32 [MEMORIAS]

99 12 4
                                    

Llevaba quizás la mitad de mi primer año de instituto, tenía dieciséis entonces, y aún no me relacionaba con nadie, me pasaba mis recreos perdiendo tiempo sentado en las escaleras mientras comía en silencio.

La sensación del vacío y la incertidumbre me agobiaban, todo lo hacía.

Hasta que un día alguien apareció por primera vez, alguien que por fin se paraba frente a mí.

Y yo, no del todo indiferente, lo observé.

—Ah, lo siento... —bajó la mirada, enseñando todos los libros de matemática que cargaba. —¿Podrías ayudarme? Me equivoqué de libros y no estoy dispuesto a subir tres escaleras más hasta llegar a biblioteca.

Su mirada exigía ayuda y no pude evitar sentir la necesidad de hacer algo por él, así que tomé más de la mitad de los libros, empezando a subir los escalones luego.

—¡Gracias! Mis brazos te lo agradecen, de verdad.

—No es nada.

—Soy Kim Taehyung, ¡ni siquiera me había presentado! Juro que soy educado, pero mis brazos ya parecían fideos —rió, abrumándome—, ¿tú eres?

—Jeon Jungkook.

—¿De qué año eres?

—De primero.

Él entonces se sorprendió.

—Yo soy de segundo, pero tú te ves más grande que yo, ¿vas al gimnasio?

—Hago ejercicio en casa.

—Ojalá pudiera ser productivo también, a mí solo me gusta comer y por eso me veo como Winnie Pooh.

Por alguna razón, me reí. Ese desconocido me hizo reír, y quizás fue la primera vez en mucho tiempo desde aquel incidente. 

—Yo creo que te ves bien —Noté cómo su rostro se puso rojo —¿Estás bien?

Se apresuró en arrebatar mis libros con evidente nerviosismo.

—Puedo solo desde aquí —Subió la última escalera a pasos torpes. —. ¡Quizás luego puedas pasarme alguna rutina!

Desapareció al dar vuelta la escalera; sin embargo, al paso de unos segundos, Taehyung volvió a asomarse.

—¡Por cierto, me alegra que hubieras estado allí, te agradezco de verdad! ¡Nos vemos!

Algo se sacudió dentro de mí.

Él... ¿Se alegró por mí? ¿Por mi existencia? ¿Dio a entender que nos veríamos luego?

Hubiera deseado restarle importancia a ese hecho tan insignificante, pero supongo que terminó generando todo lo contrario en mí.

Kim Taehyung se volvió mi obsesión.

Porque no era normal buscarlo y observarlo desde lejos a diario, saberme sus rutinas de memoria, horario de clases y demás cosas, cada vez sabía más cosas de él y no tenía ni la menor idea de cómo controlar lo que sentía.

Sin embargo, mientras más observaba a Taehyung, más pena sentía por él; siendo tan brillante, tan lleno de vida, y aún así relacionándose con personas que no harían más que mandar sobre él. Y, si había algo que de verdad odiaba de él, era lo influenciable que era.

Porque observaba situaciones molestas a las que no podías negarte.

Y ese mismo motivo, un día fue mi límite personal.

Porque en ese momento, mientras te seguía, había escuchado como Yoongi te pedía que le compraras cigarros y, tú, incapaz al rechazo, aceptaste. No obstante, no soporté más al verte despidiéndote de tu amigo mientras te costaba respirar por el humo, tosiendo como loco mientras incluso las lágrimas escapaban.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora