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Taehyung abre sus ojos poco a poco, sé que el movimiento frenético lo desconcierta. Yo lo observo a través del espejo del auto, noto como su mirada perdida se dirige tambaleante hacia todos lados y como, poco a poco, su expresión tan serena se vuelve toda una paranoia.

Hasta que cobra completa consciencia y me mira horrorizado aún con su vista ahora adolorida, intenta moverse violentamente, pero estar atado no lo ayuda. Y espero haber hecho un buen nudo, porque tener una mano inmóvil y la policía por detrás no me dio mucho tiempo.

—¿¡A dónde mierda me llevas!? —Me grita, pero yo decido ignorarlo. Él tiembla, con ánimos de llorar—. ¡Te estoy hablando! ¡Jungkook! ¡Jungkook, contesta de una puta vez-!

Su grito logra aturdirme, reacciono de golpe, lo que me hace confundirme un poco. Lo observo un segundo, le digo que mantenga silencio colocando mi dedo índice sobre mis labios. Taehyung, solo cállate.

Quisiera poder hablarte más, pero de pronto un patrullero se acerca demasiado a nosotros y choca el maldito auto de mi madre, si sobrevivo de esta, ella se encargará de matarme. La policía nos sigue chocando y noto por el espejo retrovisor como un oficial grita desde un megáfono que me detenga antes de que sea demasiado tarde y empeore la situación.

¿Acaso la situación puede empeorar más?

Te observo ahora, los golpes te asustan y lloras, seguro sintiendo que estás por morir; pero tranquilo, Taehyung, nunca permitiré que alguien te haga daño. 

—Dios... Dios mío... —Empiezas a llorar—. M-Me duele todo... ¿Tú...? ¿Me golpeaste, verdad? —Se tambalea, cosa que aterra, pero no puedo dejar el volante—. Sí, de verdad eso pasó.

—Hyung, estabas muy fuera de ti mismo, debía hacer algo para calmarte. Puedes entenderlo, ¿no? —Río nervioso, intentando convencerme—. Prometo que cuando salgamos de aquí, solo habrá amor para ti, viviremos felices, solo tú y yo, como al principio.

Él se ríe.

—¿Será así? E-Eso no me reconforta para nada.

—Dios... simplemente, duele tanto —Deja caer su cabeza, llorando—. Nada me parece real, me siento en una mala pesadilla, ¿en serio-? V-Voy a perder la cabeza.

—Taehyung —Por fin me volteo, apenas—, ¿qué tienes? ¿Qué pasa, te duele algo?

Él abre sus ojos en demasía, llora mientras me mira con una expresión que no logro entender.

Sin embargo, mi atención vuelve a centrarse en la persecución y acelero e intento perderme de los dos patrulleros que me persiguen. No sé bien a donde ir, que sea de noche es beneficioso para ocultarse, supongo, pero mi nulo conocimiento sobre la ciudad es algo que me juega en contra, supongo que ahora también odio mi parte antisocial que nunca deseó salir de su zona de confort. 

—J-Jungkook... —Ese tono es nuevo; como quebradizo. —¿Voy a morir, verdad?

Siento un escalofrío que me recorre de pies a cabeza, te miro por el espejo y noto como las lágrimas caen a través de tus mejillas, sumado a tus golpes y crecientes moretones, quizás nunca te he visto tan devastado.

—¡No, no! Tienes prohibido pensar esas cosas, cariño. Estarás y estaremos bien, solo dame tiempo... —Vuelvo a mirar al frente.

—¿Por qué me haces esto a mí? —balbucea, incrédulo—. Incluso a pesar de todo, jamás te vi capaz de hacer algo así. Estás loco, Jungkook. 

Mis manos ejercen fuerza sobre el volante, mis nudillos se vuelven blancos debido al agarre. Siento que incluso tiemblan y, mierda, de verdad estoy harto de que seas tú quien me diga que estoy loco.

Porque no lo estoy.

Todo lo que hago es por ti, por tu bienestar, ¿¡acaso es tan difícil de entender!? Estoy cansado de que no tengas la capacidad mental para entenderlo, Taehyung. Tan inteligente y a la vez tan idiota.

—Solo quiero que seas sincero conmigo, porque incluso mientras estoy atado al puto auto de tu madre, sigo dudando —Ni siquiera te fuerzas en levantar la cabeza—. ¿Mataste a Hoseok, verdad?

—Lo hice.

Él tiembla.

—¿C-Cómo sucedió? —Me quedo callado—. ¿¡Cómo mierda sucedió!?

—Aplasté su cabeza con un caño de metal. 

El cinismo en la sencillez de mis palabras, sé que te aturde. Aún así, eres fuerte y ahogas un llanto y de seguro también miles de maldiciones.

—¿Dijo algo antes de morir? 

Me doy vuelta y te observo cara a cara un segundo antes de volver a manejar, y respondo:

—Solo intentó decir mi nombre.

Siento que puedes imaginarte todo el suceso, como si la película se recreara en tu cabeza, te sientes débil y aún no comprendo por qué no estás llorando como de costumbre. Es como si cada lágrima que se asomara, la intentaras ocultar de inmediato.

—¿Qué mierda pasó con Min Yoongi?

—Fue un error, nunca quise matarlo. 

—¿Dónde está su cuerpo?

—En todas partes, en realidad, no es algo que quieras saber a detalle.

Tragas saliva.

—¿P-Por qué estabas lleno de sangre hace un rato?

—Tuve que... matar a alguien.

—¿Tuviste? —ríe, sin gracia—. ¿A quién mataste, eh? ¿A quién más sumaste a tu lista?

—Bueno, Jimin...

—¿Qué-? ¿Qué, qué dices? ¿Cómo? N-No-

—Lo tuve secuestrado, un tiempo.

—¿Un tiempo? ¿Cuánto es un tiempo? —Vuelvo a quedarme callado, él está alterado—. Aquella vez que te acompañé a tu casa, ¿él...?

—Sí, ya lo tenía secuestrado desde entonces.

Las náuseas invaden tu sistema al comprender en poco tiempo toda la situación, tienes varias arcadas y luego de un tiempo te repones, quizás nunca antes viéndote tan pálido. 

—Yo empujé a Dahyun —confesé—. Sinceramente, es lo único por lo que puedo sentir algo de pesar. Claro, luego fui responsable de su cambio de ciudad, pero empujarla fue un error e intenté resolverlo sin que muriera nadie, eso fue un avance, ¿verdad?

Taehyung ya no se sorprende, ya se lo veía venir.

—Fue por mí, ¿verdad, Jungkook? —¿Y ese cambio de humor?—. Todo lo ocurrido fue mi culpa, ¿no? Y mientras que siga existiendo, siempre estarás detrás para ayudarme, ¿o me equivoco?

—Siempre te protegeré, Taehyung. 

—Gracias por ser sincero conmigo al menos al final.

Me confundo un poco e intento verte, me sorprendo cuando te mueves sobre el asiento y te acercas a la ventana, entonces empiezas a golpear tu cabeza contra el duro vidrio, este poco a poco se tiñe de rojo mediante te haces daño.

Me desconcierto totalmente, no dudo en acercarme y forcejear contigo para quitarte de allí, te grito que te alejes y lucho con tu estado inconsciente, me siento un imbécil por no notar antes que no estabas en tus cinco sentidos.

Logro quitarte y te arrojo al asiento nuevamente, tus heridas han vuelto a abrirse y sangras por todo el rostro, quiero ayudarte, pero el sonido de una bocina me hace reaccionar y poner los ojos en el camino.

Un auto está en frente e intento esquivarlo como puedo, pero el costado del auto choca con él e intento mantener el equilibrio, pero el auto pierde el control y termina volcando.

En mi último segundo de consciencia intento verte, tu figura se desvanece poco a poco y termino viendo una perturbadora oscuridad.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora