44. Aiden

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—Me tienes loco, Sky.

De acuerdo. Esto es todo. Abro mi corazón aquí y se lo doy a ella. El balón está en su cancha ahora.

Desde el inicio todo con Danna fue por el camino equivocado. Todavía no pudimos disfrutar de conocernos como es debido y las emociones fluyen muchísimo más rápido de lo que esperaba.

Todo ha sido un puto drama. Mi pasado es el impedimento inicial para poder abrirme libremente a ella. Estaba decidido a no contarle nada de este, pero Shae tiene razón. Ella necesita saber.

Porque yo la necesito en mi vida.

Hace unos días que soy un fucking desastre.

Oigo algunas exclamaciones de sorpresa y silbidos alentadores. Mis ojos están fijos en sus esferas celestes, pero ella no responde ni se mueve. Está blanca como el papel

«mierda»

La veo escabullirse hacia la salida mientas ignora los gritos de Nico y Shae.

—¡Ve a por ella! —Matt el cantante de la banda me dice sonriendo.

Toda la gente dentro del bar empieza a vitorear un ¡VE!, ¡VE!, ¡VE! Así que le doy la guitarra y salgo corriendo del escenario hacia la puerta.

—¡Ey! —Una chica me agarra del brazo y me sujeta—. Tienes una voz increíble. La canción era preciosa.

—Ajam. Sí, gracias. Déjame pasar por favor.

—¿No quieres mi número o algo?

—¿No has oído una mierda? —Shae grita desde detrás del mostrador—. ¡suéltalo o te patearé el culo! —La muchacha se aparta y con una expresión contrariada vuelve con sus amigas.

—Creo que está en el Callejón—. Me indica Jasper con una semi sonrisa en la cara.

Corro hacia el callejón y la veo allí. Sentada en la cañería de agua y llorando.

—Hola.

—Vete, Aiden.

—No. No voy a dejarte otra vez. Lo hice en Starbucks y fue el peor error de mi vida. Debí cargarte en mi hombro y llevarte a casa.

—Sí. —solloza—. Deberías haberlo hecho. Deberías ser sincero con tus sentimientos también, o aclararlos. Entender realmente que es lo que quieres.

Camino hacia ella y me acomodo entre sus piernas. Tomo su cara entre mis manos y hago que me mire.

—A ti te quiero. Aunque esté aterrado de que salgas despavorida, estoy listo para contártelo todo.

Abre mucho los ojos, pero están llenos de preocupación y dolor.

—¿Por qué? ¿Por qué ahora?

—Porque tú —la beso con suavidad—, me haces algo. No sé qué; no sé cómo. Desde el momento en que te vi en el bar y te pedí un Martini que no puedo dejar de pensar en ti. No podía dejar de desear estar contigo. Todo el «puto» tiempo. No quiero estar con nadie más y entiendo que para que estemos juntos, debo abrirme.

—¿Por qué no cuando te lo pedí, Aiden?

—Porque no estaba preparado y quizás ahora no lo estoy al 100% pero no quiero esconderme más. No sé si después de que te lo cuente todo, seguirás queriendo estar conmigo, pero quiero intentarlo. No puedo vivir del... ¿Y si? —Bajo un poco mi cuerpo para besarla otra vez, pero ella me aleja.

—No, Aiden

—¿Por qué? ¿No sientes nada por mí? —Le acaricio la mejilla—. No espero que me digas que «te quiero» pero...

—No soy yo el problema, Aiden. «Tú» no me quieres.

—Sí te quiero.

—No, por favor. —Empieza a llorar. La abrazo contra mi pecho y llora aún más fuerte. —¿Por qué Aiden? ¿Por qué me das tantos mensajes contradictorios?

—Porque me he sentido totalmente miserable desde que te dejé en la cafetería y nunca me había sentido así.

—Yo no puedo... —Ella esconde su cara en mi pecho. —Lo siento mucho.

—¿Qué no puedes, Sky?

—No puedo permitir que me rompan el corazón otra vez.

¬—No lo haré, Danna. Te lo juro. Te diré todo.

—Es que me frustras, Aiden, tu y tus putos secretos. Todas mis relaciones anteriores se acabaron por ello. Yo necesito total sinceridad, al ciento por ciento, y tu no estás listo para eso.

Me acerco más a ella. El calor de mi cuerpo la abraza. Puedo oler su encantador perfume. Tomo su mentón con los dedos y eleva su rostro para que me mire. La beso con intensidad. Y lo siento... Esa electricidad por todo mi cuerpo.

—¿Tu lo sentiste también? —le digo con media sonrisa, pegado a sus labios.

—¿Qué cosa? —me pregunta, separándose apenas de mí.

—La conexión, la química entre tú y yo —me rio de las ocurrencias que tengo cuando estoy con ella, pero me relajo al ver que asiente con la cabeza—. Realmente quiero hablar contigo y decirte la verdad. Si después de eso decides estar o no conmigo... queda en tus manos

—Supongo que solo debo escucharte —Asiento y vuelvo a besarla sin dejar lugar a dudas—. De acuerdo, Aiden. Tu ganas. Entremos y terminemos nuestra noche de trabajo. Tendremos el departamento de Summer para nosotros esta noche...Hablaremos allí.

—De acuerdo —le doy un pico rápido en los labios—. Te quiero —La vuelvo a besar.

Empezamos a andar, La tomo de la mano para que entremos juntos.

—Oye, ¿Aiden?

—¿Sí? —Me giro para mirarla a los ojos.

—Creo que yo también te quiero...

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora