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No hay cosa imposible para mí cuando se trata de amor.

Porque el amor es eso, lo es todo, es incondicional, no hay aspecto o límite que no atravesaría por él. El amor es un sentimiento pesado, hay que saber tratarlo, hay que cuidarlo como si fuera una débil flor en un terreno invadido por plagas. 

Plagas. Simples plagas que buscan arruinar la belleza de un jardín. 

Mis dedos tiemblan, siento incluso como mi respiración se corta y me pregunto por qué me sucede, mientras siento el frío del sudor cayendo por mi frente. 

Observo a Hoseok viniendo desde lejos, lo analizo desde atrás de una pared de la azotea. Diviso como prende un cigarro y cala varias veces de él. 

Mis puños se envuelven sobre el caño que cargo, mismo que he encontrado por el lugar. Veo como mis nudillos se vuelven blancos debido a la fuerza ejercida, y corro acercándome a él.

El sonido lo alerta y voltea a verme, asustándome. Sin embargo, soy más veloz a intento golpearlo, quizás no como en mi plan mental, pero sí logro plantar uno bueno. 

Lo veo moverse por el suelo, con su cabeza sangrando y él intentando atender a la herida con desesperación. No voy a mentir, de la nada me siento totalmente nervioso y no sé bien qué hacer en este momento, lo siento como un golpe de realidad. 

—¿J-Jungko-ok- 

No lo dejo terminar, los nervios me obligan a plantarle otro golpe con el caño. 

Otro.

Y otro. 

Y un último. 

Pronto su cabeza está destruída, pero sus dedos siguen moviéndose de un lado a otro. Quizás solo es el último auxilio de su sistema nervioso. 

Intento cargar como puedo el cuerpo y lo tiro por la azotea, llenándome de sangre y sufriendo por lo pesado que es. Veo hacia abajo y encuentro que el cuerpo ha impactado con el techo de abajo. 

Debo correr antes de que se alarmen por el sonido de la caída. 

Eso hago.

Solo corro, mientras algunas lágrimas caen por mi mejilla debido al nerviosismo. 

Sí, solo son nervios, porque no tengo ningún remordimiento, pero por algún motivo mi cuerpo solo desea dejar salir el llanto.

Quisiera reconocer si existe un porqué real.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora