CAPÍTULO XXXIV- UNA CIUDAD CON PLAYA

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MAX

—Quiero intentarlo con ella — repite Pierre por enésima vez.

Mi vuelo está programado para dentro de tres horas, pero antes de abordar el avión privado para ir en busca de Mein Kätzchen  necesito hablar con Pierre e Isabel, ya no puedo seguir retrasando ésta charla.

—El problema es que tú ni siquiera sabes cómo se intenta, Pierre, te conozco, eres un bastardo egoísta con las mujeres, te acuestas con una mujer diferente en cada gran premio, no quiero que la vuelvas una muesca más en el poste de tu cama. Isabel a sufrido mucho y lo que menos necesita es que juegues con ella.

—Sé que mis antecedentes no son buenos, pero quiero estar con ella, con Simón y con el bebé que vine en camino.

Me pongo rígido cuando menciona a mí monito, le hice una promesa, le prometí ser yo quién cuidara de él y de su mamá y no la estoy cumpliendo.

—Simón es mi hijo — musito y él niega con la cabeza.

—Simón es hijo de Isabel, y será criado y amado por el hombre que esté dispuesto a amar a su mamá también. — me reprocha.

—El hecho de que no quiera a Isabel de manera romántica no quiere decir que no la quiera en absoluto — objeto. — la veo como la hermana que nunca tuve.

—Lo entiendo perfectamente Max, pero…

—¿Qué dice ella de todo esto? — Lo interrumpo y él suelta un suspiro y se pasa la mano por el cabello paseándose por el estudio de mi departamento.

—Está siendo cautelosa, quiere llevar las cosas con calma

—Estoy de acuerdo con ella. No estamos hablando solo de Isabel, sino de un bebé que viene en camino. Siento que  estás apresurando las cosas, si ahora das el salto y una mañana te despiertas con el llanto de un bebé y decides que es demasiado para ti, ¿Qué vas a hacer? ¿Darle las gracias por su tiempo y regresar a lo que era tu vida?

—Le daré el tiempo que me pide, por ella, no por mí — se detiene y me mira con la decisión grabada en sus ojos — yo estoy muy seguro de lo que siento y lo que conlleva quererla. Sí, era un hijo de puta mujeriego, perdí la cuenta de las mujeres con las que me he acostado, pero ni juntando todas las noches de sexo que he tenido lograré sentir ni la mitad de lo que siento cuando ella toma mi mano y me sonríe, con ella siento cosas que creí que no eran posibles y créeme, ni siquiera estoy hablando de algo carnal, no la he tocado de ese modo, me ha arrasado como un huracán con su carisma, sus gestos, sus sentimientos, su resiliencia, la forma en la que poco a poco está floreciendo, cuando la veo con Simón acariciando ambos su vientre, lo único que quiero es ser yo quién complemente el cuadro, sé muy bien en lo que me estoy metiendo y no tengo dudas al respecto, así que lo único que te pido es que confíes en mí para cuidarla, protegerla y amarla como se merece.

Proceso sus palabras mirándolo a la cara, conozco a Pierre desde hace años y nunca lo había visto hablar de este modo, con tal determinación y seguridad.

—Ella vivirá aquí — hablo después de soltar un suspiro —  no lo sabe, pero este departamento es suyo, lo he puse  a su nombre, no interferiré en nada, si ella te acepta yo también lo haré, Simón es un tema aparte, pero sí me entero de que la lastimas, la haces llorar o simplemente no te comportas a la altura, créeme Pierre, no habrá lugar en este planeta en dónde te puedas esconder de mí, ¿me entiendes?

—Te prometo que si ella me acepta me encargaré de compensarle todo el daño que ha sufrido, esa es mi misión en la vida.

Le doy un abrazo y le palmeo la espalda .

SIEMPRE FUISTE TÚ [+18] COMPLETA ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora