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Estoy sentado junto a ti en uno de los bancos fuera del instituto. 

Quisiera poder disfrutar del momento, pero esto que siento no es algo que esté fingiendo. Mi cuerpo tiembla, mi cabeza se sacude con violencia y duele demasiado.

—¿Estás bien? —no soy capaz de responder. —Vi como caías, por eso corrí a socorrerte, pero supongo que te golpeaste fuerte.

—Hyung... —¡Me odio! Yo debería estar cuidándote ahora mismo y preguntando si estás bien, ¿por qué me siento así? —No me siento nada bien.

Mi cuerpo empieza a temblar con rigor, entonces noto tu brazo acercándose, retrocedes por un momento al dudar, pero entonces te miro con mis ojos llorosos, y tus facciones se compadecen al verse menos duras que antes. Y, sin tapujos, me abrazas.

Mi cuerpo calma los temblores y quizás mi ansiedad también cesa un poco; eres aquel espacio en donde quisiera sanar siempre, amor.

Abro mis ojos y observo como tu pequeña figura envuelve todo mi cuerpo que al lado del tuyo se ve gigante, entonces también decido envolverte entre mis brazos, intentando no caer en la locura por ver tu cintura tan marcada.

Salgo de un delirio para caer directo en otro; uno con nombre y apellido, Kim Taehyung. 

—Chicos, siento interrumpir. — un instructor, y nos separamos. —No hay peligro real, aparentemente; pero los bomberos están en camino por las dudas. Las clases se acabaron por hoy, pueden volver a casa.

Ambos afirmamos con la cabeza y agradecemos, entonces él se va y todo queda en un silencio algo incómodo.

—Supongo que iré a casa. — retomo, apenado. —Lamento las molestias.

Me pongo de pie y vuelvo a perder el equilibrio, entonces Taehyung se para e intenta sostenerme, notándose preocupado.

—Te acompaño, no puedo dejarte ir así.

Maldición, Taehyung, incluso si intentara alejarme de ti, tú solo me haces las cosas más difíciles. 

—No hace falta, te agradez-

—Silencio —me pone un dedo frente a la cara. —, ya estoy pidiendo un Uber.

Entonces solo me queda quedarme callado y ceder ante tus palabras, cosa que tanto extrañaba experimentar. La forma que tienes para controlarme me fascina.

El auto llega y viajamos en silencio, tardamos quizás unos diez minutos en llegar. Quisiera poder invitarte a entrar, pero tengo a tu amorío encerrado en el fondo de mi patio. Detalles.

Me preparo para agradecerte y, por consiguiente, decir que ya puedes irte. Sin embargo, me quitas toda palabra de la boca, cuando pasas de mí y abres por completo la puerta, mientras me tomas de la mano y me llevas hasta el sofá de la sala.

La casa parece estar vacía, como siempre, y lo agradezco.

—Taehyung-ah, no es necesario que te quedes. —tomo el atrevimiento. —Ya estoy en casa, estaré bien por mi cuenta.

Taehyung se sienta también en el sofá, manteniendo distancia, como si realmente mi condición no le importara, sino, algo más, algo personal, y lo confirmo cuando noto su frustración y angustia. Y, por mi parte, me sorprende como soy capaz de olvidarme de toda mi ansiedad con tal de comprender la tuya. Eso, Taehyung, sí es amor.

—No sé qué estoy haciendo. — esconde su rostro en sus rodillas, frustrado. Luego me mira y noto que tiene los ojos cristalizados. 

—¿Estás bien-

—¿Por qué mierda estoy otra vez en tu casa? No me entiendo. —interrumpes, desesperado. —Te terminé porque lo nuestro ya no tenía solución, pero sigo involucrándome.

Las lágrimas caen por su rostro, se nota que se está desahogando de un gran peso.

— Lo lamento, Taehyung, no creí...

— No, Jungkook. —interfiere otra vez. — No hiciste nada malo, y me parece increíble, porque creí que si terminábamos, tú ibas a estar detrás de mí para insistirme, pero lo único que has hecho es respetar mi decisión, ¡y no sabes cuánto lo valoro! Ver que sí estás intentando mejorar, supongo que me hace sentir mal.

No tengo palabras para nada, estoy anonadado.

—Y por otro lado — prosigue. —, estoy yo, que soy un asco. No puedo dejar de sentirme mal por todo esto, siento que quiero estar contigo, pero me has dañado tanto que ya no sé que hacer. He perdido a mi mejor amigo, cosa que me hace sentir más solo aún. Incluso intenté salir con alguien, pero no supe nada más de él, quizás lo merezco por haber intentado llenar un vacío.

Y finalmente se rompe, llora y llora de una forma que rompe mi corazón.

—Lamento que te sientas así, Taehyung. — me acerco un poco, pongo mi mano en su hombro. —Quisiera tener las palabras justas en este momento, pero no se me ocurre nada.

—S-Solo necesitaba desahogarme... ¿Sabes? —solloza. —Sigo sintiendo que no puedo hablar nada mío con alguien que no seas tú, ¿no es acaso miserable? Soy una avalancha de pensamientos reprimidos.

Lo abrazo, entonces quien llora ahora en mi hombro es él, su cuerpo también tiembla y lo atraigo con mucha fuerza. Luego me separo y lo miro a los ojos mientras lo tomo de los hombros...

Dispuesto a manipularlo ahora que sé de su vulnerabilidad.

—No soy una buena persona para ti, Taehyung. Y agradezco que hayas terminado conmigo, sino de seguro seguiría siendo un tóxico de primera; no merecías ese trato, solo mira lo que te hice. — limpio sus lágrimas. —Todavía te amo, pero no debes seguir llorando por mí. 

Él vuelve a llorar mientras cubre su rostro, entonces doy por hecho mi plan.

Te sientes desorientado, dependiente a mí. Y yo, acabo de romperte un poco la psiquis al decirte que te alejes de mí, cuando seguro esperabas lo contrario, además, finalizo diciendo que todavía te amo.

Eso debe desordenar tu mente, y lo siento, pero así debe ser.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora