43. Danna (Sky)

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La noche parece nunca acabar, y para colmo estar cerca de Aiden no ayuda a mi objetivo de olvidar la ilusión que mi corazón se hizo con él. Me siento como una estúpida, no puedo creer que volví a dejar a alguien jugar con mi corazón.

El bar está lleno, todas las mesas están ocupadas y hay cola fuera para entrar. Bastante raro para ser miércoles, pero supongo que es por el grupo. Black Magic vuelve a tocar hoy, y la gente los adora.

—Dios. Esto es una locura. —gruñe Summer, mientras se apoya en la barra—. Nena, necesito dos Tequilas sunrise, un Jack Daniels, dos Martinis y dos mojitos —luego se desploma en la madera, fingiendo estar agotada.

—Enseguida —Empiezo a preparar las bebidas y veo que no tengo más tequila. —Aiden ¿podrías darle a Summer un Tequila Sunrise? Tengo que ir al almacén. Me quedé sin tequila.

—Claro —responde sin más.

Sé que es culpa mía, y que parezco una ciclotímica diciendo que no quiero más nada con él y luego sintiéndome mal porque no me habla... pero la verdad es que lo echo de menos y odio que sea tan indiferente. Que mi presencia no lo afecte de ninguna forma.

Porque el a mí me está afectando hasta profundo en la piel.

Empiezo a caminar. Me doy la vuelta y lo veo hablando y sonriéndole a Summer. Voy al almacén y tomo las botellas. Me giro para ir a las escaleras y siento un nudo en el estómago al no verlo allí.

¿A qué estaba esperando? ¿Qué me esté esperando apoyado contra el marco? ¿Qué me tome de la cintura, me pegue a la pared y devore mi boca de un beso?

«Si. Todo eso».

Vuelvo al bar y veo que Nico está allí y no Aiden. También veo a toda la gente mirando al escenario. Shae abandonó la cocina y está junto a Nico, que la sujeta por la cintura, y Summer está apoyada en Jasper, que la abraza apoyando la espalda de la rubia en su cuerpo.

—¿Qué está pasando? —pregunto con curiosidad.

—Aiden va a cantar con la banda —Shae responde sonriendo.

—¿En serio? No sabía que sabía cantar.

—Hay muchas cosas que no sabes de él —Contraataca, no puedo identificar si está siendo sarcástica o solo intenta darme una lección.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Shhh. Escucha— dice Nico haciéndonos callar

Veo a Aiden de pie en el escenario con la banda. Se ve tan condenadamente sexy que quiero llevármelo al almacén y hacerlo mío.

—Hola a todos. —Nadie lo conoce, pero absolutamente todo el recinto grita y aplaude por su saludo. Puedo ver como las chicas que hace unos minutos le estaban comprando tragos se vuelven locas

—Dios, es tan sexy —comenta una de las chicas que quedo parada junto a la barra.

—Si es por mí dejaría que me haga suya ahí mismo en el callejón —responde la que estaba a su lado.

—Apuesto lo que quieras a que es una bestia en la cama... De esos que no puedes andar después de que te cogen.

Siento asco. Me dan ganas de agarrarlas del pelo y echarlas a patadas del bar, pero la voz de Aiden me interrumpe.

—Esta maravillosa banda me ha dejado cantar una canción que amo y que viene de una de mis bandas favoritas de mi país, Argentina —los aplausos vuelven a surgir, acompañados de silbidos. Aiden sonríe suavemente—. Y... —Me busca con la mirada hasta dar conmigo en la barra—. Me encantaría que lo disfrutaras.

Nico y Shae me miran sonriendo, y puedo ver que Summer y Jasper también me miran. Me sonrojo y miro al suelo. La banda empieza a tocar una introducción solo de instrumentos. Aiden los acompaña con la guitarra.

Empieza a cantar la canción pero como es en español, no entiendo la letra. Miro a Nico y me sonríe. Abraza a Shae y le traduce al oído, lo suficientemente alto para que yo pueda escuchar. Habla de no tener una razón para seguir viviendo sin su amor, de querer volver con esa persona y no encontrar nada. Sobre intentar llegar al corazón del otro. Se me pone la piel de gallina. Incluso siento que me duele el corazón durante el estribillo cuando escucho la traducción de Nico. Los ojos de Aiden se fijan en los míos mientras canta y dice las últimas líneas mirándome. Mirandome solo a mí.

Cuando termina, el público enloquece aplaudiendo, gritando y silbando. Las chicas del bar empiezan a caminar hacia el escenario.

—Me tienes loco, Sky —dice la micrófono. Toda la gente se queda en silencio y me mira. Incluso Nico y Shae no se lo pueden creer y me miran asombrados. Incapaz de reaccionar o responder corro hacia la puerta de entrada.

—¡Danna! —Nico y Shae me gritan al unísono.

Me escabullo al callejón que hay justo al lado y me apoyo contra una de las paredes que tienen las cañerías por fuera. Apoyo mi cabeza en la pared y cierro los ojos.

—No, no, no —me digo a mi misma, apretando fuerte los ojos para que no salgan las lágrimas—. Nadie me va a volver a romper el corazón. Ni siquiera Aiden y su canción. Nadie. 

Perfecto ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora