39: Danna (Sky)

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Salgo de la cocina hecha una furia. Ignoro a Aiden, sabiendo que no va a impedir que me vaya ya que era lo que él quería. Salgo de la cocina y me dirijo al salón. Tomo mi bolso y las llaves del coche. Nico vuelve a la sala desde el balcón y me mira.

—¿Te vas?

—Sí. Abre la puerta, por favor.

—¿Por qué te vas? ¿Está todo bien?

—Porque ese idiota que tienes por amigo y que metiste en mi vida sin pedirme permiso me está poniendo de los nervios. Estoy cansada de que me trate como si mis sentimientos no contaran. Me trata como si fuera desechable... —Suspiro, poniendo mis brazos en jarra en mi cintura—. Le encanta cogerme hasta dejarme sin aliento pero no confía en mí para explicarme por qué demonios pasó de ser el pobre chico que necesitaba un lugar donde quedarse al puto niño rico que puede comprarse un coche... ¡Un Mercedes! De la nada.

Wow, Sky —levanta sus manos como deteniéndome—. Espera un segundo.

—No. Estoy cansada Nico. Desde que nos presentaste que estoy en una montaña rusa de sentimientos. Él juega conmigo. Me quiere, pero también me trata como si pudiera encontrar a otra chica en cuanto gire la esquina.

—¡Sky! ¿Estás de broma? ¡Está loco por ti!

—No, no lo está. Acaba de echarme de la cocina como un completo imbécil.

—¡Pero sólo está tratando de ayudar a Shae! Tampoco me dejó a mí estar allí. No te enfades con él.

—No es el puto hecho de que me echara de la cocina Nico. Él no confía en mí. Sólo soy un buen revolcón.

—No es así, nena. Es complicado.

—Si bueno... Lo añadiré a la lista, Nico. Siempre es complicado. Todos los hombres que aparecen en mi vida tienen problemas, pero los únicos sentimientos que salen heridos son los míos.

—Sky...

—¡Que abras la puta puerta, Nicolás!

—¡No! —Me sorprende su respuesta—. Sky. En todos estos años que lo conozco... Nunca le había gustado tanto alguien como tú. Pero en este momento le pedí que nos ayudara a Shae y a mí, y eso es lo que está haciendo ahí. ¡No puedes enfadarte con él por eso!

—¡No es sólo «eso»! Es... Son demasiados secretos, Nico. No puedo lidiar con esto otra vez. No necesito otro Alejandro en mi vida.

—¡No puedes compararlos! ¡Alejandro era un maldito infeliz! ¡Estaba casado y te mintió!

—La única diferencia es que Aiden es tu amigo.

—No tienen punto de comparación, Danna. Estás haciendo un berrinche. Aiden no está casado y sus «Secretos» no son dañinos para ti.

—¿Vende drogas?

—¿¡Qué!? ¡¡¡Por supuesto que no!!!

—¿Entonces por qué demonios de repente tiene mucho dinero?

—Su padre es rico —Abro mucho los ojos—. Joder. Sky... Es su decisión contarte todas estas cosas. Por favor.

—¿Por qué tenía que quedarse en tu casa entonces?

—¡Porque acaba de llegar al país, Sky! No quería estar solo. Toda su familia está en Londres. Ha estado rodeado de ellos toda su vida y ahora necesita establecerse aquí, solo. ¡Y es mi mejor amigo! Haría esto por cualquiera de ustedes, y lo sabes. ¿Cómo no lo haría por el?

—No. Hay algo más en todo esto. Si estamos tratando de ayudar a Shae, ¿por qué tiene que hablar con ella «solo»?

—Porque si estuvieras allí— Aparece en el salón haciéndome dar un respingo ante la repentina aparición de su voz—. Shae podría haber pensado que TODO lo que estamos haciendo es porque tú... —Me señala—. o no te llevas bien con los imbéciles que rodean su vida o tú— Señala a Nico —estás celoso—.

—Yo no cuestioné nada —Dice Nicol levantando las manos, rindiéndose.

—Abre la puerta Nico —insisto.

—Deja de ser terca e impaciente Danna. Hablamos esta mañana y te expliqué que hay cosas que aún no estoy preparado para contarte.

Camino hacia Nico y tomo las llaves de sus manos. Vuelvo a la puerta, la abro y me quedo con esta a medio camino. Miro a Aiden a los ojos.

—¿Aún no estás preparado? —Aiden niega con la cabeza—. Pues no me hables hasta que sientas que «estés» preparado. Ya me cansé de lidiar con la gente y sus secretos —Miro a Nico y le tiro las llaves—. Nos vemos el miércoles, jefe.

Salgo y cierro la puerta tras de mí. Puedo oír a Aiden insultando detrás de la puerta, pero no puedo lidiar con esto ahora. Necesito a alguien en quien pueda y quiera confiar en mí. Creo que paso alrededor de un minuto de pie frente a la puerta de Nico y es aún más decepcionante que no haya intentado impedir que me vaya.

O quizás yo leí demasiadas novelas románticas.

Bajo corriendo las escaleras y salgo del edificio en dirección a mi coche. Me meto dentro, arranco el motor y decido ir al centro comercial para liberar mi mente. Sé que Summer debe de estar con Jasper, así que ni siquiera me molesto en llamarla para que me haga compañía.

Hoy seremos solo yo, en compañía de mi ser y mi esencia.

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora