FOR YOU © kooktae

08

Estuviste concurriendo a esa biblioteca todos estos días desde aquel maldito día donde conociste a Jimin. Yo he estado presente, debía estarlo, debía seguir asegurando tu seguridad y no, no lo hice por querer involucrarme, sino porque busco cuidarte. 

Porque aquello que vi de Jimin fue algo raro.

Ahora los estoy siguiendo desde lejos, ¡perdón! Me corrijo, no los sigo, solo caminamos casualmente por la misma calle porque mi casa queda en la misma dirección que la casa de Taehyung. Eso es todo. 

Tú y Jimin desaparecen al ingresar a la casa, viendo las luces apagadas puedo comprender que está vacía, ahora entiendo todo. 

Me oculto detrás del árbol que da en frente de tu casa y observo, no has cerrado la ventana de la sala. 

Lo único que observo con dificultad es a Jimin tirando a Taehyung hacia el sofá. El panorama sexual no es algo que me agrade ver, y de verdad intento no hacerlo; pero es que, por otro lado, no puedo dejar de ver tu cuerpo y extrañarlo, y tu rostro envuelto en placer me desespera, porque no es generado por mí. 

Me siento triste, no voy a mentir.

Son horas las que me quedo parado observando todo el show que están montando, horas donde me sentí una basura y la misma nada por ver como otros tenían lo mío. 

Ambos salen de la casa tiempo después, Taehyung está por acompañarlo, pero Jimin niega rotundamente varias veces, pareces dudar, pero al final solo lo despides y dejas que se vaya solo.

Ah, mala elección, Jimin, caminar solo por las calles de noche siempre será peligroso. 

Lo sigo por varias cuadras, por el camino tomo una gran piedra e intento guardarla detrás de mi cuerpo. Me pongo en la cabeza una gorra y me subo la mascarilla para que cubra mi rostro. 

Yo no deseo matar a nadie, Taehyungie hyung. La primera vez fue la única y estoy cambiando mi actitud, ya no lo haré, fue mi último acto impulsivo, lo juro. 

Y de verdad quisiera cumplir mi promesa, pero con cada paso que doy mi respiración se vuelve más irregular, los recuerdos de hace minutos me invaden, y la cólera empieza a tomar la voluntad de mi cuerpo.

Y hay un recuerdo en concreto que rompe por completo mi psiquis: 

Verte sonreír por alguien más.

Tomo la roca, dudo por varios segundos, pero corro hacia él y acierto un golpe en la cabeza. 

Tiro la roca por allí, retrocedo varios pasos y caigo ante el panorama, como si un balde de agua fría hubiese caído directo a mi cabeza, como si de la nada cobrara conciencia.

Jimin está en el suelo, su cabeza generando un charco de sangre de a poco.

Está muerto.

¡No! ¡No puede estar muerto! Yo ya no hago esas cosas, yo no mato. Soy una buena persona. 

Jimin no está muerto. Él todavía respira. 

Pero está malherido, ¡pero no por mi culpa! Es culpa suya y de Taehyung, ambos deben hacerse responsables. Incluso la lujuria es un pecado que debe pagarse, ¿no es así? Se basa en eso, un pecado y una consecuencia. 

—Qué hago... — murmuro mientras intento cargar a Jimin sobre mi espalda. —Qué debo hacer...

¿Hasta cuándo Taehyung me obligará a hacer cosas así?