01| A fucking mistake

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"Un maldito error"

Tom Kaulitz

Mantenía mis manos firme al volante y mi mirada fija en la carretera. Conduzco como un maniático, lo admito, pero soy bastante ágil y nunca haría algún accidente. No por miedo a herir a alguna persona, eso nunca me ha importado, pero no me perdonaría el hecho de arruinar mi audi.

Soy el jefe de la mafia mas poderosa de el país, en especial en Los ángeles, aquí yo mando y aquí siempre es a mí manera, así qué la policía no detiene mi auto a gran velocidad ya qué saben a quien le pertenece.

Bajé la ventana de mi auto justo cuando iba pasando por una estación de policía, les dediqué una mirada mientras sonreía burlón. Me encanta burlarme de ellos, ¿Que mas da? Nadie puede hacer nada para detenerme.

Soy yo, soy el jodido Tom kaulitz. ¿Qué esperaban? Sí me satisface el hecho de poder hacer lo que se me de la gana, me satisface ver cómo los chicos tiemblan con mi presencia, y como las chicas gimen mí nombre sin ni un toque mío.

Finalmente llegué a mi destino, me bajé de él auto mientras me acomodaba mí chaqueta de cuero y mis lentes oscuros, terminé bajandome y cerré de un portazo sin esperar a mis perros guardianes.

Mis perros guardianes, o mejor conocidos como Nicanor y Abel, son tal y cómo los describo, mis perros guardianes aunque sean unos malditos humanos, para mí solo son mis perros guardianes, ¿Eso es lo que son, no? Siempre están detrás de mí en absolutamente todo, y son una de las únicas personas en las que confiaría.

Pero, aquí no se debe de confiar en nadie, ni en mí mismo. Ley de vida.

—Jefe—Llamó Abel detrás de mí.

Así soy llamado por todos ya que no tienen permitido llamarme por mí nombre, y las personas importantes cómo con las que hago mis trabajos sucios me llaman por mí apellido.

Giré un poco mí cuerpo mientras me acomodaba mi pistola, mis perros guardianes estaban terminando de salir de mí auto.

—¿Es necesario hacer esto? —Pregunta Abel, puedo notar su cansancio.

Ha estado varias días investigando a una chica, sé que eso lo tenía cansado pero de verdad necesitaba tener a la mira a esa chica, y aunque a el le parezca algo estúpido, esa chica era una estrategia para conseguir lo que quiero.

—Sí, ¿Por qué la pregunta? —Les pregunté a ambos con una sonrisa sarcástica.

—Por qué de verdad es algo estúpido, podemos asesinarlo y...

—Eso va después, pero ahora y siempre se hará como yo lo ordene, ¿Entendido? —Digo para luego darles la espalda.

Ellos murmuran una respuesta y finalmente comenzamos a avanzar hasta el bar, los guardias que estaban protegiendo la entrada de este rápidamente me reconocen y me hacen a un lado.

—Buenas noches, jefe. —Dicen los dos al unísono.

Les dedico una mirada y paso sin responderles nada, y puedo escuchar los fuertes pasos de mis perros guardianes.

Era de noche, exactamente las siete y media, el bar estaba igual de movido que siempre. Las prostitutas bailaban en el escenario, algunas usando el tubo y otras bajaban de la plataforma para bailarles a los hombres de el lugar.

La mayoría de los hombres que estaban en el lugar posaron su mirada sobre mí, una mirada que demostraba miedo y estas cosas son provocadas con tan solo mi presencia. Me satisfacía esto.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora