40. Aiden

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Empiezo a caminar arriba y abajo por el salón. Nico me mira asombrado.

—¿Qué mierda estás mirando?

—Primero... Estoy intentando adivinar que objeto vas a tomar para reventar contra alguna pared. Temo por las ventanas del balcón —Pongo los ojos en blanco—. Segundo... Es increíble cuando el hablante argentino te posee. No perdiste ni un rasgo de tu argentinidad a pesar de tantos años en el exterior.

Lo miro, casi seguro de que podría golpearlo con el jarrón... Sip... justo en medio de la frente.

—Y Tercero... Es increíble lo mucho que te has enamorado de ella en tan poco tiempo—. Se empieza a reír y opto por agarrar un almohadón del sillón y revoleárselo, porque si el jarrón lo lastima voy a estar en problemas—. ¡Qué hijo de puta! —dice cuando le da de lleno en la cara.

Me devuelve el golpe, pero yo me agacho y el objeto revoleado vuela directamente a la cabeza de Shae, casi haciéndole caer la bandeja con las tazas y el café.

—¡Qué mierda! —Levanta los ojos, la furia consumiéndola—. ¡NICO! —Los dos estallamos en carcajadas—. ¿Dónde está Sky? —Pregunta

—Se fue —respondo.

—¿Por qué?

—Por las cosas que aún no estoy lista para decirle —Me froto el pelo con la mano, nervioso.

—Ella se enfadó con él por pedirle que se fuera de la cocina... —añade Nico.

—¿Y en vez de correr detrás de ella le tiraste un cojín a ese imbécil? —Dice, con una cara que dice todo lo que no dijo con palabras.

No respondo, y la respuesta que recibo de Shae es un almohadón en cara.

—¿No intentaste detenerla?

—Shae, piensa que no confío en ella

—¡Y es la verdad! No confías.

—Sí, confío. ¡Pero no estoy listo para decírselo! Quiero llegar a conocerla y disfrutar de mi tiempo con ella antes de que me deje porque soy un fucking asesino.

—¿Sí? Y una vez que ambos estén enamorados o una vez que ella quede embarazada, le dirás, «Hey cielo, ¿sabes qué? Solía ser policía, pero lo dejé cuando envié al violador de mi hermana a morir en prisión»

—¿Se lo has dicho? —Me pregunta Nico asombrado.

—Era necesario.

Me quedo en mi sitio perdido en mis pensamientos. Aunque tiene razón... Ocultar mi verdad es ser injusto con ella. Ella necesita saber mi verdad antes de que los sentimientos continúen creciendo. Si no es demasiado tarde ya.

—¿Qué vas a hacer? —Nico le pregunta a Shae mientras se acerca a ella y le besa la sien.

—Conseguiré una orden de restricción para Devin. Y Aiden me ayudará a denunciar a Ethan por... todo —Noto como relaja su cuerpo al sentir la calidez del de Nico contra ella.

—Estaré a tu lado. Te apoyaré en cada paso.

—Lo sé —Ella le sonríe y le da un pico en los labios—. Ahora tenemos que ir a buscar a Sky.

—Déjala tener algo de espacio —le digo, suspirando y sentándome en el sillón.

—Aiden... ¿intentaste detenerla?

—No.

—¿Quieres perderla?

—Por supuesto que no.

—Entonces toma tu teléfono y llama a un Uber, o róbale las llaves del auto a Nico.

La veo enviando un mensaje a Danna.

—Ella está en Starbucks.

—¿Qué Starbucks...? —Le pregunto, con una sola cosa en mi mente, que ella parece ser capaz de leer.

—En el que consiguió el número de teléfono —Dice, poniendo una línea fina en sus labios.

—Mierda.

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