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Sé que debo estar en la reunión con el centro de estudiantes para no levantar sospechas, es mi deber, yo mismo me metí en ese desastre y al menos debería estar dispuesto a enfrentarlo.

Sin embargo, estoy frente a Taehyung, quien pinta sobre su lienzo y de a ratos me echa miradas para volver a pintar, y ante cada mirada, mi responsabilidad queda más perdida que antes.

Me distraigo cuando miro tu ceño fruncirse mientras analizas, entonces luego vuelves a pintar.

—¿Está todo bien, hyung?

—Cállate, no te muevas. —te sonrojas de inmediato. —Lo siento.

Hago un ademán con la mano, señalando que no pasa nada. Pero no puedo evitar reírme, recuerdo que siempre solías hablarme así, incluso llegar a insultarme cada vez que me movía o hablaba en tus trabajos.

Te ves hermoso de esa forma, tan concentrado, sin que nadie, ni siquiera yo, se entrometa en tu trabajo. Amo verte así.

La hora finaliza y el profesor ordena que dejen los pinceles, luego procede a analizar cada pintura. Se detiene en tu pintura y observa más tiempo a diferencia del resto.

—Muy buen trabajo, Kim.

Noto como muerdes tu labio mientras intentas disimular una sonrisa, aunque fallas, y terminas sonriendo ampliamente y, quizás, es la primera vez que te veo sonreír tanto desde lo ocurrido con Hoseok.

—Quiero verlo. — ordeno, y me obedeces, mostrando la pintura. Es un retrato con tonos rojos, mi rostro parece tener sangre y eso me intriga. —Vaya, un poco sangriento, ¿no?

—¿No te gusta?

—No, no. No quise decir eso. —intento calmarlo. —Tienes el don de hacerme atractivo en tus pinturas, es impresionante.

—Solo pinto lo que veo. Además, ya tengo experiencia contigo en el arte.

—Igual me intriga saber el concepto. — más bien, me da miedo que me hayas visto matar.

—No lo sé, me inspiré por tu herida. — señala mi cicatriz. —Quise hacerla parte de la obra y construir una historia mediante ella.

—Es perfecto.

Nos miramos por unos segundos, le sonrío un poco y él me devuelve la sonrisa un poco más discreta que antes. Entonces, el profesor dice que ordenen sus cosas y salgan, luego se retira.

Algunos dejan sus cosas como están y salen de todas formas, otros se toman un segundo y guardan todo, luego está Taehyung que se toma todo el tiempo del mundo para que sus materiales se guarden de la forma más óptima posible, para no dañarlos.

Terminamos solos en el salón. Y yo, debo irme a una reunión, pero por algún motivo no puedo.

—Jungkook, lo lamento. —me desconcierto. —Seguro debes estar confundido, digo, que te pida algo así tan de la nada... seguro no es algo que quieras hacer.

—No es nada, fue solo un favor de una vez. —soy dentro de todo cortante. —Ya encontrarás a alguien más que pueda ser tu musa.

Me incomoda decirlo y siento que a ti escucharlo, porque nos mantenemos en silencio, pero a ti te veo nervioso.

—Me siento un idiota. — jalas de tu cabello, estresado repentinamente. —¿Qué sentido tiene hacer todo esto? ¡Te termino y luego solo me relaciono contigo! Nada de esto debió pasar...

Se acerca al cuadro, y está a nada de romperlo, pero entonces corro hacia él y lo tomo del brazo. Me mira con los ojos cristalizados y siento como su cuerpo tiembla por la ansiedad, ¿qué estás reprimiendo tanto?

—Hey, tranquilo, ¿estás bien, hyung? No pasa nada, mantén la calma.

Y siento que mis palabras tienen el efecto contrario, porque empiezas a derramar lágrimas. Te suelto de a poco y te aferras con fuerza a mí, como si no quisieras que me aleje.

—¿Taehyung? ¿Qué te pasa?

—Jungkook... —escondes tu cabeza en mi pecho, yo aún no te toco. —Solo por hoy... ¿Puedes abrazarme?

Tu palabra es un ritual maldito, donde no soy capaz de negarme. Te envuelvo rápidamente con mis brazos, entonces te quedas en ese sitio, superando tu malestar.

Te guío para sentarnos en el suelo, tú todavía aferrado a mí como si fueras un gran oso. De no ser porque me duele verte sufrir, podría permitirme pensar que te ves adorable sostenido a mi gran cuerpo.

—Hyung, ¿quieres hablar? —tu cabeza niega, solo veo tu pelo moverse. —Sabes que siempre es mejor hablar, ¿no? Ya eres grande, lo entiendes.

Gira su cabeza hacia arriba, mirándome, con sus ojos gigantes y hermosos, repletos de lágrimas. Y en ese estado, solo vuelve a negar.

No sé bien qué decir, y estoy seguro de que Taehyung no quiere hablar porque el problema soy yo y la forma en la que revuelvo sus sentimientos, la forma en la que le hago creer que el inestable e indeciso es él.

Entonces, aprovechando su condición, siento que puedo aprovechar la situación.

—Taehyung... —llamo, él vuelve a mirarme. —¿Recuerdas la canción que te cantaba cuando estabas mal? — siento que recibe un escalofrío, luego asiente. —¿Quieres...

Y soy interrumpido porque vuelve a asentir con velocidad.

Río un poco y empiezo a tararear la música, para luego empezar a cantar mientras tu cabeza se esconde en mi pecho.

No te disculpes, no te preocupes, no sientas miedo, ahora deja de llorar... —canto, tú escuchas. —Para mí eres una persona muy preciosa.

Finalmente quita su cabeza del escondite, me mira aún con los ojos llorosos y yo solo soy capaz de sonreír mientras prosigo:

Para ti, que debiste tener un día difícil hoy, te diré: —y acaricio tu mejilla. —Que estoy aquí, lo has hecho bien, que te amo y te abrazaré fuerte.

Y finalizo, ambos mirándonos a los ojos en silencio.

—Eres un idiota... —por fin ríes. —Recuerdo que siempre finalizabas dándome un beso...

Te sorprendes por tu pensamiento dicho en voz alta, y yo quedo totalmente inmóvil, sin saber qué hacer. 

Deseo controlar los impulsos...

Pero te tomo del rostro, para besar tu cabeza con cariño.

Perdí ante mí, pero no tanto, al menos pude controlarme.

. . .

Canción: 'Hug - Seventeen'

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora