Capítulo 13: alguien a quien llamar amigo/rival en un mundo hostil

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Mientras Izumi se preparaba para su primera clase en 1-A, Izuku estaba atendiendo sus propios asuntos, concretamente cumpliendo una de las misiones que Grim Reaper le pidió de "favor" (con ese tono y tipo de caras que no aceptan un "no" por respuesta, aunque parezcan "amables") de acabar con una red de trata de blancas que operaba en su distrito sin su permiso, a cambio de la posibilidad de poder comérselos. Para esta misión estaba de pie en una cornisa de un edificio, inspeccionando los alrededores al lado de una joven de ojos rojos con rasgos de tiburón. Que Izuku estuviese tan cerca de alguien sin desconfiar se debía a que esa persona tenía el aroma de Grim Reaper, por lo que no podía hacer nada en su contra si no quería vérselas con ella. Además, ya la conocía de hace años atrás, y era posiblemente la única persona que podía considerar "amiga".

???: ¿y cómo te ha ido últimamente?

Izuku: "¿sobreviviendo en la calle?"

???: no, aprendiendo a cocinar. ¡Por supuesto que sobreviviendo en la calle, idiota! No es como que hagas algo más.

Izuku: "ay, perdona. Llevo tres horas sin comer. No estoy por la labor de pensar mucho. Y me ha ido bien. Alguna que otra amenaza de muerte de paletos que no llegan ni a los talones. Ya sabes cómo funciona."

???: -suspiro pesado- bastante bien lo sé. Aún recuerdo cuando hablar contigo sin que hubieses comido algo de antemano significaba hablar con una pared. Que buenos tiempos...

Izuku: "me golpeabas como si fuese un saco de boxeo en ese entonces." -mirando inquisitivamente a su compañera con facciones de tiburón.

???: como dije, que buenos tiempos... -mirando al cielo teniendo flashbacks, mientras que Izuku se quedó ahí mirando a la nada esperando a que su compañera volviese en sí.

Flashback

Gura no se consideraba a sí misma tan fuerte, pero también era consciente de que no era la mano izquierda de Cali por nada. Claro, la mano derecha era Kiara, pero esta había estado más ocupada atendiendo los deberes de la reina mientras la blandengue de su jefa se enfocaba en entrenar al idiota come villanos. Siempre estaría en deuda con ella por salvarla de aquel vertedero en el que sus padres la abandonaron y darle una oportunidad de volverse fuerte bajo su tutela, por lo que más o menos comprendía su decisión de enfocar tanto su tiempo en el chaval que aparentemente era el hijo maltratado de un héroe maltratador (válgame la redundancia), ya que era como su debilidad el traer niños desatendidos a su ciudad y reclutarlos. Lo que no entendía, sin embargo, era el cómo no sólo no lo había reclutado, sino que le permitía andar a sus anchas haciendo lo que quisiese (con ciertas restricciones, por supuesto), mientras este se cargaba los negocios que ella dirigía desde el bajo mundo. Y el día en el que trató de entenderlo, su jefa decidió que era buena idea presentarle a la causa misma de sus últimos fracasos en su trabajo.

Gura: sigo pensando que esto es estúpido. -con una mueca molesta e infantil.

Calliope: y lo es. Pero dale tiempo. Aún es un niño. Tú no eras muy diferente en aquel entonces "o ahora mismo."

Gura: -suspiro- sólo no te creas que me voy a llevar bien con él o algo así.

Calliope: seguro...

Las dos habían entrado al campo de la arena de combate clandestina del Inframundo, en donde se organizaban peleas de entretenimiento para ganar dinero cuando había crisis por fallos en los negocios criminales. En aquel entonces, sin embargo, no había casi personas en el lugar para lo grande que eran las gradas. Sólo algún que otro tipo perdido aburrido y, en el medio de todo, el mítico cazador de villanos comiéndose al último pandillero que Calliope le había tirado en las últimas horas.

Izuku: Reglas de la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora