52. Aiden

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Cinco de la mañana. Necesito que todas estas personas se vayan para poder cerrar, pero no, todas ruegan por un trago más. Summer tiene de enojada porque esto retrasa nuestro esquema de limpieza para poder irnos y encima me echan la culpa ya que son todas mis «fans», como las llama Sky. Todo por culpa de ese bailecito que hice en la barra el primer día que vine aquí.

—¡Vamos Aiden! Una cooopa más —balbucea una rubia que está casi desplomada sobre la barra. Creo que no puede ni siquiera mantenerse parada.

—Oh, sí, por favor, un orgasmo más —acota su compañera que no parece estar en mejores condiciones.

La cara de desagrado de Summer y Sky me provoca una sonrisa, y veo el momento en el que Danna pierde la paciencia y sale de la barra dispuesta a dar por terminada la noche.

—De acuerdo, señoritas desesperadas, empiecen a caminar hacia la salida y no vuelvan, por favor. Aiden es «mi» hombre y ustedes dos estando tan necesitadas me están poniendo de los nervios.

—Aiden, ¿vas a dejar que trate así a tus bebés? —La primera chica le pone mala cara. No tan mala como la de Sky en este preciso momento. Podría ser SheHulk tranquilamente.

—¿Perdona? ¿No fui lo suficientemente clara? —Sky las hace bajarse del taburete donde están sentadas, tomándolas por el brazo—. A buscar un ligue que llevarse a la cama fuera de este bar.

—Ohh Aidennn vamosssss... —Escucho a la chica número dos y es la gota que colma el vaso.

—A la mierda —Masculla Summer mientras va detrás de las dos, comienza a empujarlas por la espalda, ayudando a Sky.

Jasper se une a las amigas Las sacan del bar y las suelto una vez fuera.

—¡Si las vuelvo a ver, no seré tan dulce! —Grita Sky antes de volver a entrar. Cuando se acerca a mí, la tomo de la mano y tiro de ella hacia mi pecho, la abraza y le doy pequeños y suaves besos a lo largo y ancho de tu bello rostro

—¡Basta! —Se ríe mientras intenta zafarse de mi exagerada demostración de amor.

—Me calienta tanto cuando defiendes lo que quieres, y más aún cuando lo que quieres soy yo —murmuro en su oído y luego le muerdo de forma juguetona el lóbulo de la oreja.

Sky sonríe y le brillan los ojos. Yo mantengo la mirada en la suya, y no puedo evitar pensar en lo profundo que me está calando esta chica.

*

Termino de limpiar la barra y cuando giro mi rostro me encuentro con la rubia y la colorada cotilleando mientras me miran. Me acerco a ellas enarcando las cejas y veo que se callan y empiezan a soltar risitas

—¿Qué pasa?

—Nos preguntamos si podrías aclararnos algunas dudas —susurra Summer cuál secreto, pero nunca dejando de lado la sonrisa.

—Claro...

—Cuando estabas en la orgía con las Barbies plásticas —Shae empieza y yo ya imagino por donde vendrá la pregunta—, ¿También tuviste que hacer cosas con Nico?

—¡Qué asco!!! —Les digo mientras vuelvo al mostrador.

—¡Oh, vamos! ¡Comparte con nosotras! —ruega Shae, divertida.

—¿Le has acariciado la...? —Summer pregunta traviesa, pero no la dejo terminar.

—¡Summer ya basta! —el bochorno crece en mí de manera descomunal.

Las dos se echan a reír mientras me dirijo hacia Nico para pedirle que le diga a su mujer que pare. De repente, se escucha Jaded de Aerosmith y reconozco mi tono de llamada. Nico me pasa mi teléfono, pero al mirar la pantalla su rostro palidece. Cuando veo que el que llama es mi padre, creo que a mí también se me va el color de las mejillas.

Papá... ¿Qué pasa? —respondo en inglés por la costumbre de hablarlo en el bar con las chicas Y al segundo me doy cuenta de que vendrá el reclamo.

—Si tu madre te escuchara ese acento americano seguro le daría un síncope.

—Ya, disculpa por no hablar como la reina de Inglaterra.

—Luego de tanto tiempo viviendo aquí, no entiendo como en dos semanas te has aprendido hasta los lunfardos.

—Tú vives allí hace más de 45 años y sigues pronunciando la R como Ricky Martin.

—Dios, no voy a entrar en esta discusión otra vez. Menos sin tu madre presente para defenderme. —Suspira y luego vuelve a hablar—. Entonces... ¿Sigues interesado en ese teléfono que pediste a mis hombres que investigaran?

—Sí... —Nico me mira con preocupación al ver que la sonrisa que tenía hace unos segundos vuelve a desvanecerse.

—Bueno... Se ha activado recientemente, Luego de unos días de estar prácticamente muerto. Días no... No lo había tocado ni usado en un mes. Pero hoy lo ha hecho.

—Vale...

—Tarsha logró enviarle un archivo haciéndose pasar por una joven buscando un poco de acción, cayó como un perfecto imbécil.

—¿Encontraron algo?

—Al principio era bastante normal, Facebook, Instagram... Pero... luego entró en algún navegador pirata y buscó formas de hacer que alguien se desmayara

—Joder —Nico se pone en alerta al igual que yo, que miro a todos lados buscando a Shae.

—Y luego contactó con alguien en el mercado negro para comprar Ketamina.

—Mierda. ¿Le han seguido la pista?

—Tuvo el celular encendido hasta hace 4 horas. Casi lo teníamos, pero algo pasó con la entrega de la Ketamina y luego de eso el celular se apagó. ¿Puedes explicarme qué está pasando?

—Es el tipo que abusó de la novia de Nico —Comento, bajando un poco la voz para que el resto que sigue con la limpieza no me escuche.

—Entiendo, Aiden. La cosa es que durante el rato que estuvo encendido su celular, rastreamos el rebote de su señal en tres lugares diferentes. Y la última, estaba peligrosamente cerca del lugar donde tú estás ahora. Y esto fue hace aproximadamente... cuatro horas.

Abro mucho los ojos.

—¡NICO! ¿Dónde está Shae?

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora