Izuku sabía que algo andaba mal. Su instinto le decía que algo se estaba moviendo en los suburbios, algo que no se debería de mover. Durante los últimos días no ha habido casi presas a las que cazar, y la idea de que alguien pretendía sabotear su fuente de alimento para debilitarlo y atacarlo en su momento más bajo cada vez sonaba menos como una paranoia y más como una realidad. ¿Debería abandonar su lugar de cacería predilecto? No, mejor aún, ¿debería seguir cazando en el mismo lugar durante tanto tiempo? Hasta donde conocía, el asesino de héroes nunca se quedaba en un lugar fijo, razón por la cual nunca se podía saber dónde y cuándo atacaría. Él, sin embargo, seguía su mismo patrón de emboscar desde callejones a pandilleros y a traficantes a altas horas de la noche, y nunca se movía más lejos de la ciudad de Musutafú, lo que lo hacía extremadamente predecible. Sólo era cuestión de tiempo hasta que alguien más grande se le ocurriese venir directamente hacia él, y si eso ocurría, debía estar preparado.
Era la última vuelta que iba a dar por las calles. Si no encontraba ninguna presa en aquella noche, simplemente lo dejaría y cambiaría de ciudad. Sí, habría nuevos peligros, pero si no podía siquiera encontrar alimento, definitivamente no sería capaz ni siquiera de enfrentar a los actuales. No obstante, visualizó una luz en la profundidad de un callejón. Tráfico de drogas. Algo duro, ya que los compradores sabían horribles por el consumo de substancias, pero tampoco podía permitirse hacerle ascos a la comida. No podría hacerse fuerte simplemente comiendo "buena comida".
Se posó en lo alto de un edificio, preparado para caerles encima y acabar con los dos individuos al instante, pero algo le detuvo. Era su instinto de nuevo, pero esta vez era distinto. Su instinto le avisaba que algo ahí estaba mal. Un vistazo más cercano hizo que Izuku se diese cuenta de lo bastante nerviosos que estaban los traficantes, mirando levemente a todas partes, como esperando a que apareciese. Era como si estuvieran actuando...
Naomasa: se huele algo, ¡ahora Kamui!
Izuku ni siquiera pensó en esquivar las múltiples ramas que salieron disparadas hacia él desde las ventanas del edificio en el que estaba posado. Su cuerpo las esquivó todas inconscientemente, y cuando estas ramas lo rodearon como una jaula de madera, Izuku no dudó en utilizar sus garras para cortar su camino hacia la liberación. No era muy difícil. Incluso tenía la fuerza para destrozar esas ramas sin necesidad de sus garras. Pero no dejaban de salir, y cada que cortaba una, de ella salían cientos de ramificaciones más, y la acumulación de ramas no dejaban de sofocarlo cada vez más. Eventualmente no tuvo espacio para esquivar, y varias ramas se enredaron en sus extremidades, inutilizando su movimiento y permitiendo que los traficantes saliesen corriendo a la entrada del callejón, en el cual se arrimaron al hombre que se encontraba allí de pie junto a una docena de policías.
"Traficante": muchas gracias señor. Casi creía que no la contábamos. -limpiándose el sudor en su frente.
Naomasa: buen trabajo a vosotros dos. Tened por seguro que recibiréis un aumento después de esto.
"Vendedor": -recuperando el aliento por la tensión- sólo necesito unas copas y estaré como nuevo. Joder, qué tenso fue eso.
Entonces, era una trampa. La propia policía se había movilizado por el bajo mundo, cortó sus suministros de comida y se hicieron pasar por sus presas predilectas para emboscarlo. ¿Tan desesperados estaban? No importaba. Sólo importaba el salir de ahí cuanto antes. En eso, las ramas que lo tenían atrapado en el tejado lo llevaron al suelo del callejón, en donde encaró directamente a los policías con aquel hombre que asumía estaba al mando al frente.
Naomasa: Midoriya Izuku... no tienes idea de lo difícil que ha sido montar todo esto para ti. -viendo cómo las ramas que lo atrapaban se torcían para extender sus brazos al frente, a pesar de los esfuerzos de Izuku por evitarlo- De primeras quiero disculparme contigo. De no haber sido por mi ineficiencia como detective, en ningún momento hubiésemos tenido que llegar a esto. El asesinato de Hizashi Midoriya quedará en los registros como acto de defensa personal, pero entiende que de todas formas tendremos que juzgarte por todos los criminales a los que asesinaste. -sacando unas esposas anti-quirk y colocándoselas en las muñecas- Me haré responsable de asegurarme de que acorten tu condena y de que recibas ayuda profesional, no te preocupes.
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Izuku: Reglas de la Naturaleza
Fanfiction¿Cómo se suponía que debía saber que todo lo que conocía era mentira? Todo lo que necesitaba para saberlo era ser fuerte, pero no lo era. Por eso necesitó ser torturado por sus padres durante cuatro años para entenderlo. El mundo se rige por la ley...