Hoy era un día especial. Hoy su madre despertaba del coma etílico al que su hermano la indujo hace años atrás. Su testimonio sería clave para descubrir qué fue lo que pasó aquella noche, por lo que no era raro que hubiese más héroes y policías alrededor del hospital de los que deberían.
Sin embargo, al ser la hija de la paciente, tenía línea de espera directa para ser de lo primero que viera cuando abriese los ojos. Y efectivamente, entre el par de enfermeras, ahí estaba frente a la cama de su madre. Los quirks de medicina aseguraban que su despertar estuviese programado, y finalmente podría escuchar a su madre por primera vez desde hacía once años. Solo que probablemente, muy probablemente, ya no fuese su madre nunca más.
Enfermera 1: procedemos con el despertar. ¿Estás lista?
Izumi: sí. Lo estoy.
La segunda enfermera activó unas máquinas al lado de la camilla de Inko, y cuando estas pitaron, la mujer peliverde comenzó a moverse poco a poco, hasta finalmente abrir los ojos desorientada.
Inko: ¿q-qué...? ¿Q-qué ha p-pas-sado...?
Enfermera 2: tranquilícese señora Midoriya. ¿Qué puede recordar de antes de quedarse dormida?
Inko: ¿d-dormida? Y-yo no... ¡Hizashi! ¡Izumi! ¡Ese desgraciado...! -agarrándose la cabeza con dolor.
Enfermera 1: está bien. Todo está bien.
Inko: ¿cuánto ha pasado? ¿¡Cuánto tiempo he estado dormida!?
Izumi: once años, madre. Once años.
Inko: ¡¿QUÉ?!
Enfermera 1: cálmese por favor. Todo está bien ahora.
Inko: ¿¡qué fue de ese malnacido bastardo!? ¡Decidme que lo puto capturaron aquella noche!
Enfermera 2: no se preocupe, le daremos tiempo para ponerse al día con su hija.
Enfermera 1: si algo malo le pasa, pulsa este botón de aquí, ¿vale?
Izumi: entendido. Gracias por su ayuda.
Las enfermeras asintieron y se retiraron de la sala, dejando solas a las dos peliverdes, las cuales tenían mucho de lo que hablar.
Inko: I-Izumi... ¿eres tú?
Izumi: sí, madre. He crecido un poco.
Inko: y-ya lo veo. Estás muy crecidita y bien desarrollada y guapa. Me alegro mucho de que hayas crecido bien.
Izumi: sí... él no me atacó ni nada. De hecho, llamó a la policía justo después de... bueno, dejarte así.
Inko: ¿lo capturaron?
Izumi: no.
Inko: ¡¿qué?! ¡¿Sigue ahí afuera?! ¡Es imposible! ¡Un inútil como él no sobreviviría ni un día sin nosotros!
Izumi: bueno, pues lo ha hecho. Y no solo eso. También se ha vuelto un asesino serial caníbal con una fuerza capaz de igualar a All Might. Los detectives creen que desarrolló un quirk debido al trauma que le provocaron. Estarán aquí dentro de poco para interrogarte y llevarte a prisión.
Inko: ¿¡QUÉ!? ¿¡Cómo que prisión!?
Izumi: bueno, resulta que torturar a un niño de cuatro años durante otros cuatro años no es precisamente legal. No lo hubiese podido imaginar.
Inko: ¡hija mía! ¡No puedo acabar en la cárcel! ¡Tienes que ayudarme!
Izumi: no, Inko. No somos familia.
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Izuku: Reglas de la Naturaleza
Fanfiction¿Cómo se suponía que debía saber que todo lo que conocía era mentira? Todo lo que necesitaba para saberlo era ser fuerte, pero no lo era. Por eso necesitó ser torturado por sus padres durante cuatro años para entenderlo. El mundo se rige por la ley...