CAPÍTULO XIX - CAFÉ

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EMILIA

Llego a la casa de mi papá para desayunar con él y Elvira y que los niños la  conozcan.

Mis escoltas me siguieron de cerca durante todo el camino, pero una vez dentro de la casa me dan mi espacio, los noto a todos ellos muy alerta, más de lo normal.

En cuanto me bajo del auto suelto la correa de ambos perros y estos se dedican a juguetear en el jardín frontal, el personal de servicio de mi padre me indica que me está esperando en el patio trasero, así que me conducen hasta allá, con los pequeños alborotadores siguiéndome de cerca, pero noto como la postura de Dina cambia, ya no corretea con Steven, en cambio se dedica a olfatear y camina con cautela.

Steven es el primero en llegar con mi papá, quien le hace mimos y lo acaricia, mientras Elvira los mira con ganas de unirse a su pequeño saludo.

—Buenos días — saludo cuando llego a dónde ellos están de pie bajo la sombra de una enredadera con flores en el kiosco que tiene en su jardín.

—Hija — canta mi padre y me da un abrazo. Lo noto un poco  tenso, francamente ayer no lucía así, ahora luce incluso preocupado.

—Hola Emi — Elvira me abraza también y nos damos un beso en la mejilla.

— Elvira, tengo el honor de presentarte al resto de la familia — comunico — el pequeño hombrecito mimado se llama Steven — hago un gesto hacia mi pequeño que está sentado entre mi padre y Elvira como si en verdad estuviera atento a su presentación.

—Hola Steven — Elvira se agacha a saludar a mi pequeño, quien recibe sus caricias gustoso — eres un perrito muy bonito y amable.

Steven hace un espectáculo de acostarse sobre su lomo y dejar que Elvira le sobe la barriga.

—Y esta señorita de aquí se llama Dina — comento, pero Dina no está con nosotros, está a unos metros de distancia observándonos atentamente, no había notado que se había quedado rezagada.

—Dina — la llama mi padre — ven hermosa, ven aquí.

Ella lo ignora descaradamente, mientras se dedica a observar con ojos entrecerrados a Elvira, quien está agachada mirándola también, pero continúa acariciando a Steven.

—Dina, no seas mal educada, ven a conocer a Elvira, ven chiquita por favor — me agacho también para que venga conmigo.

Después de unos segundos camina hacia mí, siempre manteniendo contacto visual con Elvira.

Elvira se levanta para pararse junto a mi padre, quien la rodea con un brazo por la cintura.
Dina se detiene una vez más  situándose a mi lado, Steven se levanta y va hacia ella, dándole besitos perrunos y soltando gruñiditos, tal parece que está hablando con ella. Es todo un drama, pues ella solo lo mira de reojo, me atrevería a apostar que está enojada.

Lo que daría por saber de qué están hablando esos dos.

Eres una chismosa.

Somos, querida.

Steven se da por vencido y viene conmigo para recibir un poco más de caricias.

—Dina, ven por favor — le ruega mi padre caminando hacia ella.

Dina se queda estoica en su lugar, dejando que sea mi padre quien vaya hacia ella.

—¿ Qué pasa chiquita? — La mima mi padre, pero la chica es dura, no se ablanda  por unas cuantas palabras dulces. — quiero que conozcas a alguien importante para mí —la empieza a acariciar, ella solo mira entre él y Elvira.

SIEMPRE FUISTE TÚ [+18] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora