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Me arrepiento de no haber besado ayer a Taehyung y jurarle amor eterno para que volvamos a intentar otra vez nuestra relación. Aun así, fue la decisión más sabia y racional que pude haber tomado.

Porque nuestra relación jamás podría funcionar con tantas personas capaces de involucrarse.

En fin, me tomé la libertad de llegar más temprano al instituto, claro, primero me encargué de mi foto semanal simulando ser Min Yoongi, no sé cuánto tiempo más pueda seguir con eso y agradezco que su familia sea despreocupada con su hijo. 

Como sea, soy el primero en llegar y tengo toda la libertad para poder ir hasta su casillero. Inserto la llave y siento el mayor de los placeres cuando se abre. Tomo la mochila de Min Yoongi y busco en su interior, finalmente encontrando el celular de Taehyung que por tanto tiempo fue una agonía, además me cruzo con su cuaderno y lo guardo en mi mochila, por suerte recuperará sus apuntes.

—Jeon Jungkook. 

Me volteo, encontrándome con Kim Seokjin, entonces recuerdo lo imbécil que fui al ejecutar un plan sin ningún tipo de cuidado.

—Quiero explicaciones, y rápido. — se acerca a mí, intimidando, pero me mantengo firme. —¿Cómo es eso de que estoy enfermo y tú eres mi suplente dentro del centro de estudiantes?

Bien, sé que tuve que haber pensando bien qué hacer con Seokjin, fue un movimiento muy imprudente de mi parte y lo reconozco. Soy humano, me equivoco.

Ni siquiera soy capaz de razonar una respuesta, me tomó de imprevisto, pero Seokjin vuelve a hablar luego de analizar un poco mis acciones:

—Este es el casillero de Yoongi, ¿qué haces con él? ¿Y cómo conseguiste la clave?

Todo queda en silencio, hasta que Seokjin usa su intelecto para intentar entender la situación y finalmente siento que voy a ser descubierto cuando él me empuja y se aleja lentamente de mí mientras me señala.

—Seokjin hyung...  —intento acercarme a él. —Podemos hablar, solo dame unos minutos y te explicaré todo.

—¿Acaso estás loco? Te inventaste toda una realidad para robarme mi lugar, y aparte también te dedicas a husmear en casilleros ajenos. —escupe, asqueado. —Espera a que venga el directo, Jeon. Estás en problemas, imbécil.

Intenta irse con cuidado, pero no tengo planeado permitirlo.

—¡Espera, déjame decir- 

Me acerco a él, lo tomo de los hombros, pero reacciona de forma violenta al voltearme el rostro gracias al gran golpe que recibo, pierdo un poco el equilibrio y mi visión falla por segundos. Lo miro con la nariz sangrando, limpio la misma sangre e intento reincorporarme, acercándome hacia él para contraatacar, pero recibo otro golpe.

Caigo al sueño e intento levantarme, pero Seokjin se sube arriba y me golpea, una, otra, otra, otra y otra vez. Poco a poco siento mi visión nublarse.

Pierdo un poco la consciencia y Seokjin para, se pone de pie y me mira desde arriba.

—Maldito lunático, tu mala fama es bien merecida. —escupe. —La perra tóxica de Taehyung, ¿así que te infiltras a dirección a través del centro para saber los casilleros de los demás?

Vuelve a patearme.

—Eres hombre muerto, Jungkook.

E intenta retirarse, pero en cuanto voltea lo tomo del pie y hago que caiga de cara al suelo. Su cabeza se golpea de frente al pavimento y observo como su nariz se rompe y sangra.

Si bien ya no se mueve del todo, ahora yo me subo sobre él para terminar de romperle la cara a golpes. En cada impacto siento que pierdo más fuerza, pero la adrenalina me incita a seguir. Es mi instinto de supervivencia, aclaro, yo nunca quise nada de esto.

Me pongo de pie, lo pateo y escupo mientras le grito:

—¡Eres hombre muerto, Seokjin! — me rio junto a su cuerpo. —¡Muerto! ¡¡Estás muer-

Y corto la carcajada en cuanto noto un gran grupo de estudiantes a lo lejos.

Tomo a Seokjin entre brazos y corro lo más rápido posible hacia los pasillos. Busco un cuarto vacío y encuentro el déposito donde guardan mesas y sillas rotas, entonces me parece una buena primera opción, entro y con dificultad muevo el material, dejando el cuerpo tirado hasta el fondo.

Saco las agujetas de sus zapatos y a la vez le saco sus medias, mismas que meto en su boca y luego procedo a atar las cuerdas al rededor de su cabeza para que no sea capaz de escupirlas. Antes de dejarlo, toco su cuerpo y consigo su celular del bolsillo, me lo llevo.

En caso de sobrevivir a la golpiza, no podrá gritar.

Salgo del cuarto y lo cierro con la llave que está en la puerta, la misma que me llevo conmigo.

Maldición, cada vez sumo más peso. Primero Hoseok y Yoongi que están muertos, luego Jimin que no sé qué hacer con él y ahora Seokjin.

Odio ser yo.

Camino por los pasillos en busca del baño, estoy demasiado mareado y mi ropa envuelta de sangre. Ah, ya tengo muchos problemas como para también pasar por esto.

Con cada paso que doy siento que el desmayo está más cerca.

Camino, y solo camino.

Veo el baño a lo lejos. Necesito lavar mi rostro con urgencia.

Lamentablemente, caigo para ya no poder levantarme y en ese momento de consciencia que queda solo puedo decir una cosa:

—Ojalá estés muerto, Kim Seokjin.

Y todo se vuelve oscuro.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora