Capítulo 7: las expectativas de las leyendas callejeras

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¿Qué tanto se había esparcido su "leyenda" en el bajo mundo? Aparentemente, la desaparición de aquellas molestias por los suburbios fue más notoria de lo que esperaba, y las lenguas comenzaron a relatar la historia de un muchacho con harapos y pintas de sin techo que un día entró a un bar en el que fue confrontado por aquellos idiotas, y el chico en respuesta intimidó a todo el bar con su presencia, y desde entonces aquella pandilla no había vuelto a aparecer. Claro, muchos creían que simplemente se habían acobardado, o que el haber sido humillados por un "niño" fue suficiente como para que volviesen a sus casas con el rabo entre las piernas, pero muchos otros más perspicaces se atrevieron a relacionar la desaparición de aquellos idiotas con la reciente leyenda del "cazador de villanos", la cual escaló hasta el punto de que el relato del niño en el bar fuese reconocido como un cuento más a raíz de esa leyenda. El cómo la gente podía ser capaz de ignorar los números de desaparecidos para sentirse seguros en su medio era francamente impresionante, especialmente porque quienes más lo negaban eran los héroes novatos que recién comenzaban con su trabajo, y creían que "Hunter, el cazador de villanos" era un mito más del bajo mundo como "All For One, el símbolo del mal" o "Stain, el asesino de héroes".

De hecho, ahora que tenía la oportunidad de ser "un mito más" en el bajo mundo, no podía evitar preguntarse si otras leyendas también serían reales, especialmente las mencionadas previamente. Había escuchado de sus presas antes de comérselas que el asesino de héroes era originalmente un vigilante clandestino que decidió que el heroísmo estaba podrido y que tenía que hacer algo para cambiar el mundo. No entendía a qué venía su rabia, si el mundo estaba perfectamente bien. A lo mejor le daba rabia que el mundo fuese como lo era, que el fuerte pudiese elegir el destino de los débiles, pero de nuevo, si no eras lo suficientemente fuerte como para elegir tu propio destino no tienes la suficiente fuerza como para cambiarlo, y por consecuente no tenías derecho de decidir si algo estaba mal o bien. Simplemente te aguantabas y evolucionabas o morías. De hecho, si alguna vez se lo encontraba, por su zona de cacería, ¿qué podría hacer él para enfrentarlo? Es decir, se supone que no es un héroe, por lo que no debería de ser su objetivo. No obstante, también era un ex vigilante, por lo que si se encontraba a un asesino como él...

Traficante: ¿q-quién anda ahí? -mirando a todos lados en el callejón.

Comprador: idiota, habrá sido sólo un gato. Ahora pásame la hierba ya o te juro que... -no pudo terminar cuando su cabeza fue separada de su cuerpo junto a la del vendedor.

Con respecto al símbolo del mal, nunca en el bajo mundo escuchó nada sobre él, y sólo podía suponer por su título que tal vez, en caso de que fuese real, ese símbolo del mal pudiese mantenerse a la par con el símbolo de la paz, el héroe número uno; All Might. La mera idea de alguien así fue suficiente como para erizar toda su piel. ¿Por qué estaba tan aterrado? No había forma de que alguien tan poderoso como el símbolo del mal pusiese su mira en él, ¿verdad? Pero, ¿no era aquella mujer aterradora una de los líderes de un imperio criminal super importante o algo? No, aquello fue casualidad... ¿verdad?

Oh, no era miedo. Era su instinto de nuevo, avisándole de un ataque sorpresa. Bueno, ahora sabía que podía confundir su miedo con su instinto, y sólo le había llevado recibir un cuchillo en el hombro. No era la mejor de las situaciones, pero por lo menos no apuntó a ningún punto vital, así que ahí quedaba la duda; ¿quién había pensado que era buena idea tratar de emboscarlo en su cacería y no tratar de matarlo a la primera?

???: definitivamente no eres un chaval normal, ¿verdad?

¿Se refería a cómo no había reaccionado con dolor cuando su cuchillo arrojadizo se enterró en su carne, o a los cadáveres de sus últimas presas en el suelo que se estaba por comer? ¿Y enserio se le había acercado tanto como para no notarlo? Oh bueno, definitivamente debería centrarse más en su entorno en cada momento en vez de pensar en cosas sin sentido como situaciones hipotéticas, tal y como aquella mujer le dijo. Sin encarar al hombre que seguía manteniéndose en las sombras, se sacó el cuchillo del hombro, cerró su herida y lamió la sangre que quedaba manchada en su hoja (cosa que su instinto le dijo), para luego posar su pie sobre la mancha de sangre que se había caído al suelo para absorberla a través de su piel, para luego voltearse a encarar a su oponente aún en las sombras. ¿Por qué actuaba así de confiado con aquella amenaza y no actuó así con la mujer aterradora? Por alguna razón no se sentía igual de hambriento como en otras ocasiones. ¿Tal vez la carne de alguno de aquellos pandilleros era especial? Bueno, tampoco tenía sentido el pensar en ello ahora.

Izuku: Reglas de la NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora