16. Danna

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Aiden se aleja y yo me quedo con ganas de más. Por dentro lo estoy insultado en mil idiomas, pero no se lo voy a hacer saber. La venganza será dulce.

Vuelvo al departamento y una vez dentro tomo mi celular para enviarle una foto provocativa a Aiden en modo venganza. Cuando estoy buscando su contacto me doy cuenta de que nunca le pedí su número, haciéndome sentir frustrada.

Y no hay nada peor que haberse quedado con ganas de más y sentirse frustrada.

—Soy una idiota —susurro acercándome a la tetera para calentar agua.

El ruido de su puerta me saca de mi auto compasión. Giro mi rostro y veo a Summer saliendo de su habitación con los ojos hinchados. Sé que es mejor no preguntarle qué pasó, así que me acerco a la heladera, tomo la mascarilla de gel que guardamos allí para estos casos y se la alcanzo sin hablar.

—Gracias —sonríe y se pone el antifaz en los ojos—. ¿Estás preparando té? ¿Qué paso?

Bufo, enojada de a la vez de estar cachonda por como me dejo Aiden y frustrada por no haberle pedido su teléfono, y encima ser una predecible del demonio.

—Odio a Aiden —digo en un gruñido al cual Summer responde con una carcajada bastante sonora. Como si la hubiese tomado de sorpresa.

—¿En serio? —dice enarcando una ceja—, No sonaba así hace un rato... ¬—Ella sonríe, sus ojos todavía cubiertos con la máscara—. Pensé que habíamos acordado no hacer ruido, los vecinos se van a quejar otra vez.

La miro sin comprender. Se ríe entre dientes, aún con la mascarilla puesta y me roba una carcajada. Se lo quito de los encima de los ojos y tras mostrarme sus ojos llenos de picardía empieza a imitarme.

—Oh, Aiden. Si, nene. Ahí, ahí —gime y me paso la mano por la cara frustrada—, Si, si, por favor, por favor, por favor.

Empiezo a reírme y ella se burla de mí haciendo caras como si estuviese gozando.

—Te odio, de verdad.

—No, no me odias. —me sonríe—. Me amas —dice mientras se levanta y se acerca a la cafetera—. ¿No quieres café mejor? Creo que tenemos que hablar.

—Sí —digo mientras apago el fuego de la tetera—. ¿Quedó del que preparó Aiden?

—Ajam —responde mientras lo trae y me sirve una taza—. ¿Quieres que la llame a Shae? Quizá pueda venir. Fue una noche difícil. Creo que ella también necesita hablar y decidir si realmente se va a quedar con Nico o prefiere venir aquí con nosotras.

—Dudo que haya dejado la cama de Nico aún —respondo mientras compruebo el horario en mi celular.

—¿Crees que... tuvieron se acostaron anoche?

—Estoy tan segura que apostaría las propinas para esta noche—. Le digo riéndome.

Bebo un sorbo del café y le escribo un mensaje a Shae al mismo tiempo.

[Sky] Hola nena. ¿Estás bien? ¿Quieres venir a tomar un café y cotillear?

[Shae] No puedo caminar. (carita ruborizada)

—¡Oh, Dios mio! —grito, y Summer se acerca a mi—, ¡Sí se acostó con Nico! —grito emocionada.

—Era obvio —Me responde con calma—. Nico lleva dos años comiéndosela con los ojos, y ella negando esa chispa que surgía cada vez que estaban juntos.

—¡Y dice que no puede caminar!

Summer me roba el celular y le manda un mensaje de audio al instante. [TRAE TU MALDITO CULO AQUÍ]

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora