—¿Me acompañas a ver si puedo solucionar lo del auto después de lo de Nico?
—Me encantaría. —me responde Sky mientras se pone de puntitas y me da un beso en rápido en los labios. La rodeo con mis brazos y la aprieto fuerte mientras sonrío. Ella me devuelve el gesto y nos metemos en su coche.
—¿Qué tipo de coche quieres? —me pregunta luego de unos minutos, con la vista fija en la carretera.
—Un Mercedes-Benz SLC-Class —su boca se abre y estoy seguro de que se tragará una mosca si sigue manejando así.
—Oh... Ni una sola duda.
—Siempre he querido un Mercedes.
—¿Y por qué no te lo compraste antes?
—Bueno... En Canadá tenía el coche de la empresa... En Londres tenía mi propio coche, pero era... un poco más lujoso.
Danna gira su rostro hacia mi aun sorprendida. Abre y cierra tratando de decir algo, pero termina negando con la cabeza.
—¿Y en Argentina?
—No estuve el tiempo suficiente como para que valga la pena comprar un coche.
Se hace un pequeño silencio mientras ella maniobra como una experta. Cuando veo sus intenciones de poner la radio, trato de retomar la charla.
—¿Por qué elegiste este?
—¿Este qué?
—Este auto... Danna.
—No sé... Podía pagarlo. Supongo que no había otra opción más atractiva con el dinero que tenía.
Me río. Sky pone música que llena el silencio que otra vez se generó entre nosotros. Noto que se muerde el labio inferior y sus ojos se mueven como si su mente estuviera trabajando en algo.
—¿Qué pasa, nena? —le digo mientras bajo un poco el volumen.
—¿Qué?
—¿Qué está pasando en esa bonita mente tuya?
—Sólo intento poner mi mente en orden. No te preocupes.
Llegamos a la casa de Nico. Tengo mi propia llave, así que entramos. Nico no está en la salón revolcandose con Shae así que por ahora vamos bien.
—¡Cariño! Estoy en casa! —grito.
Sky se ríe dentro mio siento que ese sonido es mágico. Me dan ganas de besarla ahora mismo. Nico y Shae aparecen en las escaleras.
—¡No es lo que piensas! ¡Te juro que puedo explicarlo! Nico se hace pasar por una esposa desleal a la que han atrapado infraganti. Agarra a Shae del brazo y la esconde detrás de ella. Todos nos reímos cuando Shae golpea el brazo de Nico, él la abraza y la besa. Es tan bonito verlos bien. Los dos bajan y Shae y Sky se abrazan.
—Acabamos de desayunar, pero... ¿Preparo un poco de café? —Shae ofrece con una sonrisa en la cara.
—Por favor —decimos los tres al unísono.
Shae se ríe, toma a Sky de la mano y se meten en la cocina. Espero a que las dos estén dentro y miro a mi amigo cuyos ojos siguen mirando al lugar donde desaparecieron las chicas.
—Estás enamorado. ¿no?
—Sé que parece una locura desde fuera... Supongo que la había anhelado durante tanto tiempo que es imposible no quererla ahora que puedo tenerla de verdad.
—¿Qué está pasando? —le digo, mostrándole el mensaje que me envió esta mañana.
—Miré su viejo teléfono esta mañana. Tenía dos mensajes... Uno de Devin, que, aunque voy a matarlo algún día no importa ahora, Y otro del imbécil de anoche. Era una amenaza, como que no la va a dejar en paz.
—¿Ella lo sabe?
—No... no me atreví a decírselo.
—Ella tiene que saberlo. Tiene que denunciarlo.
—Ya me dijo que no lo hará.
—Si es un poco sensata, lo hará. Está en peligro si no lo denuncia. Los tipos como él nunca se rinden.
—No sé qué hacer, Aiden.
—¿Cuál es tu idea entonces? ¿Qué es lo que quieres? —Nico me observa con la duda gritando en sus ojos —¿Quieres que lo haga desaparecer?
—¿Puedes hacer eso? —Pregunta.
—Sabés que puedo, pero también creo que es demasiado peso sobre tus hombros, hermano. Cuando la idea de que por tu decisión alguien murió aparece en tu cabeza a torturarte... es difícil.
—Si protejo a Shae, no me importa.
—No dejaré que pases por esto. Es duro. Es muy duro. Los fantasmas aparecen cuando crees que todo ha quedado atrás. Yo lo sé —Inspiro profundamente—. Tenemos que convencerla. Déjame hablar con ella. A solas.
—Pero...
—Si estás ahí... puede interferir en lo que ella piense o diga.
Su cara muestra preocupación. Sé que se siente inútil en este momento, pero Shae podría pensar que todo lo que hace es por celos. Necesita entender la gravedad de toda esta mierda. Siento que todo lo que pasó con Marlene está volviendo a mí ahora mismo.
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Perfecto Error
RomanceTres amigas, con miedos, pasados ocultos y presentes complicados. Tres hombres, dispuestos a ir al mismo infierno por ellas. Un ex-detective de victimas especiales, heredero de la mafia listo para entrar en acción