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Luego de una larga jornada escolar, finalmente yo, Jeon Jungkook, por fin puedo dar un respiro al cruzar la puerta de mi hogar.

Sin embargo, no puedo descansar, me dirijo hacia la habitación de mi madre, entro con cuidado, comprobando que ella está durmiendo en su cama. Me acerco a una de sus cajoneras y revuelvo dentro de ella, hasta que encuentro mi objetivo, el cual me hace temblar.

Oh, tanto tiempo ha pasado.

Lo guardo dentro de mi pantalón y salgo del cuarto, dirigiéndome al patio trasero donde pronto abro la puerta de la casa de herramientas, la rutina me aburre, pero saber que esta es la última vez, de alguna forma me consuela.

Me acerco a Jimin, entonces le quito la venda de sus ojos y boca.

—Buenas —Me saluda, yo no respondo, solo me acerco a darle agua—. Gracias.

—Se acabó todo, Jimin —Él me mira—. Decidí irme de aquí, hoy por la noche.

Se queda atónito, seguro pensando en qué haré con él, pero intenta verse tranquilo.

—¿Taehyung se enteró de todo? ¿La policía está en camino?

—Nada de eso.

—¿Entonces-?

—No pude hacer nada por él —declaro, inerte—. Soy todo el mal que él puede reconocer, no puedo suicidarme, solo debo irme lo más lejos que pueda, no soporto más vivir así. 

—¿Es tu redención, acaso? 

—Tú mereces vivir, Jimin —Ignoro su pregunta, pero a él no le importa ese detalle, está atónito—, tú y tu hermana saldrán de aquí, se irán lejos y jamás volverán. El precio es tu silencio.

Tiembla en su sitio, por fin demostrando algo de lo que intenta ocultar con tu falsa tranquilidad, hasta que cae su primera lágrima, y yo me cuestiono, ¿acaso la gente no llora solo cuando está mal?

Sigue lloriqueando, yo solo me acerco a él, lo tomo de los brazos y ato ambas manos con una soga. Por primera vez en mucho tiempo, lo desato de la silla. Sus piernas flaquean con dolor por sus heridas sin tratar, entonces lo sostengo.

Luego lo sorprendo colocando una bolsa en su cabeza, cosa que lo altera.

—Será solo por el camino, luego te la quitaré, ¿bien? —él asiente—. Te subiré al auto y tú tendrás que decirme la dirección donde pueda encontrar a tu hermana.

Lo guío hasta el exterior, es complicado moverlo debido a la lentitud de su andar, pero con suerte llegamos al auto.

Jimin me dice una dirección que realmente no pienso tomar, pero, ¿qué más da? Él realmente parece demasiado emocionado e inconsciente por la libertad que prometí a él y a su hermana.

El auto entonces se detiene al paso de unos minutos extensos, todo queda en silencio y miro desde el espejo retrovisor a Jimin acomodándose en su asiento, aún vendado y con la cabeza cubierta.

—J-Jungkook... ¿Sabes? Realmente valoro que, a pesar de todo, me permitas ser feliz junto a mi hermana... —Me bajo del auto, abro la puerta de atrás y lo saco a él también mientras sigue hablando—. Pero, Jungkook, te di la dirección de una casa cerca de un pueblo, pero aún así en todo el camino no escuché a nadie, ni siquiera ahora... —Le saco la bolsa de la cabeza, retrocedo un poco y él voltea a verme, llorando—. ¿P-Por qué estamos en un descampado, eh?

Simplemente, lo miro, poco a poco forjando una sonrisa que se convierte en una carcajada. Niego varias veces con la cabeza, intentando dejar de reírme, pero mi rostro ensombrece cuando saco la pistola que llevo escondiendo en el pantalón.

Jimin pierde el equilibrio con sus ojos bien abiertos, cayendo de rodillas sobre el césped.

—¡De verdad estás demente! —Mi mente se rompe, me carcajeo mientras doy vueltas jugueteando con el arma—. ¡Te mantuve encerrado por meses, odiándote cada día más! ¿¡Y crees que voy a soltarte tan fácil!?

Jimin llora, su cuerpo se agita con fuerza y teme por el demente que tiene en frente, a los segundos por fin implora:

—¡¡P-Por favor, no me mates!! —Yo lo observo desde arriba, caminando hacia él—. ¡¡Jung-Jungkoo-kook!! ¡¡Por favor!! ¿¡Olvidaste acaso nuestra charla!? —Eso me detiene, él se desespera por mi reacción—. ¡Ese era tu verdadero tú! ¿L-Lo sabes? ¡Estabas tan perdido por fallar que de verdad parecías alguien normal en esa situación! ¿¡N-No lo recuerdas-

—Oh, lo recuerdo bien —Levanto el arma, apuntando hacia él—. Tú lo dijiste, no hago daño a los demás por amor, lo hago porque busco protegerme a mí, ¿verdad? Eso dijiste. Y tú, Jimin, me has hecho mucho daño.

—Y-Yo... —Baja su cabeza, haciendo una reverencia que da pena—. ¡Lamento haberme metido con Taehyung, yo-!

—Ni siquiera tiene que ver con Taehyung ya —Me agacho también, tomo su mentón y lo hago mirarme—. Jimin, ¿por qué hablando contigo aquella vez me sentí tan cómodo? Me enferma ese sentimiento, me perturba, ¿por qué tú- ¿Por qué no pudimos conocernos en otra situación? 

Mi mente empieza a dar vueltas, incluso siento que deliro.

—Te lo imploro, p-por favor... mi hermana, Y-Yuna, ella... estará sola.

—Jimin, aquella vez me preguntaste qué me había roto tanto, ¿verdad? ¿Quieres saber? —digo como un niño emocionado, levantándome y apoyando la pistola contra mi propia cabeza—. Digamos que Taehyung no fue la primera persona a la que intenté cuidar, ¿te parece una buena respuesta?

—¡¡Jungkook, por favor-

En un rápido movimiento quito el seguro del arma, giro hacia su dirección y es apenas en un segundo donde su expresión se espanta, mismo segundo donde disparo y pronto todo se tiñe de rojo a mi alrededor, con un fuerte eco de por medio.

Observo inerte el cuerpo, ya sin poder sentir la ansiedad que sentía al principio cada vez que realizaba un acto así. Ah, Jimin, de verdad gracias a ti he comprendido porqué el fanatismo a los amigos, ya que gracias a ti, me he desarrollado.

Todo es por mí.

Llego hasta mi auto y me subo en él, pronto escribo una carta que debo entregar de camino a casa. Cuando termino, dejo mi cabeza descansar en el volante y la bocina suena por un rato. Por otro lado, siento que mi teléfono empieza a sonar, y como sé que son dos personas las que tienen mi número, contesto sin dudar al creer que puede ser Taehyung.

—Hola, ¿hablo con Jeon Jungkook?

Esa voz no la reconozco.

—Habla con él.

—Necesito que venga a declarar. Habla la policía.

Mierda.

FOR YOU © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora