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Dahyun lleva internada varios días y, según escuché, seguirá así un tiempo más. Entonces, agradecido con la oportunidad que algún Dios me dio, decido ponerme en marcha.

Estoy fuera de la casa de Dahyun, tomando fotos de lejos y demás, claramente mis intenciones no son acosar a la pobre familia que la está pasando mal por su hija, más bien, las amenazas que envío día tras día son por protección, tanto personal como para ellos.

Finalizada mi tarea, decido irme una vez por todas al instituto. Camino y a los minutos la figura ya se deja ver. Sin embargo, algo me mantiene inquieto, siento que me siguen. Volteo y me cruzo con una chica, quizás un año menor, la cual me observa con evidente odio.

Vamos, ¿otra vez? Ya tengo suficiente trauma con Dahyun.

—Por tu culpa Dahyun está como está. —escupe, entonces un escalofrío me recorre. —Es decir, sé que tú la ayudaste, pero ella seguro se desmayó debido a toda la sobrecarga de trabajo que tuvo por tu irresponsabilidad.

—¿Y tú eres?

—Qué te importa. —se sitúa a mi lado. — Menos mal que ahora asistes seguido a las reuniones, tuvo que casi morirse alguien para que seas responsable.

Y se va, dejándome con las palabras al aire. Auch, supongo.

—¿Así que por tu culpa Dahyun casi muere?

Y vuelvo a perder el aire, esta vez me volteo y por suerte eres tú, Taehyung, quisiera sonreírte, pero algo me detiene al verte con la mirada tan perdida en la nada.

—Ya no sabe a quién culpar, ella admira mucho a Dahyun. —Taehyung prosigue, ahora camina junto a mí. —Es Song Yuqi, la delegada de primero.

—Supongo que me siento algo culpable ahora. —intento bromear.

—En ese caso, también es mi responsabilidad. —él se ruboriza un poco. —Fue mi culpa que no fueras a la reunión.

Claro que valió la pena esa culpa, sería capaz de repetirla y sufrir con tal de tenerte en mis brazos otra vez. 

—¿Cómo estás tú? — intento cambiar de tema, no debo parecer tan obvio.

—Bien. Dahyun se recupera de a poco, pero sé que estará bien. —agacha la cabeza, mira sus manos. —Aunque a veces tengo pesadillas con lo ocurrido.

Me acerco más a él, revuelvo sus cabellos.

—Tuviste la desdicha de verla en el peor momento, es normal sentirse horrorizado, ¡pero intenta ser fuerte! Como dices, ella se recupera día a día. —lamentablemente.

Él me sonríe con pena.

Ambos ingresamos al instituto, nos despedimos al segundo.

En cuanto observo como se aleja en mí, una duda llega a mi mente respecto a él: ¿acaso Taehyung no sabe que su celular apareció por arte de magia en su bolso? Y peor, en caso de haberlo visto, ¿es posible que no haya reacción alguna sobre los mensajes que con tanto esmero tardé día tras día en enviarle fingiendo ser Jimin?

Intenté tanto alejarle a Jimin de su cabeza con esa idea, aunque, claro, no conté con que luego pasarían otras cosas que captaran su atención, aún así, me perturba el vacío que presenta en sus ojos, ¿realmente la está pasando tan mal? Me es inevitable sentirme peor, aunque no debería, porque todo esto es por su bien futuro.

Entonces decido seguirlo a lo lejos, noto que ignora su salón de clases y sube camino a la azotea, ¿qué está planeando?

Lo sigo manteniendo cierta distancia, se coloca cerca de la valla y pierdo el aire cuando saca un cigarro de su mochila para mirarlo fijamente, para luego sacar un encendedor.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora