Estoy tumbado en la cama. Danna reposa su cabeza sobre mi pecho y sus brazos y piernas están envueltos alrededor de mí. No puedo creer que haya podido contárselo todo y que no haya salido corriendo horrorizada.
Miro su hermoso y somnoliento rostro. Beso su frente. El hecho de que quisiera probar, al menos algo tan... tranquilo como unas nalgadas, demostraba que tal vez no se opusiera totalmente a probar ir un poco más allá y eso me excitaba mucho.
Danna se mueve y produce unos pequeños gemidos somnolientos con su boca. Frunce el ceño, lo relaja.
Todos sus movimientos me hacen reír.
—Dios. Eres tan hermosa —murmuro contra su piel y luego beso su sien—. Y tan increíble.
—Mmmm desayuno.
No puedo evitar sonreír ante su somnolencia.
—¿Qué quieres nena?
—Desayuno —sonríe contra la almohada escondiendo el rostro.
Lentamente quito mi brazo de debajo de ella y me deslizo en la cama para levantarme. La miro de nuevo y no puedo evitar sonreír ante la imagen de Danna abrazando a la almohada. Me dirijo a la cocina para preparar el desayuno. Me doy cuenta de que estoy totalmente desnudo, así que vuelvo y me pongo los bóxers. Mientras me cambio, ella se gira un poco, buscandome. El sol le da de lleno en la cara haciéndola fruncir el ceño.
—¿Por qué no estás a mi lado?
—Porque una reina somnolienta exigió el desayuno.
—Mmm —sonríe—. ¿Vas a preparar el desayuno así? —me mira mordiéndose el labio.
—Si
—¿Y si viene Summer?
—¿Estás celosa de lo que pueda ver?
—No quiero que nadie vea ese precioso cuerpo desnudo.
Voy y le planto un beso en los labios.
—No puedo evitarlo. Soy una obra de arte lista para ser admirada —Danna se ríe y me tira una almohada—. ¿Qué fue eso?
Ella sonríe y yo pongo una sonrisa malvada en mi rostro
—Aiden... —Dice al darse cuenta de que se acaba de meter en la boca del lobo. Me siento sobre sus piernas, inmovilizándola—, ¡No te atrevas!
—¿Qué no me atreva a qué?
—Conozco esos ojos señor Banister. No te... —Mis manos viajan rápidamente a sus costillas y empiezo a hacerle cosquillas.
—Oh sí... ¡te vas a arrepentir de ser una lanzadora de almohadas!
—Por favor, por favor lo siento —Dice con la respiración entrecortada por la risa—. Yo...
—Sí... Ahora te arrepientes, ¿verdad?
Le hago más cosquillas hasta que veo que le cuesta respirar.
—Oh Dios... Eres tan malo! —Dice mientras intenta recuperar todo el aire que puede.
Beso sus labios y me abro paso en ella separando los suyos con mi lengua.
—Pero estás totalmente loca por mí. —Le digo. Ella sonríe mientras se muerde el labio. Me levanto y cuando me giro para volver a la cocina, me da una palmada en el culo.
—Ve y prepárame el desayuno —Me exige juguetonamente.
—¡Oh, no acabas de hacer eso!
Intenta escapar de la cama, pero la agarro por el brazo y la traigo de vuelta hacia mí. Me mira mientras la abrazo contra mi pecho. Sus ojos brillantes hacen juego con su maravillosa sonrisa.
—Me estas matando lentamente —Le digo mientras la beso con ganas. Me agarra del pelo y me muerde el labio. Dios, esta mujer será mi perdición.
*
Ella se pone ropa interior y Jeans. Yo también me pongo mis vaqueros y preparamos el desayuno juntos en la cocina. La conversación fluye entre nosotros. Dios. Todo parece tan fácil con ella.
—¿Tienes algún plan para hoy? —me pregunta mientras se acerca la taza humeante a los labios.
—Debería ir a ver a Nico y organizar algunas cosas... Luego puedes esclavizarme otra vez —me regala una sonrisa traviesa—. Y Mañana tengo que ponerme en marcha para comprar un coche.
—¿Vas a COMPRAR uno?
—Sí... necesito movilidad propia. No puedo dejar que me lleves a todas partes —me mira con confusión—. ¿Qué pasa?
—Pero... —ladea la cabeza—. Nada.
—Dime.
—No entiendo tu situación; te puedes comprar un auto, pero te estás quedando en lo de Nico...
—Nico es como un hermano para mí. No quiso que venga y me quede en un hotel. Tengo intenciones de buscar mi lugar propio, pero no es tan sencillo... así que él se ofreció a compartir su casa hasta que yo tenga todo organizado para poder comprar un departamento.
—¿Co... comprar? —balbucea—. Ni siquiera tenías trabajo hasta que llegaste al bar y ahora...
Veo en sus ojos que entra en pánico.
—Es demasiado largo para contarlo con prisa —le digo, pasándome la mano por el cabello.
—Yo no tengo prisa... ¿En qué estás metido?
Mierda
—¿Es una de tus dos preguntas de hoy?
—No —me mira con desafío—. esto es una conversación y vas a ser sincero conmigo. Basta de tantas vueltas —suspira—. ¿Por qué no puedes decirme todo de una vez? ¿Por qué tenemos que jugar a las preguntitas para conocernos?
—Sky, lo aceptaste...
—aaaghh —gruñe y mira hacia el otro lado de la habitación.
Me pongo de pie y me dirijo a la habitación. Me pongo la camiseta, Tomo mi billetera, el celular y vuelvo a la cocina. Danna está cruzada de brazos mirando al piso, con el cuerpo reposando contra la mesada de la cocina. Levanta la vista y me observa.
—¿A dónde vas?
—A lo de Nico.
—¿Estás enfadado conmigo?
—No —le digo, girándome para ir a la puerta.
—Aiden —Me agarra de la muñeca. Giro y la miro a los ojos. Debe darse cuenta del fastidio en mis ojos porque enseguida baja la mirada—. No te vayas así. Lo siento. Es que... No entiendo. No entiendo quién eres. Cada vez que siento que llego a conocerte un poco aparece algo nuevo. Eras el pobre chico que estaba solo aquí y necesitaba un trabajo y ahora... Incluso puedes comprar un departamento así que... Me asusta un poco, para ser sincera.
—¿Yo te asusto?
—No... no tú. No sé cómo explicártelo.
—Te prometo que llegarás a saberlo todo... Sólo dame tiempo. Vamos a conocernos... poco a poco. Como cualquier pareja normal.
—¿Pareja? —pestañea varias veces y me roba una pequeña sonrisa. Le acaricio la mejilla.
—Conozcámonos, Danna. Veamos cómo fluye todo sin presión —Veo su cuerpo relajarse—. Vamos, ve a cambiarte para que podamos ir a ver a nuestros amigos.
—Deberías avisarle. No me gustaría entrar en casa de Nico y encontrarlo desnudo haciéndole cosas a Shae en el sillón.
Me río mientras ella sonríe y corre a su dormitorio. Tarde o temprano tendré que hablar de mi verdadero trabajo con ella, del motivo por el cual vine a instalarme en Estados Unidos... Pero es demasiado pronto.
Mientras la espero, suena mi teléfono, y recibo un mensaje de Nico.
ESTÁS LEYENDO
Perfecto Error
RomanceTres amigas, con miedos, pasados ocultos y presentes complicados. Tres hombres, dispuestos a ir al mismo infierno por ellas. Un ex-detective de victimas especiales, heredero de la mafia listo para entrar en acción