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Park Jimin es todo un caso. 

Investigando dentro de su celular descubrí cosas sobre él, como que es un maldito marihuanero que te llevará a la ruina, Taehyungie hyung. Además, de su mala fama como puta barata. No tiene registro en alguna academia, y por eso descubrí por qué ni siquiera con su nombre lo encontraba en algún sitio, es un maldito indigente que vive a base de dos monedas por mes y aquello que gane a través de su cuerpo.

Su lugar de trabajo es asqueroso, quienes lo manejan lo son; su espacio de ingresos prácticamente es un asqueroso burdel.

Y, además, sus compañeros de trabajo son igual de asquerosos. En el grupo de WhatsApp que tiene junto a sus compañeros de la biblioteca se refleja la poca importancia que le tienen como para hablar barbaridades de él, estando él leyendo todo.

Un pobre alma que no aporta nada en este mundo. Y por eso mismo debo salvarte de él, mereces algo muchísimo mejor. Estaría haciendo algo bueno tanto por ti como para él, digo, ¿quién quisiera seguir viviendo así?

Por ahora solo decido liberar mi mente un rato, por eso vine a verte a la biblioteca, supongo que buscarás a Jimin. Entonces, estoy en lo correcto, te aprecio en una de las mesas girando la cabeza de un lado a otro mientras pareces mensajear y, bingo, el teléfono de Jimin dentro de mi bolsillo suena varias veces.

Kim Taehyung

Jimin hyung, ¿no vendrás hoy tampoco?

No hemos hablado desde aquella vez por la noche.

Quisiera verte.

Entonces siento que mi cuerpo arde por los celos, pero debo controlarme, después de todo debo entender, supongo, que actualmente buscas seguir con tu vida, aunque de una forma errónea.

Sin embargo, fallo y tengo el impulso de arrojar el maldito celular de esa puta; pero al intentarlo, noto que ya no estás en tu lugar. Quizás me desespero más al levantarme abruptamente e intentar buscarte por todas las secciones de libros, fallando por completo.

Siento mi pecho cerrarse y me invaden las ganas de llorar al saber que te he perdido. Siento mis piernas flaquear y podría matar a cualquiera en frente si no descubro tu ubicación en este mismo instante.

—¿Jungkook? 

Y una sensación envuelta en placer y sorpresa envuelve mi cuerpo al reconocer esa voz detrás de mí. Volteándome te encuentro, a quizás dos metros, mientras me miras con esa expresión que denota confusión.

—¿Qué haces aquí?

Y sigues hablándome.

— Leyendo. — contesto indiferente, aunque quisiera todo lo contrario. — Supongo que estar sin clases realmente me hizo aburrirme.

— ¿Tú, leyendo? Ah, no importa... — lo sé, es raro. — ¿Por qué aquí?

— Será porque es la única biblioteca que conozco. — ironizo. — Lamento si sientes que invadí tu espacio, hyung. Recuerdo tus horarios de lectura, nunca he venido dentro de esos límites, por eso no nos hemos encontrado hasta ahora. Por eso me pregunto, ¿qué haces aquí tan temprano?

— Supongo que también me aburrí de más. — responde, mintiéndome en la puta cara. ¿Ya no significo nada para ti? — Bueno, me alegra verte bien, supongo. Nos vemos, Jungkook. 

E inclina a irse, sé que esta vez es muy peligroso seguirlo, quisiera dejarlo ir de verdad, pero cada segundo donde se aleja siento que una cuerda se ajusta cada vez más a mi cuello. 

Entonces sentencio mi ruina, quizás incluso mi segunda muerte:

— ¡Taehyung! — me apresuro, elevo la voz. — Ah, lo siento, solo quería saber, ah... ¿Si podríamos hablar solo un momento?

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora