Mori Calliope no podía quejarse por su "vida", si es que se le podía llamar así. Una vez que exhaló su último aliento tratando de sobrevivir en las calles, de no haber sido por su quirk, su alma hubiese abandonado este plano hace ya mucho. Afortunadamente, aún tenía el apoyo de su amiga, Takanashi Kiara, y juntas fundaron su propio reino oculto de la luz del sol para todos aquellos desamparados de la sociedad como ellas. Ese era su propósito; darles una segunda oportunidad a aquellos a los que la sociedad les privó de opciones. Entonces, ¿por qué seguía jugando tanto con aquel niño vagabundo?
Para empezar, no es el primero que encuentra hurgando en la basura de su KFC rentado de tapadera. Siempre les ordena a sus secuaces camuflados como empleados del local que la avisen si se encuentran a algún sin hogar en el callejón en el que tiran los deshechos de la comida producidos, para que así ella misma pudiese interrogarlo y, en el mejor de los casos, reclutarlo en su imperio. Sin embargo, este sin hogar tan jodidamente joven era especial.
Ni siquiera tenía planeado pasar por allí. Simplemente quería fastidiar a su amiga con su típico juego de piques que tenían ellas dos. No obstante, cuando sintió aquella presencia tan atemorizada, ocultándose en un contenedor como si su vida le fuese en ello, sintió una gran curiosidad hacia el chaval que esquivó la vista de Kiara al tirar la basura. Sí, su amiga podía ser algo idiota y muy despistada, pero era prácticamente imposible que no notase al niño increíblemente tenso que se encontraba allí dentro, al que prácticamente le tiró su basura encima. Por eso tan pronto como ambas salieron del callejón, le pidió a Kiara que se fuese sin ella, para luego volver al callejón a toda prisa para asegurarse de que no se había ido. Incluso ocultó su presencia con su aura para asegurarse de que no pudiese sentirla desde la lejanía y escapar como presentía que haría si la notase. Y a partir de ahí fue un enorme espectáculo que su lado más sádico no pudo evitar disfrutar.
La forma en la que nada más asomar la cabeza y verla salió disparado hasta un aproximado de 1000 metros totalmente verticales le hizo recordar a un gato saltando hasta el techo de un susto, cosa que verdaderamente la sorprendió y divirtió de gran manera. Luego resultó que el niño era capaz de soportar una caída desde tal altura sin morir, encima aterrizando de pie como un gato, e incluso cuando escuchó los huesos de sus piernas quebrarse en mil pedazos, todavía tuvo la audacia de pararse de pie en una postura a la defensiva que emanaba una gran cantidad de sed de sangre en un intento de parecer una amenaza en lugar de una presa herida e inmovilizada, con unos ojos rasgados como de felino que hubiesen intimidado a cualquiera que no fuese ella. Tuvo que hacer su mayor esfuerzo para contener su propia sed de sangre para no intimidar de más al muchacho, pero no pareció que sirviese, pues este seguía viéndola como una amenaza. ¿O acaso era porque se le había acercado sin que la detectase? Como fuese, sus pensamientos en verdad fueron un deleite auditivo para su alma. Nunca había pensado que con su técnica de lectura del aura sería capaz de escuchar los pensamientos de alguien tan paranoico hasta aquel día, y tampoco parecía que el pequeño Izuku, como había escuchado de sus memorias, se hubiese dado cuenta de la sombra levemente más oscura que el resto que pisaban sus pies descalzos, por lo que pensó que no le vendría mal una lección para que aprendiese a tener más consciencia situacional si es que quería seguir viviendo en las calles. No podía negarlo; si Kiara hubiese visto esto le hubiese cantado las cuarenta sobre lo mala persona que era por encontrar deleite personal en el sufrimiento interno de un menor sin hogar con las piernas rotas. No es como si no tuviese mil y una pegas sobre sus hábitos y su actitud preparadas en caso de que alguna vez se enterase.
Un consejo de vida más tarde, el niño se despegó del suelo para aferrarse en una pared del edificio de al lado, lo que la sorprendió levemente por no haberse dado cuenta antes de la forma en la que su aura natural se introducía en su propio cuerpo en lugar de expulsarla por los poros de su piel como cualquier otra criatura con alma hacía. ¿Siquiera el niño sabía que estaba manipulando su aura? Es decir, claramente sabía que sus piernas destrozadas se habían curado, pero, ¿las había forzado él a curar inconscientemente? Ahora quería volver a leer sus recuerdos para ver lo que se había perdido, pero por desgracia, el chico realmente siguió su consejo, porque se enfocó en la extensión suya que recorría la pared en la que estaba para esquivarla con otro salto a otra pared. Impresionante... pero aún era un novato. En el pequeño instante en el que la perdió de vista para esquivar su sombra, se movilizó a su espalda en su forma de parca, y luego lo arrastró con cientos de brazos para tocarlo y así introducirlo a su propio espacio mental, al cual posteriormente se coló con su aura, mientras su cuerpo físico sombrío retenía al ahora inconsciente cuerpo del chico en una cárcel de sombras, como si estuviese retenido detrás de las puertas del mismísimo infierno.
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Izuku: Reglas de la Naturaleza
Fanfiction¿Cómo se suponía que debía saber que todo lo que conocía era mentira? Todo lo que necesitaba para saberlo era ser fuerte, pero no lo era. Por eso necesitó ser torturado por sus padres durante cuatro años para entenderlo. El mundo se rige por la ley...