26|"Of your loving arms"

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«Day 45»

—Narrador omnisciente

Cuatro días habían pasado desde que Tom se levantó de aquella larga noche, para él. Como era de esperarse, el mayor comenzaba a mejorarse y empezaba a ser bastante terco en cuanto a querer reposar. Así que ahora la mayoría de su tiempo se la pasaba de pie y caminando, sin hacerle caso a las quejas de su hermano.

—Tom, por favor. —Habló su hermano entre dientes. —¡Tienes que hacer reposo! —Vocifereó.

—No quiero, esa habitación me estresa. —Se quejó el de trenzas sin querer observar a su hermano.

—Entonces ve a dormir en tu habitación, vamos. —Habló Bill rodeando su brazo alrededor de el hombro de su hermano, para así comenzar a guiarlo.

—Maldición Bill, ya dije que no quiero. —Contestó el de trenzas harto por las órdenes que le daba su hermano. —Agh, mierda. —Se quejó sintiendo un punzada en el costado de su abdomen, lo que le hizo colocar su mano justo en la herida que dejó la bala y la operación.

—¿Ves? —Su hermano volvió a regañarlo para luego negar varias veces por su terquedad. —Abel, por favor ayúdame a llevar a Tom a su habitación. —Pidió.

—Claro... —Abel respondió, con la intención de acatar sus órdenes pero se interrumpe a sí mismo en cuanto observó aquella escena.

Tom había rodado sus ojos frustrado y se safó de el agarre de su hermano, para luego comenzar a caminar por su cuenta.

—Me dispararon, pero no en las piernas par de imbéciles. —Se quejó Tom enfadado, haciendo que ambos jovenes, Bill y Abel, disimularan una risa. —Yo puedo solo, ¡Estoy bien!

—De acuerdo, Tom. —Contestó Bill para luego negar divertido.

Claro que su gemelo comenzó a seguirlo en cuanto Tom empezó a subir las escaleras con cuidado, Bill intentaba aportarle apoyo y Tom le arrebataba la mano con brusquedad.

—Basta Bill, deja de tratarme como si estuviera discapacitado. —Gruñó el alemán mayor.

—Vale vale. —Contestó Bill alzando varias manos de manera divertida.

Ambos terminaron de caminar hasta la habitación de él de trenzas, Tom apoyó su mano en el marco de la puerta y giró su rostro hacia su hermano, quién le había tocado el hombro hace rato.

—¿Necesitas algo más, hermanito? —Preguntó Bill con intención de molestar aún mas a su hermano.

—Qué te largues. —Contestó aquél haciendo que su hermano soltara varias risas.

Finalmente se giró y comenzó a irse hasta desaparecerse por los pasillos, dejando a Tom de pie en frente de la puerta. Soltó un suspiro y posó su grande mano en el pomo de la puerta para luego girar la misma y comenzar a entrar a la habitación cerrando detrás de el la puerta.

Una sonrisa ladina, y algo coqueta se aproximó a sus labios al escuchar el sonido de la ducha. Su mente comenzó a imaginarse la posible escena que podría estar presentándose, y tomó asiento en la cama para luego descansar su espalda en varias cómodas almohadas que él mismo preparó.

¹⌉ 𝟵𝟵 𝘿𝙖𝙮𝙨 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora