Lo conecto para cargarlo. Anoche se me había terminado la batería apenas llegué a la casa de Nico y me olvidé completamente de pedirle a Nico el suyo. Logré cargarlo un ratito antes de irnos para lo de Devin, pero una vez en el centro comercial se volvió a morir.

Me pongo el delantal y empiezo a preparar lo que necesito para el menú de hoy. Enciendo el móvil y me meto en Spotify para poner algo de música. Suena la canción «Blank Space» de Taylor Swift y me pongo a cantar mientras lavo y corto las verduras.

Mi canto se ve interrumpido por sonidos consecutivos en mi teléfono que cortan la canción sin dejarme escucharla bien. Imagino que el Wi-Fi se conectó una vez que el celular cargo un poco y estoy recibiendo todos los mensajes que no recibí de anoche y hoy. Me acerco a mi teléfono, secándome las manos en el delantal y veo que tengo más de veinte llamadas perdidas de Devin.

—Mierda

Las borro sólo para encontrarme con más de veinte mensajes suyos.

[D] Siento mucho haberte pegado. No volverá a ocurrir.

[D] Por favor, ven a casa, vamos a hablar sobre lo que pasó y tratar de solucionarlo.

«Sí, claro. Dijo eso todas las veces que me pegó antes».

[D] Nena, lo siento. Por favor, contéstame.

[D] Shae, ¿dónde estás? Volví al bar y está cerrado.

[D] Shae, ¿dónde estás?

[D] ¿Dónde mierda estás?

[D] JODER SHAE, ¿DÓNDE MIERDA ESTÁS?

Ahí está. El Devin que conozco. El Devin que me enamoró para después mostrarme su verdadera cara y su verdadero ser. Y aunque ya sé que este es el Devin que yo conozco mi corazón empieza a latir cada vez más rápido mientras los leo. Se me forma un nudo en la garganta.

[D] Al final solo eres una PUTA.

[D] TE ESTAS COGIENDO A ESOS DOS. ¿NO ES ASÍ?

[D] ERES UNA PUTA DE MIERDA. ¿POR QUÉ MIERDA ME PREOCUPO POR TI?

Ahogo un jadeo mientras las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas.

[D] ESPERO QUE TE COJAN BIEN COGIDA. VETE A BUSCAR A ALGUIEN QUE REALMENTE SE PREOCUPE POR TU INÚTIL VIDA. NI SIQUIERA VALES LA PENA.

[D] DAS ASCO PINTANDO. APESTAS EN EL SEXO. APESTAS PARA VIVIR. ESPERO QUE NUNCA VUELVAS. ERES UN BUENO PARA NADA. OLVIDATE DE TUS COSAS AQUI. TE LO ARRUINARÉ TODO.

[D] POR ESO TUS MALDITOS PADRES TE SACARON DE SUS VIDAS. NO VALES LA PENA.

Y con ese último mensaje, ya no puedo más. Resbalo por la pared hasta quedar en el suelo. Empiezo a llorar y las lágrimas no paran de salir.

—Nena, nena, ¿qué pasa? —escucho la voz de Nico tras el sonido de la puerta cerrándose.

—Shae, cariño, ¿qué pasa? —me pregunta Sky mientras me quita el teléfono de la mano y empieza a leer—. Oh. Dios. Que hijo de puta —La escucho resoplar—. Nena, escúchame. Sabes que todo esto es una mierda. No le des importancia a lo que dijo.

Nico toma el teléfono del cielo y lee todos y cada uno de los mensajes. Incluso los que continúan y no me atreví a seguir leyendo. Su cuerpo está tenso, puedo verlo. Su mandíbula se volvió una roca firme y su espalda se enderezó de tal manera que parece tener el control de todo lo que pasa a su alrededor.

—Shae, amor. —Me sonríe con dulzura mientras se agacha un segundo para estar a mi nivel—. Por favor, ponte de pie.

Sky me tiene abrazada a su cuerpo. Levanta la cabeza y lo mira, desconcertada por su tono. Me levanto, el se endereza a la par mía. Sus brazos me rodean en un fuerte abrazo. Me besa en la frente y me levanta la cabeza por la barbilla para que lo mire.

—Tú vales, y muchísimo —Se detiene en cada palabra para resaltar su importancia—. Te mereces que te quieran y te adoren —Me da un picotazo en los labios—. Te mereces ser la reina del mundo de alguien, y ahora eres la reina del mío —No puedo evitar llorar con sus palabras—. ¿Hay algo que merezca la pena salvar en este teléfono?

Parpadeo un par de veces y lo miro, un poco desconcertada por la pregunta.

—Yo... Tengo algunos contactos que necesito de las galerías de arte y... Algunas fotos de mis trabajos... —Inspiro profundamente.

—Sky —Su voz suena autoritaria y dominante—. ¿Podrías hacerme un favor?

—Sí, claro.

—Vuelve al centro comercial con Shae y cómprale un nuevo... y mejor teléfono, pero por favor regístralo a tu nombre.

—No necesito un teléfono mejor, Nico —intento quejarme, no porque sea una desagradecida, sino porque no quiero que se gaste dinero en mí­—. Mi teléfono funciona bien, pero una línea nueva sería genial.

—Ahora vas a dedicar más tiempo a la pintura, así que necesitas un teléfono mejor para hacer fotos y presumir de ellas —Sonríe mientras me acaricia la mejilla. Vuelve a mirar a Sky—. Por favor.

—Por supuesto, jefe.

—¿Necesitas dinero?

—Utilizaré la tarjeta de crédito del bar, o puedes subirme el sueldo más tarde —le sonríe y luego se le escapa una carcajada. Hace que se me derrita el corazón. Se preocupa por mí y toma las riendas de la situación. Me encanta. Pero me siento muy mal por tener que pedirle ayuda.

MÁS ayuda.

—Por favor, no.

—Sí... tus suplicas no van a funcionar —dice con una sonrisa—. No voy a aceptar una negativa.

—Pero... —Intento explicarme, pero me siento tan abrumada por todo lo que está pasando que no me salen las palabras. Me besa. Es un beso tierno y cariñoso. Luego se acerca a mi oído y me susurra.

—Déjame amarte, Shae. Cuidarte y preocuparme por ti es parte de eso.

Lo miro por debajo de las pestañas y me acerco más a él, besándolo con pasión. Estoy a punto de darle las gracias cuando Sky me toma de la mano y me saca de la cocina. Toma su bolso de debajo de la encimera y nos dirigimos a la puerta. Cuando estamos a punto de cruzar el salón, Aiden y Summer bajan riendo. Ella los mira y sale aún más rápido.

—¡Eh! ¡Más despacio! —Casi me arrastra.

—No quiero verlo.

—¡Pero me vas a arrancar el brazo del cuerpo! —Me río entre dientes. Me mira con ira en los ojos—. ¿Qué te pasa?

—Grrr, estoy deseando que me toque, quiero sentir sus manos en mi piel. ¿Por qué demonios decidí jugar a este puto juego?

Me río, una carcajada sincera.

—Dios, Sky. Eres increíble.

—Me frustra —dice pasándose la mano por la cara.

—Presiento una gran noche llena de diversión.

—Sí, vamos a comprar ese teléfono así puedes sacar fotos del momento en que le pego un cachetazo por la frustración que me genera. 

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora