Capítulo 10: el entrenamiento idóneo para una bestia

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Bueno, no había terminado el mes y ya había tenido su primer encuentro con las fuerzas de la ley. Sin duda estaba orgullosa del muchacho, especialmente cuando llegó a las puertas de su reino completamente agotado y con el estómago rugiendo. Básicamente había tenido que ir a recogerlo ella misma para asegurarse de que no atacase a los guardianes de su entrada en el acto, y cada que su mirada se posaba en alguien esta denotaba unas ganas increíbles de comérselos, por lo que tuvo que extender su sed de sangre por encima de la suya para activar esa parte racional que entendía que no podría hacer nada con ella en su contra. Sus memorias que leía a través de su sombra eran un deleite audiovisual para la reina del Inframundo, y por mucho que Izuku sintiese la presencia de "la muerte" en su mente, este la dejó estar, pues tampoco tenía la fuerza para evitar que ella hiciese lo que quisiese. Hasta que pudiese superarla, era infinitamente más débil que él, y los fuertes son los que deciden sobre los débiles, así que no tenía ningún derecho a evitar que hiciese lo que quisiese con él.

Calliope: ya veo. Más allá de tu hambre, también quieres aprender a cómo mejorar tus estadísticas como lo hiciste contra aquel héroe de madera. Bueno, déjame decirte que has acudido a la persona adecuada. Aquí aprenderás y mejorarás todo lo que necesitas mejorar.

Izuku aún se estaba arrepintiendo de su decisión. Se suponía que se haría fuerte por su propia cuenta, y aun así, la idea de cambiar de ciudad para evitar a los héroes en Musutafú le dio tanto miedo que terminó volviendo a aquel KFC a por la tarjeta que varias semanas atrás dejó tirada en el suelo, encontrándose que todavía seguía ahí, por lo que con infinitas dudas sin aclarar colocó su pulgar sobre la marca, y la información vino a su mente como un torrente desbordado, que le hizo sujetar su cabeza con desesperación, hasta que esta pudo asimilarlo todo. Llegó allí con el propósito de aprender a cómo hacerse fuerte para mantener su vida, costase lo que costase, se tuvo que recordar por todo el camino para evitar que su voluntad decayese. Eso era. Sólo pediría consejo, y después se iría por donde había venido, y de paso se quedaría en aquella nueva ciudad en lo que pensaba una forma de evitar que los héroes lo rastreasen. No es como si estuviese haciendo un pacto con la muerte o algo así... ¿verdad?

Calliope: "jeje, si tú supieras..." de hecho, te recomiendo que no vayas tanto por la ciudad que tenemos justo encima nuestro. La mayoría de la actividad criminal en esta zona la regulo yo, por lo que te encontrarás menos presas de las que te pensarías en un inicio. De hecho, también te diré exactamente los distritos por los que actúo para que no te cruces por accidente en uno de estos. También te voy a hacer algunas pruebas para comprender mejor cómo funciona tu habilidad, y sólo te recomendaré consejos que tú mismo pienses que te servirán. Pero antes de eso, reconozco que tienes hambre, yo y prácticamente todos con los que nos hemos cruzado, así que te concederé el regalo de degustar los mejores platos de nuestra ciudad. Con una ración doble de venenos incorporados para que crezcas más fuerte y resistente al comerlos. -atravesando con decisión las puertas de su palacio, siendo seguida por un indeciso y confundido Izuku, quien mentalmente seguía preguntándose si esto era una buena idea.

Calliope: no se trata de si crees que esto es una buena idea o no. Lo único que importa aquí es que estás desesperado, hambriento y desconfiado de ti mismo y de tu habilidad para sobrevivir a tu entorno. El hecho innegable es que desconfías más de ti mismo que de mí, por lo que mientras estés dispuesto a pedir mi ayuda, yo estoy dispuesta a brindártela. Después de todo, eres de los mejores entretenimientos que he tenido en mucho tiempo. -llegando a un comedor inmenso, en el cual se podía ver una larga mesa llena de platos tradicionales y de condimentos de acompañamiento, cuyo olor llegaba a los nasales de Izuku provocando serios problemas de desbordamiento de saliva, al punto en el que la sombra de Calliope tuvo que limpiarla para no manchar el suelo.

Izuku: Reglas de la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora