Me despierto, con el sol que entra por la ventana atacando mi cara. Parpadeo un par de veces para ajustar mis ojos a la luz. El cabello rubio de Summer es lo primero que mis ojos detectan, está esparcido por la almohada. Su espalda está pegada contra mi pecho, mis brazos abrazándola.
Nos quedamos dormidos con la ropa puesta. Había sido una noche bastante estresante... y seguida por algunas discusiones cuando llegamos a casa terminamos charlando en la cama sin siquiera desvestirnos.
Estoy loco por esta chica desde que la conozco. Desde que entró con su currículum en la mano y Nico le pidió que lo guardara porque sólo necesitaba ver habilidad para preparar copas y mantener a salvo una bandeja con vasos.
Empieza a moverse y a estirar su hermoso y esbelto cuerpo. Se gira un poco, apoyando la espalda en el colchón y dejando su cara muy cerca de la mía.
—Lo siento. —Murmura, todavía somnolienta.
—Lo sé.
—De verdad que no quería decir lo que dije. —Dice mientras acomoda su rostro en el hueco de mi cuello y me besa.
—Nena, ya está. Olvídalo.
La tranquilizo mientras le acaricio la mejilla. Luego la estrecho contra mí, apoyando su cuerpo de lado. Empiezo a acariciarle la espalda, por debajo de la camiseta. Subo y bajo el dedo por su columna, como sé que le gusta.
—Me encanta que hagas eso —ronronea contra mi piel.
—Lo sé —le respondo con una sonrisa mientras le beso la mejilla. Se ríe mientras sigo mis besos bajan hasta la mandíbula y el cuello.
—Dios mío —prolongo los besos contra su piel—. Me encanta cuando sonríes contra mí.
—¿Por qué? —me pregunta
—Simplemente me encanta —Sonrío mirándola. Pongo un poco de su pelo contra su oreja—. Sum...
—¿Ajám?
—Mírame.
Summer había cerrado los ojos mientras yo empezaba a acariciar su cuerpo. Abre los ojos y los fija en los míos.
—Te amo —Me toca la mejilla mirándome. Sus ojos se mueven todo el tiempo—. «Estoy» enamorado de ti —Sus ojos empiezan a brillar mientras se llenan de lágrimas—. Quiero que seas mi novia. Mía y sólo mía. Quiero cuidarte y borrar todos tus miedos. Quiero demostrarte que puedo hacerte sentir amada, y deseada, y querida —Inspiro profundamente sin quitar mis ojos de los de ella—. Quiero que seas mía —La beso larga y tiernamente—. Por favor, sé mía.
—Dios, Jasper. Es tan...
—Por favor, pequeña. Déjame amarte. Déjame darlo todo por ti. Llevamos juntos un tie-mpo".
—¿Por qué no...? —Ella empieza a llorar—. ¿Por qué no podemos seguir así?
—Porque estamos listos para más —Esconde su rostro en mi pecho—. Summer, te amo.
—Pero tú tienes una familia y yo...
—Summer, no tengo una familia. Quiero decir... Alba «ES» mi vida y el centro de mi universo y «ella» es mi familia. Pero su madre no.
—Pero Elena... ¿Y si ella quiere reconstruir la relación? No puedo tener el corazón roto otra vez Jasper... Simplemente no puedo. Y es más que eso. ¿Qué pasa si decides que ya no me quieres? Ya estoy demasiado enamorada de Alba, me rompería el corazón doblemente si no pudiera verla más.
Ese «demasiado» envía toda clase de vibraciones a mi mente y corazón. Sé que nos quiere a los dos solo que no puede lidiar con sus sentimientos.
—¿Quieres estar conmigo?
—Si, por supuesto que si —me responde con congoja en la voz.
—Pero no me amas —le digo buscando su mirada con desesperación.
—Te amo tanto, Jasper... «tanto» —enfatiza la palabra mientras sus ojos celestes se vuelven acuosos. Sonrío. Es todo lo que necesitaba oír. Tomo su barbilla con los dedos y hago que me mire.
—Yo... Nosotros.... te haremos feliz si aceptas. Te lo prometo. Solo tenemos amor, amor y más amor, de mi parte y de Alba —Un sollozo escapa de su garganta mientras se vuelve a refugiar en el hueco de mi cuello— Y prometemos hacerte olvidar toda esa mierda que ronda tus recuerdos en el momento en que nos aceptes.
—Jas...
Le pongo el dedo en la boca para que deje de hablar otra vez.
—¿Quieres ser mía?
—Quiero —susurra—. Quiero, quiero, quiero —repite mientras me llena de besos el rostro.
La abrazo en la cama mientras la beso y luego la levanto. Me rodea la cintura con las piernas. Empiezo a caminar hacia el baño y ella me besa, sonriendo contra mi boca. Su sonrisa es grande y hermosa.
—Me haces muy, muy feliz —me dice mientras planta otro beso en mis labios.
—Te amo, nena.
—Yo también te amor, pero... ¿por qué vamos al baño?
Sonrío, luego la miro con picardía.
—Sexo en la ducha, nena.
—¡Sí!
Me río de su entusiasmo mientras me besa elcuello y comienza a despertar todo en mí para hacerla mía.
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Perfecto Error
RomanceTres amigas, con miedos, pasados ocultos y presentes complicados. Tres hombres, dispuestos a ir al mismo infierno por ellas. Un ex-detective de victimas especiales, heredero de la mafia listo para entrar en acción