SIEMPRE FUISTE TÚ [+18] COMPLETA ✓

CAPÍTULO XXIV - VIDA ETERNA

MARATÓN 2/3

EMILIA

Fue mi imaginación, fue mi imaginación.

Me lo repito una y otra vez, mi mente ha estado jugando conmigo, no es un juego divertido, al  contrario, es doloroso y me lastima.

Sentada en el suelo de mi habitación, tratando de ahogar el ruido que hay en mi cabeza con música, me abrazo a mi misma balanceándome mientras me repito una y otra vez que todo es parte de mi imaginación.

Una canción termina y empieza otra, después la que sigue pero mis pensamientos no cesan, fue tan real, tan claro como la música que suena de una lista de reproducción aleatoria desde mi teléfono y que vibra en los altavoces de mi habitación.

Sostengo la fotografía de Max en mis manos.

— Cuando te vuelva a ver, en la otra vida —le digo a su foto — te voy a hacer pagar por todo lo que tuve que sufrir desde que te fuiste, pero primero te voy a dar un beso, porque la ausencia de ellos me está haciendo alucinar, lo bueno es que vamos a tener vida eterna los dos juntos para que me pidas perdón por irte antes de tiempo y para probarte cada vez que quiera.

Entonces como una señal o mala broma del destino la siguiente canción que empieza a sonar me llega al corazón.

Escucho las primeras estrofas con el corazón compungido, nunca antes la había escuchado, ni siquiera reconozco la banda. Me permito escuchar la canción completa y después la repito.

— I know the light grows darker down below — Me levanto del suelo y doy vueltas cantando. — But in your eyes it’s gone before you know.

Aprieto los labios con lo que sigue de la letra, porque simplemente no creo que sea el momento de dejarlo ir, al contrario siento que estoy más aferrada a él.

— … if you had life eternal.— Aprieto más fuerte su retrato —  Can you hear me say your name forever? Can you see me longing for you forever?

Ya no puedo hablar, mi garganta se ha cerrado impidiéndome continuar, siento una roca atorada que me hace difícil pasar saliva.

Me desplomo a lo pies de mi cama nuevamente, hasta que la canción termina y empieza la siguiente, no se cuánto tiempo transcurre, pero cuando encuentro las fuerzas para levantarme mis articulaciones crujen.

Reviso mi teléfono cortando la música que se a quedado en bucle, hay un solo mensaje de las chicas confirmado la cita de mañana para elegir nuestros vestidos para su boda, es increíble lo rápido que están organizando todo, pues  estamos a solo  unas pocas semanas de celebrar su gran día, fuera de eso no hay más mensajes, no sé de quién  espero alguno o quizás sí lo sepa, pero no pienso admitirlo.

Apoyo las manos en la encimera de la cocina y bajo la cabeza, los recuerdos de lo que una vez hice con Iknas en este mismo lugar,  me atacan.

Monito.

Es la segunda vez que lo escucho llamar así a alguien, la primera vez no le di importancia, pero ahora ese apodo resuena en mi cabeza, quisiera ignorarlo pero no puedo, una cosa es no querer saber nada de él, pero si llama a alguien con ese apodo infantil es porque deben tener un parentesco.