«Day 98»
—Leigh Monroe.
Había amanecido desde hace media hora, pero de lo mal y pesado qué sentía mi cuerpo no quise levantarme. Mis ojos ardían y dolían de lo mucho que había llorado, de hecho, seguían resbalando las lágrimas sobre mis mejillas. Mis labios estaban secos, y me recordaba a mí misma humedecerlos cada cierto tiempo. Mi almohada se sentía mojada, de lo mucho que la había usado para ahogar mis lágrimas. La cobija me envolvía todo el cuerpo, haciéndome sentir más ahogada.
¿Porqué? En cada pregunta que me hacía siempre había un 'porqué'. ¿Porqué Tom estaba decidido a sacarme de su vida después de todo lo que me hizo sentir? ¿Porqué no simplemente podemos dedicarnos a ser felices, los dos, juntos?
Ambos podríamos complementarnos con nuestro amor, el suyo, que es tan jodidamente especial podría complementarme a mí, podría darme la protección que deseo de sus brazos, y mí amor, mi cariño y mis besos son todo lo que él necesita, podría complementarlo a él.
Pero de igual manera, mis días a su lado estaban siendo contados.
Los minutos pasaron, y cuando finalmente me dediqué a ir al baño con el propósito de levantar mi trasero de la cama y hacer otra cosa mas qué acostarme por flojera y cansancio, unos gritos que venían desde afuera me alarmaron.
Fue un grito masculino que no tardaría en reconocer, era él, de mi misterioso chico, tan perfecto y a la vez tan enfermo. El estaba tan herido, igual que yo, y estaría dispuesta a curarlo... sí tan sólo tuviera la oportunidad.
Estaban hablando fuertemente en los pasillos, haciéndome sobresaltar ya que ni siquiera se preocupaban por sí alguien los escuchara. Y ese alguien, fui yo.
Avancé rápidamente hacia la puerta, con cuidado de no hacer ruido y de inmediato pegué mi oreja a la misma, tratando de escuchar algo más, pero las personas se alejaban cada vez más y más.
Luego de unos segundos que dejé de escucharlos, decidí abrir la puerta, todavía con poca ropa puesta, pues sólo tenia unos shorts y una ancha camisa que me llegaba por encima de las rodillas.
Mis pasos fueron cuidadosos al salir, y me encargué de dejar mi puerta abierta. No era la primera vez que me ponía a escuchar una de las conversaciones de los gemelos, creo que hasta podría decir que soy perfecta para esto.
Sabía que los gemelos estaban dentro de la habitación de Tom, que quedaba justo al lado de la mía y qué de casualidad, la puerta de la misma estaba entreabierta.
Avancé hacia esta con la intención de escuchar algo más, mis pasos nunca dejaron de ser firmes y cuidadosos, hasta que finalmente quedé a una cercanía considerable de la puerta.
—Abel sabe qué justo mañana es el viaje de Leigh a Francia. —Escuché la voz de Tom, ahora mas relajada, debería de estar fumando de su cigarillo ya qué podía oler perfectamente este. —Sí yo dejo que Leigh se vaya mañana... van a atacar contra ella. —Habló, pude escuchar su tono preocupado.
Tal vez Tom estaría pensando en dejarme unos días mas con él, pensé, mientras que una sonrisa de aproximaba a mis labios. Lo último que quería ahora era alejarme de él.
—¿Entonces que harás? ¿la dejarás contigo por unos días más? —Escuché la voz de su hermano menor, Bill, cuestionarle.
Tom pareció pensárselo por unos segundos, tal vez hasta pasaron minutos. Vamos Tom, dí algo... me estoy desesperando.
—No. —Contestó Tom, haciéndome entreabrir mis labios un poco. —Hoy será el viaje, ella y Betth irán en distintos autos...
—Oh. —Escuché la voz de Bill musitar. —¿Porqué en distintos autos?

ESTÁS LEYENDO
¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©
Fanfiction𝟡𝟡 𝔻𝕒𝕪𝕤 𝒃𝒆𝒊𝒏𝒈 𝒎𝒊𝒏𝒆. | Es guapo y absolutamente todas las chicas se vuelven locas por él, por Tom Kaulitz, el jefe de la mafia mas poderosa de Los Ángeles Un día un bar llamado "la casa del sexo" que es muy bien conocido por Tom, no co...