38: Aiden

58 9 0
                                    

Me dirijo a la cocina donde Sky y Shae están ahora. A medida que me acerco, puedo oírlas hablando. No son precisamente silenciosas.

—Hey nena, háblame —Sky le dice a Shae.

—Necesito que se vaya todo, Sky. Necesito que Devin desaparezca, que Ethan desaparezca, que mis padres desaparezcan. Necesito que todo desaparezca de mis pensamientos. Necesito que mi mente esté tranquila y en paz

Me quedo fuera de la puerta, intentando seguir la conversación.

—Todo va a salir bien, cariño. Sabes que podemos hacer algunas cosas para darte un poco de calma.

«Sí... como matar al imbécil.»

—Podríamos ir y denunciar a Ethan, y poner una restricción a Devin para que...

—No —Escucho a Shae cortando a Sky.

¿No? Esta chica debe estar loca.

—Shae... —Sky intenta seguir con su idea, pero sé, por experiencia propia, que Shae no cederá hasta que vea «realmente» el peligro al que se enfrenta. Decido entrar en la cocina.

—Shae —Las interrumpo. Ambas me miran como si Jason hubiera entrado con la motosierra—. Necesito hablar contigo... a solas —La cara de Danna pasa de la compasión al enfado.

—¿A solas? —Dicen las dos al unísono. La mirada de motosierra sigue ahí.

—¿Por qué a solas? —Me pregunta Sky, casi en un arranque de celos. La miro intentando hacerle entender que no debe interferir.

—Porque necesito hablar con «ella», Danna.

—De acuerdo. No hace falta que seas un imbécil —Me dice y sale hecha un torbellino del lugar. Da un portazo para marcar su salida triunfal y yo solo puedo frotarme la cara para tratar de disipar la frustración que siento dentro. Parece que con ella nunca digo las cosas bien.

Shae me mira con ojos intrigados.

—Si quieres que denuncie a Devin tienes ...

—Aunque realmente creo que deberías denunciar a Devin por lo de las palizas... — No la dejo terminar— Me preocupa más otra cosa.

Me mira, ahora confundida. Me acerco al cajón donde Nicolás me dijo que había dejado el teléfono, lo saco y lo desbloqueo. Ella abre mucho los ojos cuando lo ve.

—Lo había olvidado por completo.

—Te voy a enseñar dos mensajes que Nico ha leído esta mañana. Yo aún no los he leído... ¿De acuerdo?

Ella me mira y asiente. Busco los mensajes y le enseño primero el de Devin.

—Oh Dios. Qué imbécil. Pensaba que después de nuestra charla se callaría un rato. No esperaba que se rindiera, pero... ¡No media hora después!

—Estoy de acuerdo, pero este no es el que me preocupa... si no este —Le enseño el mensaje de Ethan. Noto como su rostro va perdiendo color y está ahora más pálida de lo que ya es. Incluso el color de sus labios se desvanece.

—Aiden...

Se desmaya. La tomo antes de que caiga al suelo. La tumbo en el suelo con cuidado y levanto sus piernas. Luego de unos instantes la veo parpadear un par de veces y el color vuelve a sus mejillas.

—¿Estás bien?

—¿Qué pasó?

—Parece que un desmayo —le digo con una media sonrisa.

—Dios. Segunda vez en dos días, esto es genial.

—Oye. Estás pasando por «mucho». Tu cuerpo lo está sintiendo.

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora