Estoy a punto de matar a Aiden y sus malditos juegos. No lleva ni cuarenta y ocho horas en el país y ya la cagó con Sky dos o tres veces.
—¿Qué pasa? —Shae me susurra mientras me abraza por la espalda.
—Sólo espero que este imbécil no termine logrando que Sky renuncie. Porque te juro que de una patada lo mando de vuelta a Canadá.
—Eso no va a pasar —dice Shae, apoyando los codos sobre la barra y enfrentándome—. Están locos el uno por el otro y eso que apenas se conocen.
Busco su mirada y me quedo observándola por unos segundos.
—¿Cómo lo sabes?
—Él la mira como si quisiera comérsela... no... mejor aún... Devorarla. Y ella está totalmente asombrada por la forma en que cogen.
—SHAE!!! —Grito sorprendido.
—¿Qué? —Ella sonríe pícaramente—. Es verdad. Sky hace como un año que no se acostaba con alguien... y desde ayer que están teniendo sexo como conejos... —Me muerde con suavidad el hombro por encima de la camiseta—. Incluso lo hicieron en el almacén hace como una hora.
—¿De qué estas hablando? —casi grito mi pregunta. Ella se ríe. Dios, me encanta su risa.
—La ventilación del depósito entra por la misma pared que la de la cocina... Y se escucha todo lo que se diga allí con un todo de voz apenas alto de lo normal. Sky estaba gritando como una loca... —Me regala una sonrisa burlona—. Me pregunto que le estaba haciendo.
—¡Oh Dios mío Shae! —Sacudo la cabeza un poco sorprendido por los pensamientos de mi chica.
Mi chica. Que bien se siente decirlo.
—Podríamos copiarlos... ¿Por qué bajamos las escaleras?
Oh Dios mío. Ella será mi muerte. Me giro, la abrazo y la beso.
—Porque si nos vamos también nosotros Summer va a enloquecer.
—Tienes razón —me dice y me besa el pecho—. Gracias por el móvil —Le beso la frente.
—Gracias por dejarme amarte. —La miro a los ojos tratando de llevar a través de ellos a su alma, pero la voz de Jasper por encima de todos los ruidos del bar me saca de la conexión.
—VETE A LA MIERDA DE AQUÍ.
—Quédate aquí nena. —Le doy otro beso en la frente, corro hacia la puerta y veo al hijo de puta de Ethan en la puerta.
—¿Qué mierda haces aquí? —Le grito, controlando mi ira para no matarlo aquí y ahora.
—Sólo vine por una cerveza. —dice, levantando las manos como declarándose inocente.
—LÁRGATE DE AQUÍ —le grito. Las palabras me raspan en la garganta.
—¿Cuál es tu puto problema? —dice encendiendo su rostro de ira—. ¡Solo vine por una puta cerveza!
Aiden y Sky llegan corriendo a la puerta del bar desde el callejón. Sky lo mira congelada.
—¡Eh! ¡Sky! Dile que me conoces. —Ethan recurre a ella por ayuda, y la forma en que los músculos del rostro de Sky se tensan, me dice que se viene un grito.
—Sí, te conozco. ¡Eres un maldito hijo de puta! ¡Vete de aquí!
Sky empieza a gritarle llena de Ira. Va contra él y lo empuja del pecho. Nunca vi a Sky en este modo brutal. Creo que no le pega en el rostro porque Ethan es el doble de tamaño de ella.
—¡MEJOR VETE AHORA PORQUE TE MATARE YO MISMA! Le grita ella, sin ningún miedo, y diría que esta vez está preparada para darle un puñetazo si es necesario.
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Perfecto Error
RomanceTres amigas, con miedos, pasados ocultos y presentes complicados. Tres hombres, dispuestos a ir al mismo infierno por ellas. Un ex-detective de victimas especiales, heredero de la mafia listo para entrar en acción