Capítulo 21: ¿bien y mal... o beneficio y perjuicio?

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Izumi había ganado el festival deportivo. Yupi. No es que le importase de todas formas. No tenía nada que demostrar, más allá de que no estaba ahí para jugar. Tenía una meta, y quien fuese que se pusiese en su camino se las vería con ella. A muchos les haría rabia, pero no podía importarle menos su opinión. Ella se volvería fuerte para alcanzar a su hermano, costase lo que costase.

Hasta ahora, tenía el One For All, un quirk que potenciaba su fuerza hasta niveles tan altos que ni siquiera podía controlar más allá del 10%. Pero justo por eso iba a entrenar con el antiguo mentor de All Might, para aprender más de su quirk. Sí, era suyo. Lo haría suyo, o de lo contrario no se sentiría bien al volverse fuerte para alcanzar a su hermano. De los días de pasantías con el anciano llamado Gran Torino, había aprendido mucho sobre su poder, pero más allá de eso, ambos sabían que no aprendería mucho si sólo se enfrentaba al héroe jet, ya que una vez se había adaptado a su quirk, no mejoraba más. Es por eso que Torino tuvo la idea de ir a Tokio para entrenar con villanos reales, por lo que tomaron un tren que pasaba justo por Hosu, en donde se decía que el asesino de héroes había cobrado su última víctima. No pudo evitar pensar en el delegado de su clase en su trayecto. Después de la noticia de que su hermano había quedado lisiado por el asesino de héroes, su cara era igual o similar a la que llevaba ella. Tenía una meta, y no descansaría hasta completarla. Por eso no se metió en su camino ni una vez, incluso si sabía que era un suicidio lo que pensaba hacer. ¿Era una mala persona por saber lo que Iida pretendía hacer y no decirlo a nadie? Quizás. Pero de nuevo, esto nunca fue de ser buena o mala persona. Sólo encontraría a su hermano, y para eso debía ser fuerte.

Eso fue lo que se repitió múltiples ocasiones mentalmente conforme llegaba por la ciudad. Ella sabía que el símbolo de la paz era estúpido. No todo el mundo se salvaba, razón por la cual Izuku tuvo que salvarse él mismo de su sufrimiento. Pero si hubiese alguien lo suficientemente fuerte como para salvar verdaderamente a todos... no, eso eran fantasías. Algo así no existía. Por eso existían los villanos. Y hablando de villanos, la criatura tan parecida al Nomu de la USJ que se chocó contra su tren arrastrando el cuerpo inconsciente de un héroe no había sido suficiente como para levantar su alerta, sino que cuando Gran Torino lo expulsó del tren y pudo asomarse por el hueco, pudo ver todo el caos que cundía en la ciudad. ¿Un ataque terrorista? ¿Qué haría Izuku? Él seguramente iría allí para encontrar a los responsables y comérselos, por lo que tal vez se lo podría encontrar en ese entorno. Y si no, bueno, ayudaría en donde pudiese. Después de todo, se suponía que iba a ser una "heroína".

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Su combate con aquella criatura extraña (porque no se creía que en verdad fuese un mapache normal con control del aura) lo había dejado agotado, y muy lejos de la ciudad. Todas las modificaciones genéticas y celulares que se había hecho en su cuerpo eran muy poderosas, pero desgraciadamente tuvo que decirle adiós a la gran mayoría de ellas, ya que consumían demasiada energía que no tenía en aquel momento. Igual ya las había reconocido en su ADN, por lo que las recrearía tan pronto como obtuviese la energía y la nutrición suficiente como para mantenerlas en su cuerpo, así que ni tan mal.

Al anochecer, volvió a su rutina de cazar a los pandilleros y traficantes que se encontraban por su zona, teniendo que cambiar de ciudad un par de veces por problemas de héroes entrometidos. Hosu era una de esas ciudades por las que más frecuentaban los héroes nocturnos, por lo que tenía que tener extremo cuidado mientras cazaba siendo lo más sigiloso posible. Aún no se recuperaba de las secuelas de su último gran combate, y sus músculos chillaban levemente cuando ejercía mucha fuerza. Era extraño, ya que por lo general se regeneraba rápidamente de dolencias y malestares musculares por su falta de práctica deportiva, pero lo asimiló a que fueron en su mayoría ataques mágicos y de aura, por lo que aún no se adaptaba correctamente al dolor que le habían provocado. Aunque a lo mejor era el propio daño que él mismo se había causado al superar tantos límites autoimpuestos en el cuerpo humano para vencer. Ese era el nivel que buscaba alcanzar en poder, con la ligera diferencia de poder mantener evoluciones tan grandes de manera natural. Todavía le quedaba mucho camino por recorrer para ser el más fuerte, y esta vez estaba totalmente dispuesto a alcanzar su meta por cualquier medio necesario.

Izuku: Reglas de la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora